¡®Pulsaciones¡¯, buen coraz¨®n

Si se acepta la idea b¨¢sica de la nueva serie de Globomedia y Antena 3, Pulsaciones, de que el coraz¨®n tiene memoria y, por tanto, un trasplante puede trasladar los recuerdos del difunto al receptor del mismo, y a la vez se archiva la tonter¨ªa que dijo en su d¨ªa Maril¨® Montero de que "no est¨¢ cient¨ªficamente demostrado que el alma no sea transplantada con los ¨®rganos", nos encontramos con una ficci¨®n, es decir, algo a lo que no hay por qu¨¦ exigirle verosimilitud, probablemente de lo mejor del panorama televisivo nacional.

El cap¨ªtulo piloto que estren¨® el pasado martes la cadena, dirigido en esta ocasi¨®n por su productor y coguionista Emilio Arag¨®n, fue un notable ejercicio de buen narrar cinematogr¨¢fico. Con un Madrid at¨ªpico gracias a unas localizaciones excelentes, con unos planos generales de la ciudad que oscilan entre un Antonio L¨®pez diurno y un Los ?ngeles nocturno, con unos actores s¨®lidos y una trama que, seg¨²n los datos de audiencia (3.011.000 espectadores), ha conseguido enganchar al personal, la serie tiene todas las caracter¨ªsticas de convertirse en un ¨¦xito televisivo.

Ser¨¢n 10 cap¨ªtulos con final cerrado en los que al thriller -la investigaci¨®n de la muerte de un reportero que a su vez ahondaba en la explicaci¨®n de un asunto de numerosas desapariciones- se une un previsible tr¨ªo amoroso entre el neurocirujano (receptor del coraz¨®n del periodista), su mujer y la del difunto. La combinaci¨®n de intriga y sentimientos es una f¨®rmula nacida para triunfar si la falta de talento de sus creadores no la echa a perder, lo que no parece ser el caso.

Con Pulsaciones, el cat¨¢logo de las series espa?olas mantiene un crescendo en su calidad (ah¨ª est¨¢n Vis a vis o Mar de pl¨¢stico) por m¨¢s que en ocasiones los di¨¢logos pequen de cierto exceso literario. En esto solo hay que seguir la reflexi¨®n de Rafael Azcona: "El cine italiano perdi¨® a sus guionistas cuando estos dejaron de viajar en autob¨²s".