¡°Me gustar¨ªa excavar el zoo de Moctezuma¡±
Leonardo L¨®pez Luj¨¢n dirige la exploraci¨®n del templo sagrado de los aztecas bajo el suelo de la Ciudad de M¨¦xico
A sus ocho a?os, Leonardo L¨®pez Luj¨¢n jugaba a lavar cer¨¢micas antiguas. Las enjuagaba y las marcaba. Era 1972. Su mam¨¢ asist¨ªa al famoso arque¨®logo franco-mexicano Alberto Ruz, que 20 a?os antes hab¨ªa descubierto la tumba de Pakal, el gran rey de los mayas. ¡°Aquel descubrimiento¡±, dice L¨®pez Luj¨¢n, ¡°es el m¨¢s espectacular en la historia de la arqueolog¨ªa mexicana¡±.
Lo dice un hombre acostumbrado a la espectacularidad, a las emociones fuertes. Cuando ten¨ªa 14 a?os, un grupo de cient¨ªficos empez¨® a excavar las ruinas del recinto sagrado de los aztecas en el centro de la Ciudad de M¨¦xico. Era el Templo Mayor, el n¨²cleo de la vieja Tenochtitl¨¢n, la capital del imperio mexica. Si la tumba de Pakal hab¨ªa sido el descubrimiento m¨¢s importante en la historia de la arqueolog¨ªa mexicana, la excavaci¨®n del Templo Mayor se erig¨ªa como el proyecto m¨¢s ambicioso de la segunda mitad del siglo XX.
Dos a?os m¨¢s tarde, en 1980, el adolescente L¨®pez Luj¨¢n iniciaba all¨ª su carrera de explorador. El pasado remoto dejaba de ser un juego infantil y apuntaba una vocaci¨®n que casi alcanza ya 40 a?os. ¡°Cuando empec¨¦ no sab¨ªa hacer nada¡±, dice ahora el arque¨®logo, un hombre risue?o y parlanch¨ªn, curioso sin cura. ¡°Andaba de vacaciones¡±, a?ade, ¡°no ten¨ªa nada que hacer y un d¨ªa llam¨¦ a Eduardo Matos y le dije ?necesitas un esclavo?¡±. Eduardo Matos era y es uno de los cient¨ªficos sociales m¨¢s destacados de M¨¦xico. L¨®pez Luj¨¢n conoc¨ªa el mundillo de la arqueolog¨ªa desde hac¨ªa tiempo y no se le hizo dif¨ªcil levantar el tel¨¦fono y ofrecerse para excavar, sacar tierra y piedras, llenar diarios de campo. ¡°As¨ª aprendemos todos¡±, dice.
L¨®pez Luj¨¢n recib¨ªa a EL PA?S a finales del mes pasado en unos barracones junto a las ruinas del Templo Mayor. Son las oficinas del proyecto de excavaci¨®n, que dirige desde hace a?os. Unos prism¨¢ticos al pasado. Decenas de cient¨ªficos y aprendices -esclavos- de cient¨ªfico trabajan aqu¨ª. Ahora mismo excavan un t¨²nel que podr¨ªa conducir a las c¨¢maras funerarias de algunos emperadores aztecas. De ser as¨ª, ser¨ªa todo un hallazgo . ¡°Vas al mundo maya y se han encontrado decenas de tumbas reales¡±, dice el arque¨®logo, ¡°lo mismo en el mundo mixteca y el zapoteca. Pero para el mundo mexica -azteca- no se ha descubierto una sola. Eso¡±, concluye, ¡°se explica en gran parte por la Ciudad de M¨¦xico¡±.
Para excavar el Templo Mayor, la capital mexicana sacrific¨® 18 edificios, dos de ellos de siglo XVIII. ?Qu¨¦ habr¨ªa que destruir para recuperar las cenizas de Moctezuma Xocoyotzin? ¡°Esa es la gran paradoja aqu¨ª¡±, lamenta el arque¨®logo, ¡°M¨¦xico es una naci¨®n mestiza y si yo quiero excavar y encontrar la parte ind¨ªgena de mi pasado, tengo que destruir la parte europea de mi pasado, que es igualmente importante. ?Destruir¨ªas la catedral para ver qu¨¦ hay abajo? Pues no¡±.
Experto en la figura del gran emperador Moctezuma, L¨®pez Lujan empez¨® a trabajar en el Templo Mayor en ¡°la excavaci¨®n de los ni?os sacrificados¡±. Se ha escrito mucho sobre el sacrificio humano en el viejo imperio de los mexicas. De hecho, lamenta el investigador, casi todo tiene que ver con eso, con las ofrendas a Tl¨¢loc y Huitzilopochtli, los degollamientos, los corazones arrancados.
La excavaci¨®n de los ni?os sacrificados refiere a los restos de 43 individuos encontrados cerca del Templo Mayor hace a?os. A 42 les hab¨ªan cortado la garganta en honor a Tl¨¢loc, el dios de lluvia seg¨²n la cosmovisi¨®n mesoamericana, el se?or del agua. Al otro le sacaron el coraz¨®n del pecho en ofrenda a Huitzilopochtli, el dios sol, la deidad principal de los aztecas. Cuando llegaron a Tenochtitl¨¢n en 1519, Cort¨¦s y sus hombres asistieron asombrados al espect¨¢culo de las capillas dedicadas a ambas deidades, arriba del Templo Mayor.
- Dice usted que el n¨²mero de sacrificados en el periodo de esplendor de Tenochtitl¨¢n se ha exagerado ¨Chay cr¨®nicas del siglo XVI que manejaban decenas de miles de una sola vez¨C, pero, ?hay alg¨²n conteo aproximado?
- No sabemos. La fuente escrita llega con los europeos, los mexicas no registraban a los sacrificados. Y como arque¨®logos¡ Tenochtitl¨¢n med¨ªa trece kil¨®metros cuadrados y nosotros hemos excavado una hect¨¢rea y media. Nuestra visi¨®n es incompleta.
D¨ªas despu¨¦s de la charla en el Templo Mayor, L¨®pez Luj¨¢n mand¨® un correo explicando que en 38 a?os de excavaciones se han encontrado 500 v¨ªctimas de sacrificio. Dato actualizado. ¡°Ser¨¢n m¨¢s, pero nunca tantos como dijeron¡±.
Los grandes hitos arqueol¨®gicos suelen aludir a los centros ceremoniales del pasado, a los religiosos. Pocas veces ata?en al hombre medio. L¨®pez Luj¨¢n sue?a con una herramienta que en el futuro les permita excavar sin tocar la tierra, radiografiar el subsuelo para saber qu¨¦ hay, por ejemplo, debajo de una tienda de comestibles de la capital, de un centro comercial, del Estadio Azteca. Para saber c¨®mo era el hombre medio. Pero tiene un capricho especial. ¡°Me encantar¨ªa excavar el zool¨®gico de Moctezuma Xocoyotzin¡±, reconoce. Fue el emperador que se encontr¨® con Cort¨¦s, del que se ignora c¨®mo muri¨® -?lo mataron los suyos? ?Los espa?oles?- o qu¨¦ pas¨® con su tesoro. ¡°Moctezuma ten¨ªa un lugar con jaulas para fieras y aves rapaces. Pero tambi¨¦n estanques, donde se dice que ten¨ªa cocodrilos, peces, animales acu¨¢ticos. Pero para eso tendr¨ªa que excavar debajo y creo que Pe?a Nieto no me lo va a permitir¡±.
Babelia
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