Esa extra?a piedad de los muy ricos
El historiador irland¨¦s Peter Brown analiza con claridad y rigor el papel que la riqueza tuvo en la ca¨ªda de Roma y en la gestaci¨®n de lo que hoy llamamos Occidente
Agust¨ªn de Hipona afirmaba que el pasado y el futuro eran en el fondo inaccesibles y que lo tangible es ese presente insoslayable desde el cual nos referimos a ellos. La historia, pues, tiene algo de irreal, pues de lo ¨²nico que podemos hablar con cierta confianza racional es de la ¨¦poca en que nos toca vivir. Todo lo dem¨¢s ¡ªlo que alguna vez sucedi¨® y lo que algunos aseguran que ocurrir¨¢¡ª solo puede ser mera conjetura. Quiz¨¢ por eso, casi todos los grandes historiadores ¡ªy Peter Brown est¨¢, sin duda, entre ellos¡ª no se limitan a reconstruir lo ¡°que efectivamente pas¨®¡±, como reclamaban Ranke, Mommsen y los positivistas que tanto influyeron en la historiograf¨ªa marxista, sino que son sagaces narradores de un g¨¦nero h¨ªbrido donde se traman corazonadas y finas especulaciones inspiradas en unos pocos recursos de la memoria hist¨®rica. Los grandes historiadores hurgan en documenta et monumenta, es decir, en los viejos textos y en los vestigios arqueol¨®gicos, pero nunca renuncian a interpretar los hechos.
Por el ojo de una aguja es un ejemplo cabal de esa historiograf¨ªa que recrea con todo detalle el pasado sin renunciar a interpretarlo. La vocaci¨®n de desentra?ar la verdad hist¨®rica jam¨¢s abandona la voluntad de generar un sentido. En las m¨¢s de mil p¨¢ginas que forman esta obra capital, Brown acumula y procesa un inmenso caudal de datos y referencias cr¨ªticas, eruditas y arqueol¨®gicas sobre los primeros siglos del Occidente cristiano. Arranca desde la conversi¨®n de Constantino y desemboca en las primeras d¨¦cadas del siglo V que dan comienzo a la llamada Edad Media. El libro, pues, recorre el fascinante proceso de cristianizaci¨®n del Imperio Romano, cuando se gest¨® lo que llamamos ¡°Occidente¡±, con especial referencia a los a?os 370 a 430, que Brown compara con una ins¨®lita belle ¨¦poque de la antig¨¹edad.
Peter Brown es el caracter¨ªstico historiador anglosaj¨®n, somero y riguroso, pero su modelo historiogr¨¢fico es af¨ªn a la imaginaci¨®n desbordante de la escuela francesa de los Annales y a la antropolog¨ªa cultural del mundo antiguo que fundara Louis Gernet, donde la historia de la religi¨®n y la cultura son examinadas siempre en estrecha relaci¨®n con la historia social, con el lenguaje y el arte, lo que es imprescindible cuando se aborda un periodo de transici¨®n tan complejo como este.
Su investigaci¨®n se orienta por una anomal¨ªa. En la obra de Paul Veyne ¡ª?otro gran especialista en el Imperio Romano tard¨ªo¡ª tambi¨¦n se pon¨ªa especial atenci¨®n en algunas anomal¨ªas del desaparecido mundo antiguo. Por ejemplo, en El pan y el circo, Veyne abordaba la extra?a afici¨®n de los romanos por los combates de gladiadores y el culto a la divinidad del emperador. Una misma curiosidad por lo an¨®malo lleva a Brown a seguir la pista de las donaciones cristianas, realizadas durante una ¨¦poca en que, contrariamente al mito de la decadencia, el Imperio Romano de Occidente se caracterizaba por su opulencia. En suma, estudia por qu¨¦ un buen d¨ªa los ricos decidieron desprenderse de sus bienes y dieron lugar a la acumulaci¨®n originaria que todav¨ªa cimenta el inmenso poder econ¨®mico y espiritual de la Iglesia. Estudia por qu¨¦ ¡ªal contrario de lo que manda la par¨¢bola cr¨ªstica¡ª esos ricos acabaron por entrar en las iglesias guiados por el ¡°amor por los pobres¡± que predicaban los Padres de la Iglesia: Ambrosio, Agust¨ªn, Jer¨®nimo, Paulino de Nola. Las asombrosas y cuantiosas donaciones cristianas podr¨ªa pensarse que son una variante del evergetismo pagano, pero Brown observa en ellas una importante diferencia: el gesto del evergeta serv¨ªa para su gloria mundana; en cambio, la renunciaci¨®n cristiana persegu¨ªa consumar una gigantesca transferencia de riqueza, del mundo al cielo.
No es la primera vez que Brown revoluciona nuestro conocimiento del Imperio Romano tard¨ªo. Su biograf¨ªa de Agust¨ªn de Hipona consegu¨ªa reconstruir el perfil de ese intelectual formidable que fue Agust¨ªn sin incurrir en hagiograf¨ªa; y en El cuerpo y la sociedad, dedicada a estudiar las costumbres de las ¨¦lites tardorromanas, buscaba desentra?ar el misterio que rodea el dogma del celibato eclesi¨¢stico. ?Qu¨¦ cosa m¨¢s extra?a que durante siglos los hombres y mujeres m¨¢s civilizados de la sociedad antigua renunciaran a la riqueza y a la sexualidad!
A veces se derivan conclusiones sorprendentes de su trabajo. La renuncia sexual implica que el ascetismo cristiano originario estaba ya prefigurado en la ataraxia de los estoicos, que gan¨® las costumbres civilizadas de las clases altas romanas hacia el siglo II, pero tambi¨¦n implica reconocer que la abstinencia que predica el Opus Dei es, por decirlo as¨ª, m¨¢s aut¨¦nticamente cristiana que la secuela del Concilio Vaticano II y la rebeli¨®n contra el celibato por parte de la Reforma protestante. Entre muchas otras observaciones sugestivas, Brown muestra en este libro extraordinario que la enormemente influyente noci¨®n de la humanitas, entendida como el trato que una persona dedica a otra en raz¨®n de una naturaleza humana compartida, es una herencia cristiana y que esa noci¨®n y la desaparecida idea de la verecundia ¡ªla consciencia de ocupar un lugar propio y de responder moralmente por ¨¦l¡ª justifican que la donaci¨®n antigua, m¨¢s que una limosna, deba ser comprendida como una acci¨®n m¨ªstica que aseguraba al donante un lugar junto a Dios padre. Y m¨¢s a¨²n: para nosotros, que estamos desenga?ados del misticismo, es una prueba tangible de que un sistema econ¨®mico basado en una aplastante presi¨®n fiscal puede seguir generando riqueza.
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Autor:?Peter Brown. Traducci¨®n de Agustina Luengo.
Editorial:?Acantilado
Formato: tapa blanda (1232 p¨¢ginas).
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