Palabras dentro de una botella
Erri de Luca se revela en tres nuevas publicaciones como predicador mesurado que reivindica la faceta social del cristianismo
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Se publican tres libros de Erri De Luca: S¨®lo ida. Poes¨ªa completa, con pr¨®logo y traducci¨®n de Fernando Valverde en colaboraci¨®n con Eden Tosi; Historia de Irene, traducida por el certero Gumpert, y Pen¨²ltimas noticias acerca de Yeshua/Jes¨²s, en versi¨®n de Luis Rubio. Los tres pueden leerse desde claves que los aproximan y sirven para interpretar parte de la producci¨®n literaria del escritor italiano. Establecemos entre ellos una red. Una red de pescador.
De Luca escribe con la grandilocuencia sencilla y perfecta de los evangelios y salmos: ¡°Los poetas, variantes menores de los profetas¡±, leemos en ¡®Premisa¡¯. Lo mueve el impulso de estar junto al oprimido y la urgencia por traducir, desvelar, buscar el env¨¦s, la polisemia de palabras siempre suficientes. Tambi¨¦n es suficiente el lenguaje de la poes¨ªa. Incluso asequible. Los lenguajes y sus variedades no solo nos dicen qui¨¦nes somos, como en ¡®Para nosotros¡¯ ¡ªdesmenuzamiento de ciertas caracter¨ªsticas del napolitano¡ª, sino que adem¨¢s ayudan a entender, comunicar y compartir un mensaje que ni se desacredita ni se difumina en sus rebordes resbaladizos. En ¡®La colocaci¨®n de la ¨²ltima piedra¡¯ se desdice la enfermedad de Babel y se enfatiza el privilegio de la multiplicidad de las gram¨¢ticas. Pese al trauma l¨ªrico de la inefabilidad, en los textos de De Luca los mensajes pueden y deben decirse: el periplo tr¨¢gico del migrante econ¨®mico y pol¨ªtico; la violencia de quien expulsa y no acoge; la crueldad de las guerras, Espa?a, Belgrado; Mussolini, el Holocausto; la mezquindad que el fascismo imprime en los corazones, decantada en los versos de ¡®El verano del 43¡¯, donde con estructura dram¨¢tica, al modo de la poes¨ªa de la experiencia, De Luca dialoga con su madre calibrando el peso de la palabra como memoria y de la memoria hecha palabra.
La conciencia autobiogr¨¢fica se refleja en magn¨ªficos poemas como ¡®El hu¨¦sped empedernido¡¯ o ¡®Carn¨¦¡¯ ¡ªaqu¨ª aparece la obsesi¨®n de no haber sido padre¡ª; tambi¨¦n en los textos de Historia de Irene: ¨¦l es siempre ese escritor que escucha, transcribe y acristala las historias de los otros. Las mete dentro de una botella que lanza al mar, espacio de viaje, muerte y vida. En 'El cielo en un establo¡¯ reconstruye un episodio b¨¦lico protagonizado por su padre, Aldo De Luca. En ¡®Algo de lo m¨¢s est¨²pido¡¯ se subraya el deseo de religarse con la propia lengua, con las de los otros, con el Sur, con el cristianismo y con los pante¨ªsmos ecol¨®gicos. Con el temblor de la traducci¨®n y con la imagen de un viejo, enfermo de disenter¨ªa, que chupa una almendra como si fuese una hostia. Quiere morir antes de estorbar.
El italiano traslada al hoy las escrituras y habla de Jes¨²s sin iglesias; aborda, desde una perspectiva actual, la matanza de los inocentes
De Luca se compromete a dar voz a quienes no la tienen. No roba historias, las recoge, y utiliza la met¨¢fora de los mudos: en sus poemas, en el relato sobre Gesualdo en Pen¨²ltimas noticias¡ y en la construcci¨®n de Irene, que es una criatura que nada con delfines, decodifica sus frecuencias y guarda en el vientre un pez. Una sirena que canta y cuyo canto es metonimia de la alarma ante el peligro. El canto como prevenci¨®n. La palabra que puede evitar el derramamiento de sangre. Los que no tienen voz tienen mucho que decir tanto en Historia de Irene como en esos poemas polif¨®nicos titulados ¡®Dos voces¡¯, ¡®Coro¡¯, ¡®Relato de uno¡¯. Dicen las voces al reconstruir su viaje: ¡®Nosotros somos solo de ida¡¯. ¡°Concede la palabra a los pisoteados de coraz¨®n¡±, escribe De Luca en ¡®Para un cantautor¡¯; en ¡®Clasificaci¨®n del fuego¡¯ la palabra es ¨²til en los periodos de cat¨¢strofe.
De Luca activa una conciencia religiosa ¡ªe ideol¨®gica¡ª del mensaje encerrado en el verbo, una conciencia radical en la ¨¦poca del ¨¦xito de los juegos del lenguaje y los bailarines de claqu¨¦. Tanto en sus poemas como en Pen¨²ltimas noticias¡, la voz de predicador mesurado de De Luca, la mirada que habita en los libros m¨¢s antiguos y en la realidad, lo convierten en un revolucionario que reivindica la faceta social del cristianismo, su centralidad y la validez del lenguaje como china en el zapato de la filosof¨ªa posmoderna.
De Luca traslada al hoy las escrituras y habla de Jes¨²s sin iglesias; aborda, desde una perspectiva actual, la matanza de los inocentes ¡ªmeninos da rua, ni?os asesinados para rapi?ar sus ¨®rganos¡¡ª y trae el pasado al hoy a trav¨¦s de par¨¢bolas religiosas que encuentran su lugar en la injusticia de la cr¨®nica de sucesos: en el poema ¡®Navidad¡¯, la met¨¢fora que une a Jes¨²s con el hijo de una mujer embarazada en una patera se ensucia con el realismo de la desesperanza. Pese a todo, en cada una de estas obras queda el mar, el viaje, el reencuentro con los muertos y el encuentro con los vivos, la escalada, la ascesis, la luz. Y los perfectos hex¨¢gonos de la nieve y las colmenas.
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