¡®Thriller¡¯ de sangre y vi?etas en el Museo del Prado
'El perd¨®n y la furia', de Keko y Altarriba sobre la figura de Ribera, es el segundo ¨¢lbum de c¨®mic editado por el museo
Ahora que hasta los jerarcas de los primeros museos del mundo editan c¨®mics con satisfacci¨®n y hasta orgullo, es de suponer que a quienes durante tanto tiempo ¡ªy a¨²n hoy¡ª se burlaron del arte secuencial de la historieta y le negaron cualquier rango de creaci¨®n seria, les deben de estar doliendo las tripas. Que si los tebeos no eran arte. Que si no pod¨ªan salir en las p¨¢ginas de Cultura de los diarios como salen el arte, la literatura, el ensayo, el cine, la m¨²sica o el teatro. Que si c¨®mo se puede comparar a Herg¨¦ y Winsor McCay con Zygmunt Bauman y John Berger.
Por si hac¨ªan falta m¨¢s ejemplos de la potencia narrativa y est¨¦tica de los c¨®mics para callar a tanto profesional de la alta cultura y de la ceja alta, la edici¨®n por parte del Museo del Prado de El perd¨®n y la furia, espl¨¦ndido ¨¢lbum de 60 p¨¢ginas a cargo de Keko y Antonio Altarriba en torno a Jos¨¦ de Ribera, viene, una vez m¨¢s, a hacer justicia po¨¦tica con el g¨¦nero de la historieta. Se trata de un thriller en blanco y negro (y rojo sangre¡) en el que un atormentado profesor de la Universidad de Salamanca, Osvaldo Gonz¨¢lez Sanmart¨ªn, investiga el misterio de la desaparici¨®n del S¨ªsifo y el T¨¢ntalo pintados por Ribera.
El reto es de altura tanto en lo narrativo como en lo t¨¦cnico, incluyendo la incrustaci¨®n de las pinturas reales de Ribera en las vi?etas del ¨¢lbum. ¡°Este encargo me dio mucho miedo, y Antonio y yo hemos discutido mucho, mucho. Pero en tiempos de correcci¨®n pol¨ªtica como los que vivimos, tratar a alguien tan poco correcto como Jos¨¦ de Ribera es una suerte¡±, explica el dibujante madrile?o.
Es la segunda vez que los responsables del museo encargan un c¨®mic relacionado con un artista o una exposici¨®n. El primer encargo se lo hicieron a Max, que compendi¨® en el extraordinario El tr¨ªptico de los encantados (una pantomima bosquiana) sus visiones de El Bosco. ¡°Nos gustar¨ªa que El Prado fuera la casa del c¨®mic¡±. Esa frase, pronunciada por Miguel Falomir, director adjunto de Conservaci¨®n e Investigaci¨®n del museo, retumbar¨¢ felizmente ins¨®lita para los amantes del c¨®mic. Pero resulta que tanto Falomir ¨Cuno de los candidatos a suceder a Miguel Zugaza en la direcci¨®n del Prado- como el propio Zugaza, como en general la c¨²pula directiva de la pinacoteca, se dieron cuenta hace ya alg¨²n tiempo de una cosa: que el ensamblaje de vi?etas y textos, bien pensado, escogido y producido, pod¨ªa revelarse como un eficaz veh¨ªculo de transmisi¨®n de contenidos.
¡°La obligaci¨®n de un museo que trabaja con artistas muertos hace mucho tiempo es proponer al p¨²blico nuevas aproximaciones a sus obras¡±, explica Miguel Falomir, consciente de que la suma El Prado + los comics puede penetrar en p¨²blicos tradicionalmente poco relacionados con la vida del museo. Y consciente tambi¨¦n, y as¨ª lo ha reconocido todo un director adjunto del Prado, y esto queda para la historia, de que ¡°los comics tienen el mismo rango que la pintura, la arquitectura o la escultura¡±.
El punto de partida del encargo realizado por los directivos del Prado a Keko (Madrid, 1963) y Antonio Altarriba (Zaragoza, 1952) para llevar al c¨®mic las carnes, las texturas, el desgarro y el misticismo de El Espa?oleto se remonta a 2014. En aquel a?o coincidieron dos noticias: la celebraci¨®n en El Prado de la exposici¨®n Las Furias. De Tiziano a Ribera, comisariada por el propio Miguel Falomir, y la publicaci¨®n en Norma Editorial del ¨¢lbum de c¨®mic Yo, asesino, con guion de Altarriba y dibujos de Keko. ¡°En aquel momento vimos claro que algo ten¨ªamos que hacer con estos dos se?ores, y acabamos haci¨¦ndolo¡±, explica Jos¨¦ Manuel Matilla, jefe de Conservaci¨®n de Dibujos y Estampas del Prado. Jes¨²s Moreno, antiguo propietario de la editorial de comics SinSentido y responsable de algunas de las m¨¢s brillantes puestas en escena de las exposiciones del Prado, fue el intermediario perfecto entre el mundo de la historieta y los responsables del museo.
¡°No quiero parecer arrogante pero yo sab¨ªa que esto iba a pasar: que el c¨®mic iba a entrar en el museo¡ lo que no sab¨ªa es que lo iba a ver y mucho menos que iba a ser en este espacio m¨¢gico¡±, explica Antonio Altarriba en alusi¨®n a la Rotonda Alta de Goya, donde se ha presentado El perd¨®n y la furia, y el lugar de la pinacoteca en el que viven en sus enormes lienzos Tizio e Ixi¨®n, dos de las Furias de Ribera. Altarriba, catedr¨¢tico de Literatura Francesa en la Universidad del Pa¨ªs Vasco y autor junto a Kim del celebrad¨ªsimo ¨¢lbum El arte de volar, lo tiene claro: ¡°Un cuadro tiene tambi¨¦n alma de vi?eta, y viceversa¡±, explica, y se muestra feliz de que ¡°por fin las jerarqu¨ªas estancas entre arte con may¨²sculas y arte menor se han difuminado¡±.?
Babelia
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