Ser ¡®millennial¡¯ seg¨²n ¡®Portlandia¡¯
El programa de 'sketches' refleja como nadie a la joven burgues¨ªa de los problemas que no son problemas
Una cena tranquila con amigos. Es el momento clave: tengo que contar una historia apasionante y hacer que todos queden ensimismados. Cuido cada palabra para ser el centro de las miradas. Pero llega el temido final y no se oyen risas. El drama moderno contado en una pieza de tres minutos. Un sketch de Portlandia que captura las complicaciones de una vida aburguesada f¨¢cil de reconocer.
Hacer un programa de sketches es un arte dif¨ªcil de controlar. Por un lado, los guionistas han de ser conscientes de que no todos ser¨¢n ic¨®nicos, punteros y ni siquiera graciosos. La irregularidad es la marca del g¨¦nero. Hay que saber encadenarlos y cerrar. Al mismo tiempo, es necesario buscar voz propia, decir algo original en una ¨¦poca donde el humor tiene m¨¢s nichos que nunca. Para triunfar, hay que ser relevante en el mundo actual. Si Amy Schumer encontr¨® en el feminismo su bandera, Portlandia se r¨ªe del activismo y el culto.
Fred Armisen y Carrie Brownstein supieron capturar la esencia de la generaci¨®n de los problemas que no son problemas, que vive ensimismada por el pr¨®ximo festival de m¨²sica, se traga series en maratones y sobreprotege a sus hijos como si fueran a heredar la Tierra. Esto es Portland (Oreg¨®n), microcosmos exagerado y epicentro de estos problemas de primer mundo donde chocan vegetarianos, techies, ciclistas, hipsters y viej¨®venes.
Portlandia, que terminar¨¢ en su octava temporada, ha ido ganando madurez y personalidad a?o tras a?o. Los personajes han crecido y algunos cap¨ªtulos son casi peque?as pel¨ªculas dignas de Sundance. Todo se mezcla con un grado de surrealismo que deja sus sketches a medio camino entre Monty Python y SNL, de donde sali¨® Armisen. Tras la catastr¨®fica cena, la soluci¨®n de los vecinos de Portland sobrepasa los l¨ªmites de la realidad: Fred y Carrie contratan una asesora de an¨¦cdotas que les ense?e a contar historias.
Cuando queramos contar a las generaciones venideras qu¨¦ es eso del millennial y c¨®mo eran los treintea?eros de clase media en 2017, deber¨ªamos ense?arles Portlandia. Aunque posiblemente lo mejor ser¨¢ que sigan en la inopia.
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