Viaje a los confines del imperio
El periodista Hugo-Bader narra en un libro inteligente las historias de personas que conoci¨® en un viaje por la ex URSS
12.968 kil¨®metros, 55 d¨ªas, 296 horas al volante, 2.119 litros de gasolina, 4 neum¨¢ticos pinchados, 756 euros en gastos de reparaci¨®n, 43,8 kil¨®metros por hora en promedio emple¨® el periodista polaco Jacek Hugo-Bader para viajar durante el invierno de 2007 y 2008 desde Mosc¨² hasta el extremo oriental del continente euroasi¨¢tico: a lo largo de su viaje descubri¨® que en Siberia nunca se debe conducir con menos de medio dep¨®sito lleno; que, si se duerme en el coche, lo mejor es despertarse cada dos horas para encender el motor y cargar la bater¨ªa y evitar as¨ª su congelamiento; que, si se congelan, se pueden reanimar encendiendo una hoguera debajo del veh¨ªculo; que utilizar un hornillo a gas, correr alrededor del autom¨®vil o encender unas velas dentro de ¨¦l contribuyen a evitar la muerte en circunstancias extremas.
El autor pertenece a la extraordinaria escuela de periodismo sovi¨¦tico y pos-sovi¨¦tico premiada en 2015 con el Nobel de Literatura a Aleksi¨¦vich
Aprendi¨® otras cosas, tambi¨¦n: que una de las actividades m¨¢s populares en Siberia es disparar a las se?ales de tr¨¢fico desde un coche en movimiento, que en Rusia se produce la misma cantidad de muertes en carretera que en toda la Uni¨®n Europea (pese a que esta ¨²ltima ¡°tiene tres veces y medio m¨¢s habitantes y seis veces m¨¢s coches¡±), que al este de los Urales las camas se alquilan por horas y se deben pagar seis por adelantado (si se duerme m¨¢s, se abona la diferencia al despertar, y hay que dormir junto al equipaje y a la bater¨ªa del coche para evitar los robos), que los rastros de orina en la nieve pueden decir mucho sobre qui¨¦nes recorren una carretera, que los polic¨ªas rusos de tr¨¢fico son los m¨¢s corruptos y voraces de un pa¨ªs donde ambas condiciones son habituales. Unos 50 a?os antes de su viaje, en marzo de 1957, dos periodistas del Komsom¨®lskaya Pravda hab¨ªan publicado su Reportaje desde el siglo XXI, en el que imaginaban la Uni¨®n Sovi¨¦tica en 2007 como un sitio en el que se utilizar¨ªan cerebros electr¨®nicos, los autom¨®viles ser¨ªan alimentados por corrientes el¨¦ctricas que recorrer¨ªan las carreteras por debajo, la Luna habr¨ªa sido colonizada, no existir¨ªa la contaminaci¨®n del aire y del suelo, el c¨¢ncer habr¨ªa sido erradicado, se habr¨ªa solucionado el problema del hambre con la producci¨®n de hortalizas gigantes, etc¨¦tera.
Al contrastar los pron¨®sticos de 1957 con la realidad de 2007, Hugo-Bader se encontr¨® con otras cosas, por supuesto: jaur¨ªas de perros salvajes en el metro de Mosc¨², bandas de asaltantes de carreteras, raperos amenazados de muerte por la extrema derecha, hombres y mujeres cuya vida fue destrozada por el Estado (¡°entre los a?os 1967 y 1987, por motivos pol¨ªticos, m¨¢s de dos millones de personas en la Uni¨®n Sovi¨¦tica fueron consideradas enfermos mentales y sometidas a tratamiento¡±, recuerda el autor), un inventor (Mija¨ªl Kal¨¢shnikov, el creador del fusil de asalto que lleva su nombre) que a?ora ese Estado y el prop¨®sito que lo animaba, m¨²sicos de heavy metal y adolescentes prostituy¨¦ndose; tambi¨¦n ni?os heroin¨®manos, mujeres que se contagian deliberadamente el sida, localidades en las que las malformaciones son habituales y los adolescentes mueren de c¨¢ncer debido a las pruebas nucleares realizadas en ellas durante el comunismo, hombres y mujeres que siguen visitando las zonas contaminadas en busca de algo que vender, l¨ªderes de sectas religiosas que se dicen reencarnaciones de Jesucristo, chamanes siberianos y j¨®venes que recorren los caminos buscando a sus padres. Y en todas partes el alcohol, que diezma a las poblaciones siberianas abor¨ªgenes con una mezcla de suicidios, asesinatos cometidos bajo sus efectos y actitudes inveros¨ªmiles de quienes lo beben, como quitarse la ropa en lo m¨¢s duro del invierno, mutilarse, permanecer sentados en la carretera hasta ser arrollados o arrojarse a los r¨ªos: se trata del ¡°delirio blanco¡±, la forma local de la psicosis alcoh¨®lica.
Jacek Hugo-Bader tiene 59 a?os y pertenece a la extraordinaria escuela de periodismo sovi¨¦tico y pos-sovi¨¦tico premiada en 2015 con la concesi¨®n del Nobel de Literatura a Svetlana Aleksi¨¦vich, a la que tambi¨¦n pertenecieron o pertenecen Mariusz Szczygiel, Ryszard Kapuscinski, Anna Bikont, Wojciech Jagielski y Anna Politk¨®vskaya. A diferencia de una parte considerable de sus colegas hispanohablantes, Hugo-Bader no hace periodismo para exhibirse o para elevarse a la misma altura de sus entrevistados, de all¨ª que su viaje y las aventuras que vivi¨® durante su transcurso ocupen una secci¨®n limitada del relato: son las historias de las personas que conoci¨® a lo largo de ese viaje las que se adue?an del primer plano de un libro aparentemente desordenado, algo fragmentario, pero inteligente y a ratos devastador: un viaje a los confines de un imperio s¨®lo formalmente concluido.
¡®El delirio blanco¡¯. Jacek Hugo-Bader. Traducci¨®n de Ernesto Rubio y Marta Slyk. Dioptr¨ªas, 2016. 316 p¨¢ginas. 19,99 euros.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.