Dennis Lehane: ¡°Solo puedo escribir las historias en las que creo¡±
El autor de 'Mystic River', llevada al cine por Clint Eastwood, publica 'Ese mundo desaparecido', una sombr¨ªa historia de g¨¢nsteres durante la Segunda Guerra Mundial
Nacido en 1965 en Dorchester, entonces uno de los barrios m¨¢s violentos de Boston, Dennis Lehane es el menor de los cinco hijos de una familia de inmigrantes irlandeses. Como la inmensa mayor¨ªa de los ni?os del barrio, cuando sal¨ªa del colegio se quedaba jugando en la calle hasta la hora de cenar. A los ocho a?os escrib¨ªa cuentos en los que hablaba de la vida en Dorchester, donde sus amigos y ¨¦l se ve¨ªan constantemente obligados a interrumpir sus juegos infantiles ante la irrupci¨®n de violentos incidentes de ¨ªndole racial, policiaca o laboral. Los ¨²nicos libros que hab¨ªa en la casa familiar eran los vol¨²menes de una enciclopedia de cuya adquisici¨®n hab¨ªa logrado convencer a sus padres un vendedor ambulante. Entretanto, en el colegio cat¨®lico al que acud¨ªa, la pasi¨®n del peque?o Lehane por la lectura llam¨® la atenci¨®n de las monjas, que se lo hicieron saber a su madre, quien, en lugar de dejarlo en la calle al terminar las clases, empez¨® a llevarlo a la biblioteca p¨²blica. Fue el primero de los Lehane en ir a la Universidad, aunque no se lo tom¨® demasiado en serio. Empez¨® escribiendo relatos breves a imitaci¨®n de Raymond Carver, por quien sent¨ªa una admiraci¨®n sin l¨ªmites, pero comprendiendo que se trataba de un modelo inalcanzable, no tard¨® en cambiar de registro.
¡°Aprend¨ª el oficio leyendo a grandes de la novela urbana y a los maestros del g¨¦nero negro: William Kennedy, James Ellroy, Elmore Leonard y, por encima de todos, Richard Price¡±, afirma Lehane al principio de la conversaci¨®n, que tiene lugar en el restaurante de un lujoso hotel de Santa M¨®nica elegido por ¨¦l. ¡°Mi manera de entender la escritura cambi¨® cuando le¨ª Clockers. La voz de Richard Price me hac¨ªa sentir que estaba escuchando las historias que me contaba mi t¨ªo cuando me llevaba con ¨¦l de bares siendo yo peque?o¡±.
Aprend¨ª el oficio leyendo a grandes de la novela urbana y a los maestros del g¨¦nero negro
Redact¨® su primera novela en tan solo tres semanas, pero no la dio a conocer hasta cuatro a?os despu¨¦s, cuando tras un proceso extenuante de revisiones juzg¨® que por fin ten¨ªa algo publicable. Un trago antes de la guerra (1994) obtuvo el Premio Shamus a la mejor primera novela negra del a?o. Los protagonistas, la pareja de detectives integrada por Patrick Kenzie y Angela Gennaro, aparecen en las primeras cinco entregas novel¨ªsticas de Lehane, publicadas con met¨®dica regularidad, a raz¨®n de una por a?o.
En 2001, Lehane se deshizo de Kenzie y Gennaro, para centrarse en la composici¨®n de una compleja f¨¢bula urbana en la que recrea las trayectorias de tres amigos cuya infancia los dej¨® marcados para siempre como consecuencia de un turbio episodio de abuso sexual. La sombra del pasado vuelve a proyectarse sobre sus vidas cuando la hija de uno de ellos, de 19 a?os, aparece brutalmente asesinada. Mystic River trasciende los l¨ªmites del g¨¦nero detectivesco, adentr¨¢ndose en las motivaciones psicol¨®gicas de los personajes al tiempo que examina las contradicciones de la sociedad en que se mueven. La novela fue un best seller que Clint Eastwood llev¨® a la pantalla. Sean Penn y Tim Robins, sus protagonistas, obtuvieron sendos oscars por su trabajo. Quince a?os despu¨¦s de la publicaci¨®n del libro que hizo de ¨¦l uno de los autores m¨¢s cotizados por Hollywood (escribi¨® varios episodios memorables para series como The Wire y Boardwalk Empire y en la actualidad lo hace para Mr. Mercedes, basada en una novela de Stephen King), Lehane no sabe exactamente cu¨¢l fue la clave del ¨¦xito de Mystic River.
¡°?La autenticidad de la voz, tal vez?¡±, se pregunta dando un sorbo a un vaso de agua mineral. ¡°Los lectores reaccionan bien a eso. Desde luego no responde a ning¨²n c¨¢lculo. Jam¨¢s se me hab¨ªa ocurrido que alg¨²n d¨ªa llegar¨ªa a tener un best seller, mucho menos trat¨¢ndose de un libro tan oscuro. Mientras lo escrib¨ªa ten¨ªa delante una ficha que dec¨ªa: ¡®No enga?ar al lector¡¯. El ¨¦xito de la literatura comercial se basa en eso. Mystic River no le ofrece al lector ninguna falsa gratificaci¨®n. Nadie sale bien parado en la novela. No hay garant¨ªa de que al final el crimen pague¡±.
Tras el ¨¦xito alcanzado, ?qu¨¦ hizo Lehane para preservar la autenticidad de la voz? ¡°Ten¨ªa muy claro que el camino a seguir era alejarme lo m¨¢s posible de Mystic River. Intentar repetir la f¨®rmula hubiera sido traicionar las razones por las que me hice escritor. Si hay una sola cosa que he tenido siempre clara, y doy las gracias a Dios por hac¨¦rmelo ver muy pronto, es que solo puedo escribir las historias en las que creo. Soy incapaz de separar el coraz¨®n de la cabeza¡±.
Mystic River no le ofrece al lector ninguna falsa gratificaci¨®n. Nadie sale bien parado en la novela
En 2003, Lehane public¨® Shutter Island, un thriller g¨®tico, que Martin Scorsese traslad¨® al cine, protagonizado por Leonardo DiCaprio. Fue un interludio mientras preparaba la novela de mayor ambici¨®n literaria de su carrera. Rigurosamente documentada y con m¨¢s de 700 p¨¢ginas, Cualquier otro d¨ªa es una narraci¨®n de proporciones ¨¦picas que Lehane tard¨® cinco a?os en completar. La novela ofrece un retrato panor¨¢mico de Boston en 1919, a?o particularmente marcado por la pobreza, la corrupci¨®n, la violencia, huelgas sindicales y de la polic¨ªa, con el movimiento anarquista y el comienzo de la Prohibici¨®n como trasfondo. Con ella, Lehane inici¨® el ciclo novel¨ªstico de los Coughlin, clan irland¨¦s entre cuyos miembros figuran tanto g¨¢nsteres como polic¨ªas. El ciclo se contin¨²a en Vivir de noche, novela de ambici¨®n mucho menor, ambientada en el Boston de los a?os treinta, y se cierra con Ese mundo desaparecido, t¨ªtulo que se acaba de traducir al castellano y en el que Joe Coughlin, que en el primer volumen de la trilog¨ªa era un ni?o de 11 a?os, pasa a ocupar el centro de una sombr¨ªa historia de g¨¢nsteres ambientada durante la Segunda Guerra Mundial.
¡°Es un libro triste, muy oscuro, una eleg¨ªa que alcanza proporciones de tragedia. Las circunstancias de mi vida est¨¢n muy presentes en ¨¦l. Mientras lo escrib¨ªa perd¨ª a gente muy querida, como a mi hermano, a quien estaba muy unido. Estaba muy enfermo y falleci¨® cuando me faltaba un mes para terminar. La muerte est¨¢ presente en cada p¨¢gina de la novela¡±. Uno de los elementos m¨¢s llamativos de la propuesta narrativa de Lehane es la utilizaci¨®n de un recurso m¨¢s propio del g¨¦nero fant¨¢stico que de la novela negra: la aparici¨®n del fantasma de un ni?o que solo es capaz de ver Joe Coughlin.
¡°Lo incorpor¨¦ despu¨¦s de haber acabado el primer borrador. No entend¨ªa por qu¨¦ la novela no acababa de funcionar, hasta que comprend¨ª que en realidad estaba escribiendo sobre la muerte. El fantasma del ni?o simboliza la p¨¦rdida irrecuperable de un ser querido, algo por lo que todos tenemos que pasar, un precio que todos tenemos que pagar. Vivimos de alquiler, el tiempo no nos pertenece¡±.
'Ese mundo desaparecido' es un libro triste, muy oscuro, una eleg¨ªa que alcanza proporciones de tragedia
Las muertes violentas son un elemento recurrente en las novelas de Lehane. La frialdad con que las refiere no hace m¨¢s que resaltar su arbitrariedad. Como en el resto de su obra, la brutalidad con que se describen algunos asesinatos en Ese mundo desaparecido deja al lector sin capacidad de reacci¨®n. Hablando de ello en otros lugares, Lehane ha dicho que no inventa, sino que reproduce situaciones que se dan en la vida cotidiana. Por esa raz¨®n, resulta altamente desconcertante una circunstancia que se dio unas horas antes de que tuviera lugar esta conversaci¨®n. En Venice Beach, muy cerca del lugar donde vive Lehane, el periodista presenci¨® un asesinato. Una mujer joven degoll¨® salvajemente a una amiga suya, embarazada de tres meses, en un cruce de calles, frente a la playa. Al d¨ªa siguiente, alguien puso unas flores y una botella de tequila en el lugar de la acera donde se hab¨ªa perpetrado el asesinato.
Lehane escucha con suma atenci¨®n lo que parece una escena tomada de una de sus novelas, interes¨¢ndose por los detalles. ¡°Conozco bien esa esquina¡±, dice por fin, ¡°es un lugar muy peligroso. Efectivamente, me interesa la irrupci¨®n de la violencia en situaciones como la que acaba de describir, porque son acciones gratuitas, pero el da?o que hacen es irreparable. A la muerte no le importa lo que les ocurra a sus v¨ªctimas. Una de las funciones de la narratividad es ordenar el caos en que vivimos. La realidad es ca¨®tica, y la literatura un mecanismo altamente artificial que trata de imponer un orden por medio de una historia, pero no es el mundo el que cuenta historias, sino que somos nosotros, los escritores, quienes tratamos de darle sentido ordenando con palabras el caos de la experiencia¡±.
Queda tiempo para hacer una pregunta m¨¢s, a quemarropa: ?Dir¨ªa Dennis Lehane que hay una dimensi¨®n pol¨ªtica subyacente a su voluntad de entretener?
¡°Soy un escritor pol¨ªtico, pero eso es algo de lo que casi nadie se da cuenta. De todos modos, cuando escribo busco atrapar al lector con historias, no con ideas. Mi trabajo como escritor es deleitar, no hacer ning¨²n tipo de denuncia. Eso va a estar de todas maneras ah¨ª, pero no sirve de nada si no s¨¦ contar bien la historia.¡±
Ese mundo desaparecido. Dennis Lehane. Traducci¨®n de Enrique de H¨¦riz. Salamandra, 2016. 352 p¨¢ginas. 19 euros
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