?C¨®mo eran los romanos en la cama?
Las pr¨¢cticas sexuales, el matrimonio y "los vicios privados" de la Rep¨²blica al siglo IV centran una exposici¨®n
El comportamiento sexual de los romanos es mucho m¨¢s conocido que el de otros pueblos de la antig¨¹edad, como los egipcios. Ello se debe a los abundantes textos cl¨¢sicos, esculturas y frescos, como los de Pompeya, sobre el tema que han llegado a nuestros d¨ªas. El Museo de Prehistoria de Valencia ofrece desde este jueves y hasta el 30 de abril una exposici¨®n que re¨²ne 79 piezas de iconograf¨ªa er¨®tica romana y una interpretaci¨®n de los autores cl¨¢sicos para contestar a las preguntas de c¨®mo eran las pr¨¢cticas sexuales, el matrimonio y "los vicios privados" en el largo periodo que va de la Rep¨²blica al siglo IV.
La primera respuesta que ha ofrecido Margarida Abras, directora del Museo de Badalona ¡ªdonde se inaugur¨® la muestra, coproducida por el Museo de Arqueolog¨ªa de Catalu?a y Arqueoxarxa¡ª, es que el sexo era mucho m¨¢s entretenido en ¨¦poca romana fuera que dentro del matrimonio. "Entre casados, al menos en una primera ¨¦poca, el sexo era m¨¢s una obligaci¨®n que una devoci¨®n. Su fin era sobre todo el de perpetuar la estirpe".
Fuera del matrimonio ¡ªinstituci¨®n inicialmente reservada a los patricios¡ª y conforme la moral se fue relajando, en torno al siglo I antes de Cristo, "la sociedad romana era extraordinariamente activa en lo referido a la sexualidad".
As¨ª lo reflejan las pinturas y figuras de m¨¢rmol y cer¨¢mica expuestas, que recogen una gran variedad de posturas sexuales ¡ªaunque "b¨¢sicamente las mismas que se practican ahora", se?ala Abras durante una visita guiada a la exposici¨®n¡ª. Y los textos de poetas como Catulo y Ovidio, que escribi¨® un libro, Ars amatoria, "dedicado sobre todo a las mujeres para darles las claves de c¨®mo resultar m¨¢s atractivas sexualmente".
Los romanos, indica Abras, eran muy machistas ¡ªaunque a partir del siglo I antes de Cristo las mujeres pod¨ªan pedir el divorcio¡ª. Prueba de ello son los castigos que se les aplicaban a ellas en caso de adulterio, mucho m¨¢s severos ¡ª"en el periodo arcaico hasta la muerte"¡ª que los que recib¨ªan los hombres, o la visi¨®n predominante sobre determinadas pr¨¢cticas sexuales.
Las felaciones, por ejemplo, eran aceptables si las practicaba una prostituta ¡ªcuyo oficio "estaba completamente consentido y era una fuente importante de ingresos para el Estado"¡ª o una esclava. El cunnilingus se consideraba "degradante si lo realizaba un hombre, al considerar que daba el rol dominante a la mujer", detalla Abras.
Una muestra de la "naturalidad" con la que, por otra parte, los romanos trataban el sexo es el gran n¨²mero y la extensi¨®n, de Chipre a M¨¦rida, de candiles con tem¨¢tica er¨®tica que se ha hallado en las yacimientos arqueol¨®gicos. "Es como si nuestras luces de casa estuvieran decoradas con felaciones y acoplamientos", dice la directora del Museo de Badalona.
El lesbianismo estaba mal visto, seg¨²n se desprende de las fuentes literarias de la ¨¦poca. La homosexualidad masculina, en cambio, era aceptada dentro de unos l¨ªmites. "Una de las cosas que m¨¢s me sorprendi¨® al estudiar la cuesti¨®n fue que las relaciones homosexuales se aceptaban mientras se dieran entre un hombre maduro y otro joven. Cuando el joven se hac¨ªa mayor deb¨ªan gustarle tambi¨¦n las mujeres y mantener relaciones homosexuales, en todo caso, con j¨®venes. La clave era la diferencia de edad". Abras recuerda la especulaci¨®n hist¨®rica seg¨²n la cual Ant¨ªnoo se suicid¨® lanz¨¢ndose al Nilo porque hab¨ªa superado la edad socialmente aceptable para ser amante de Adriano, y no quer¨ªa perjudicar al emperador con murmuraciones sobre qui¨¦n dominaba a qui¨¦n.
En la muestra El sexo en la ¨¦poca romana, que re¨²ne piezas de 11 museos ¡ªincluidas las llamadas cuatro venus catalanas, procedentes de Badalona, Barcelona, Emp¨²ries y Tarragona, que por primera se exponen juntas¡ª, destacan por su n¨²mero y extravagancia las figuras f¨¢licas. Muchas de ellas est¨¢n dedicadas al dios Pr¨ªapo que, explica Abras, se asociaba no solo a la fertilidad, sino tambi¨¦n a la abundancia agr¨ªcola.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.