Finkielkraut, contra el ¡°neoprogresismo¡± y el ¡°islamo-izquierdismo¡±

Dec¨ªa Michel Foucault que la tarea de la filosof¨ªa no es otra que diagnosticar el presente. Y dec¨ªa Charles P¨¦guy: ¡°Adelantarse, retrasarse, ?cu¨¢nta inexactitud! Llegar a la hora es lo ¨²nico exacto¡±. Coincid¨ªan, pues, en esa reivindicaci¨®n furiosa del ahora frente a devaneos memorial¨ªsticos o arriesgadas predicciones de futuro. Y a ellos dos parece agarrarse intelectualmente como una lapa el pensador, ensayista y acad¨¦mico franc¨¦s Alain Finkielkraut (Par¨ªs, 1949) en su libro?Lo ¨²nico exacto, que ahora llega en su versi¨®n en espa?ol editado por Alianza.

Finkielkraut ha visitado Madrid invitado por el Instituto Franc¨¦s para participar en la segunda edici¨®n de?La noche de las ideas. Se trata del cap¨ªtulo?espa?ol?de una iniciativa multitudinaria e internacional que se inici¨® el a?o pasado y que, esta vez bajo el t¨ªtulo?Un mundo en com¨²n, pretende analizar y debatir en numerosas ciudades y con la participaci¨®n de destacados intelectuales y pol¨ªticos, los actuales desaf¨ªos y problemas del planeta. El autor de ensayos controvertidos como?La derrota del pensamiento?o?La identidad desdichada?mantuvo ayer una conversaci¨®n con el tambi¨¦n pensador y ensayista Javier Gom¨¢, director de la Fundaci¨®n Juan March. Su t¨ªtulo:?Qu¨¦ futuro para la democracia?Posteriormente, otra mesa redonda reuni¨® al exministro de Asuntos Exteriores socialista Miguel ?ngel Moratinos con quien fuera su hom¨®logo en el gobierno franc¨¦s y secretario del El¨ªseo, Hubert V¨¦drine.

El nuevo libro de Alain Finkielkraut en espa?ol llega dos a?os despu¨¦s de haber suscitado un aut¨¦ntico volc¨¢n de cr¨ªtica y diatriba en Francia, donde parte de la intelectualidad y de la cr¨ªtica lo tach¨® de reaccionario por las ideas que sobre cuestiones como el islamismo, la laicidad, la integraci¨®n o asimilaci¨®n de los inmigrantes o la cuesti¨®n jud¨ªa trata en estas p¨¢ginas. ¡°Conoc¨ª otra ¨¦poca, en la que el debate intelectual en Francia era vivo, tenso, pero no violento. Las listas negras han vuelto y la palabra?reaccionario?ha recobrado un inter¨¦s que hab¨ªa perdido. La conversaci¨®n intelectual ha adquirido una inusitada violencia en Francia¡±, asegura Finkielkraut, que en gran parte culpa de ello al ¡°surgimiento de un neoprogresismo brutal que considera que el peligro que acecha a mi pa¨ªs no es el nuevo e indudable antisemitismo que se est¨¢ produciendo, sino simplemente el Frente Nacional¡±.

Por cierto, el profesor de Historia de las Ideas en la Universidad Polit¨¦cnica de Par¨ªs cree que Marine Le Pen no ser¨¢ presidenta de Francia, ¡°aunque s¨ª llegar¨¢ a la segunda vuelta de las presidenciales y quiz¨¢ hasta gane la primera¡±. Considera como ¡°un adversario¡± al Frente Nacional, dice no desear en absoluto que Le Pen presida el pa¨ªs pero no cree que el Frante Nacional sea ¡°en absoluto¡± un partido fascista.

Por las 67 piezas recogidas en el libro, escritas entre 2013 y 2015, desfilan lo mismo la denuncia del?Django desencadenado?de Tarantino que un conmovedor retrato de Philip Roth a sus 80 a?os; el lamento ante lo que el fil¨®sofo llama ¡°el esp¨ªritu de penitencia¡± puesto en pie por el Estado franc¨¦s tras los atentados yihadistas (¡°un esp¨ªritu que incre¨ªblemente convierte a las v¨ªctimas en culpables por aquello del ?pero qu¨¦ habremos hecho mal?¡±), la falta de integraci¨®n de los j¨®venes inmigrantes de la Francia actual o las reflexiones sobre el ¡°atolladero moral de Auschwitz¡±.

El autor considera que Francia, y el mundo en general, se encuentran inmersos en un ¡°choque de civilizaciones¡± y que ¡°un actor imprevisto ha entrado de lleno en nuestra historia: el Islam pol¨ªtico¡±. Y cree que ¡°la Historia como ejercicio de memoria ya no nos sirve para analizar eso¡±. Finkielkraut, recurrentemente masacrado en lo dial¨¦ctico por casi todo el arco de la izquierda francesa y por medios como el diario?Le Monde?o el semanario?L¡¯Obs,?denuncia adem¨¢s ¡°el surgimiento de un nuevo fen¨®meno pol¨ªtico en Francia, el islamo-izquierdismo¡±. Frente a eso, Finkielkraut parece sentirse mucho m¨¢s confortable en el seno de una nueva tendencia intelectual de corte conservador, ¡°pero no un conservadurismo que no es reaccionario ni racista, y que no quiere cambiar el mundo, sino salvar el mundo¡±.