Guillermo del Toro: ¡°Ceder ante el muro de Trump ser¨ªa el abismo absoluto¡±
El director mexicano estrena ¡®Trollhunters¡¯, su nueva serie animada que se emite por Netflix
El director mexicano Guillermo del Toro (Guadalajara, 1964) parece una incansable f¨¢brica de ideas. A pesar de estar filmando The shape of water, su nueva pel¨ªcula, o tratando de convencer a Ron Pearlman, su actor fetiche, para hacer una tercera parte de Hellboy, el coguionista de Pacific Rim siempre tiene tiempo para alg¨²n otro producto. Es el caso de Trollhunters, su m¨¢s reciente serie animada que se emite por Netflix. La animaci¨®n nace del libro, de mismo nombre, que coescribi¨® junto a Daniel Kraus. La historia nos sit¨²a en un suburbio de EE UU y en la ciudad secreta subterr¨¢nea debajo de ella. En ese escenario, un amuleto escoge al adolescente Jim Lake Jr. (en la voz del fallecido Anton Yelchin) para convertirse en el cazador de los troles malvados y protector de los buenos.
Trollhunters se inspira en los paseos y la exploraci¨®n que hizo de joven el director de Cronos por las cloacas de Guadalajara, donde se form¨® su "obsesi¨®n por lo subterr¨¢neo", admite. Tambi¨¦n jug¨® un papel importante la nostalgia de las pel¨ªculas de los ochenta de Amblin, el estudio fundado por Steven Spielberg, y ¡°la inocencia y el enorme coraz¨®n que hab¨ªa en la series de animaci¨®n de los setenta¡±, con las que creci¨®. Tuvieron que pasar 10 a?os para materializar los 26 episodios, llenos de gui?os a la cultura latina, que ven la luz en la pantalla peque?a en tiempos convulsos entre M¨¦xico y su vecino al norte del r¨ªo Bravo.
Pregunta. Carlos en El espinazo del diablo, Ofelia en El laberinto del fauno y ahora los protagonistas de Trollhunters, son algunos de los ni?os y adolescentes que han participado de su filmograf¨ªa. ?Qu¨¦ representa la fantas¨ªa en esa etapa de la vida de sus personajes?
La infancia es donde se forma la mitolog¨ªa de nuestro mundo, en el que vivimos
Respuesta. La edad formativa de qui¨¦nes somos es la infancia y juventud temprana y para m¨ª eso es importante. No permanecemos en esa edad mentalmente, pero s¨ª emocionalmente. Es ah¨ª donde se forma la mitolog¨ªa de nuestro mundo, en el que vivimos y por eso me interesan mucho estos personajes. En el caso de Trollhunters, el personaje al que me parezco m¨¢s es a Toby (se r¨ªe), en muchos sentidos.
P. La serie es apta para toda la familia, pero tambi¨¦n est¨¢ llena de elementos para mantener el inter¨¦s de un p¨²blico adulto. ?C¨®mo se logra narrativamente esa sinergia?
R. Hay ahorita una suerte de complejidad moral posmoderna en las series de animaci¨®n para ni?os, en la que el humor se inclina casi siempre hacia tem¨¢ticas m¨¢s adultas. Recordaba las series que yo ve¨ªa de ni?o, que eran de aventuras ¡ªpuras y duras¡ª con protagonistas donde hab¨ªa una mitolog¨ªa complicada. Hellboy 1 y 2, Pacific Rim, son pel¨ªculas para gente joven. Trollhunters quer¨ªa que lo disfrutaran los pap¨¢s, los ni?os j¨®venes y los m¨¢s chicos. Me interesaba lanzar una serie que no tuviera iron¨ªa posmoderna, sino que fuera realmente emocionante, rom¨¢ntica, bonita y que si la ve¨ªas en el sof¨¢, con leche y galletas, estar¨ªas feliz de estar en familia.
P. La serie se desarrolla en un t¨ªpico barrio estadounidense, pero donde hay mucha influencia de la cultura latina. ?C¨®mo valora la importancia de estos elementos en tiempos de Donald Trump?
R. Tratamos de tener en la serie todo tipo de personajes, de todo tipo de etnias. El dentista, al que le pongo voz, es mexicano, quer¨ªamos hablar de tacos (se r¨ªe); y una de las hero¨ªnas principales de la serie es Claire N¨²?ez, que quer¨ªa que fuera una mujer latina. Es la m¨¢s creativa, la que resuelve acertijos, consigue sus propias armas y esto es importante como un modelo a seguir. Cuando eres ni?o, te hace mucha falta ver tu cultura, cosas que tienes en com¨²n representadas en la pantalla, eso es bien importante.
P. En m¨¢s de una ocasi¨®n ha dicho que la gente hispana en EE UU pod¨ªa hacer la diferencia. ?Qu¨¦ pueden hacer los latinos en Hollywood por la diversidad?
R. Creo que lo estamos haciendo. Hemos roto much¨ªsimas barreras juntos. Los directores mexicanos podemos y tenemos la capacidad de acceder a un p¨²blico mundial, a un p¨²blico joven. Ver a actores como Diego Luna en Star Wars o a Bruno Bichir y Eugenio Derbez te permite pensar: 'Si eso es lo que t¨² quieres, puedes tenerlo', lo cual da mucha libertad.
En M¨¦xico, no existe una vocaci¨®n de gobernar
P. En su momento se mostr¨® cr¨ªtico frente a la visita de Donald Trump a su pa¨ªs en su condici¨®n de candidato republicano. Ahora que es presidente de EE UU, ?qu¨¦ deber¨ªa hacer M¨¦xico?
R. Para m¨ª es muy importante que se contin¨²e la acci¨®n ciudadana. No creo que la gente que est¨¢ en el Gobierno vaya a ofrecer nunca una soluci¨®n voluntariamente, porque no existe una vocaci¨®n de gobernar, porque no existe una vocaci¨®n de defender los intereses del pueblo. Le queda a la gente la necesidad de seguir manifest¨¢ndose, protestando, diciendo y preguntando cosas inc¨®modas, porque lo que est¨¢ probado, una y otra vez, es que las cosas no van a cambiar del otro lado, por ning¨²n motivo.
P. Trump ha anunciado el decreto para la construcci¨®n del muro. ?Qu¨¦ debe hacer M¨¦xico ante esta decisi¨®n?
R. Realmente ser¨ªa un esclavismo absoluto acceder de alguna forma, bilateralmente, a la existencia de un muro que nos ofende a todos.
P. ?C¨®mo ve el panorama de la animaci¨®n en su pa¨ªs?
R. En M¨¦xico, y m¨¢s concretamente en Guadalajara, lo que es muy notable es la animaci¨®n de stop motion, tanto en plastilina como en t¨ªteres de l¨¢tex. Competir en animaci¨®n por computadora es dif¨ªcil, porque los recursos nos sobrepasan, como pasa a veces con producciones extranjeras que tienen el presupuesto 10 veces m¨¢s grande. En cambio, en stop motion lo que tienes es la paciencia, la artesan¨ªa y el sentido art¨ªstico de un grupo peque?o, pero muy unido de animadores y eso es muy bueno. Ah¨ª podemos competir y estamos compitiendo muy fuertemente. En animaci¨®n por computadora, poco a poco, se van dando pasos importantes.
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