Richard Pipes: ¡°No hubo nada positivo ni grandioso en la Revoluci¨®n Rusa¡±
El historiador, una de las m¨¢ximas autoridades sobre la URSS, condena radicalmente todo cuanto guarda relaci¨®n con ese periodo
Considerado una de las m¨¢ximas autoridades en estudios de historiograf¨ªa sovi¨¦tica a escala mundial, Richard Pipes (Cieszyn, Polonia, 1923), catedr¨¢tico em¨¦rito de la Universidad de Harvard, es autor de m¨¢s de 25 vol¨²menes de historia, entre los que destaca La Revoluci¨®n Rusa, monumental estudio de mil p¨¢ginas, originalmente publicado en 1990, considerado uno de los an¨¢lisis m¨¢s rigurosos y exhaustivos jam¨¢s escritos sobre la Revoluci¨®n Rusa, cuyo centenario se conmemora en 2017. Pese a su innegable brillantez, el libro no fue recibido de manera un¨¢nimemente favorable, dado el radicalismo con que Pipes condena cuanto guarda relaci¨®n con el fen¨®meno hist¨®rico que estudia. La entrevista tiene lugar en su casa de Harvard, una mansi¨®n de aspecto profesoral situada en una calle recogida, un d¨ªa lluvioso. Pipes, de 93 a?os, es un hombre l¨²cido y afable, de conversaci¨®n tranquila. En el vest¨ªbulo de su casa se acumulan cajas llenas de papeles manuscritos, las notas de toda una vida dedicada a la investigaci¨®n, que pronto ser¨¢n trasladadas a la biblioteca de Harvard con la idea de reunirlas en un archivo que llevar¨¢ el nombre del prestigioso profesor.
PREGUNTA. El a?o 2017 marca el centenario de la Revoluci¨®n Rusa, uno de los acontecimientos clave del siglo XX. ?Cu¨¢l es el legado de un fen¨®meno de semejante envergadura hist¨®rica?
RESPUESTA. Millones de cad¨¢veres. La Revoluci¨®n Rusa fue uno de los sucesos m¨¢s tr¨¢gicos del siglo XX. No hubo absolutamente nada positivo ni grandioso en aquel acontecimiento. Entre otras cosas, arrastr¨® a la humanidad a la II?Guerra Mundial. Los s¨®viets establecieron un r¨¦gimen de terror sin precedentes. No tuvieron ning¨²n escr¨²pulo a la hora de establecer una alianza con los nazis en la II?Guerra Mundial. Hitler no se hubiera atrevido a iniciar las hostilidades si Rusia no hubiera estado a su lado.
P. ?C¨®mo se hizo historiador?
Los rusos no soportan la debilidad. Les gustan los l¨ªderes fuertes. Todos los h¨¦roes de la historia del pa¨ªs son figuras fuertes
R. La historia me ha interesado desde ni?o. Mis padres, jud¨ªos polacos, abandonaron el pa¨ªs huyendo de los nazis. Uno de mis ¨²ltimos recuerdos es cuando vi a Hitler desde el balc¨®n de mi casa, desfilando triunfalmente por las calles de Varsovia, d¨ªas despu¨¦s del comienzo de la ocupaci¨®n de Polonia. Cuando llegamos a EE?UU me matricul¨¦ en un college de Ohio. Durante la guerra me destinaron a una unidad especial de estudios y aprend¨ª ruso en tres meses. Ingres¨¦ en Harvard en 1946, y all¨ª me matricul¨¦ en Historia, especializ¨¢ndome en estudios sovi¨¦ticos, que entonces era un campo muy abierto en el que hac¨ªan falta especialistas. La historia explica c¨®mo hemos llegado al lugar donde nos encontramos. Si se quiere entender EE?UU, comprender la textura de la mentalidad del pa¨ªs, es absolutamente imprescindible estudiar su historia. La historia nos explica el medio en el que nos movemos y vivimos.
P. El curso de la Revoluci¨®n Rusa lo determinaron las figuras formidables de Lenin y Stalin, que usted estudia en profundidad. ?Podr¨ªa compararlas?
R. Stalin tom¨® a Lenin como modelo, pero sus personalidades eran totalmente distintas. Lenin inicia la revoluci¨®n y Stalin acaba con ella. Los dos fueron responsables de la muerte de muchos seres humanos, aunque la balanza se inclina pavorosamente del lado de Stalin por lo que al n¨²mero de v¨ªctimas se refiere. B¨¢sicamente, Lenin era indiferente a la vida humana; si ten¨ªa que disponer la muerte de alguien, lo hac¨ªa sin problemas, pero Stalin disfrutaba decretando el exterminio de millones de personas. Ten¨ªa instintos s¨¢dicos. Lenin era un idealista, fan¨¢tico en grado superlativo, cre¨ªa a ciegas que la abolici¨®n del capitalismo y el advenimiento del socialismo extender¨ªan la revoluci¨®n por todo el mundo. Su muerte tiene algo de tr¨¢gico: muri¨® decepcionado, perfectamente consciente de que el sue?o de la revoluci¨®n hab¨ªa fracasado. Stalin, sin embargo, lleg¨® a ver c¨®mo la revoluci¨®n se extend¨ªa a gran parte de Europa. Muchos lugares del mundo abrazaron el comunismo estando ¨¦l en el poder, pero el r¨¦gimen que cre¨® traicion¨® el esp¨ªritu de la revoluci¨®n. Una diferencia importante con respecto a Lenin era que pose¨ªa un ego desaforado.
P. Cuando compara a Stalin con Hitler, parece que se desdibujan las diferencias, pese a que sus ideolog¨ªas eran antag¨®nicas.
R. Los dos fueron responsables directos de la muerte de millones de personas, que perpetraron en nombre de sus ideolog¨ªas, que se sustentaban sobre premisas radicalmente distintas. El nazismo se apoyaba en la sangre, y el comunismo, en la fe, pero en cuanto a la persecuci¨®n que cada uno de los dos reg¨ªmenes llev¨® a cabo no hubo apenas diferencias. Ambos construyeron campos de exterminio. Stalin tambi¨¦n persigui¨® a gente en virtud de su origen nacional. Y es un hecho que acabaron colaborando. En el balance final, los dos reg¨ªmenes tienen mucho en com¨²n.
P. ?C¨®mo explica que Alexandr ?Solzhenitsin, cuya repulsa al r¨¦gimen sovi¨¦tico es comparable a la suya, estuviera en total desacuerdo con sus tesis sobre la Revoluci¨®n Rusa?
R. La ra¨ªz de nuestra discrepancia estriba en que para ¨¦l la Revoluci¨®n Rusa fue una violaci¨®n de la historia, un atentado contra el esp¨ªritu ruso, mientras que en mi opini¨®n la Revoluci¨®n Rusa hund¨ªa sus ra¨ªces en el pasado del pa¨ªs, est¨¢ profundamente imbricada con su historia.
P. Usted sostiene que en la historia del pueblo ruso hay una larga tradici¨®n de admiraci¨®n por los l¨ªderes fuertes, aut¨®cratas.
R. Los rusos no soportan la debilidad. Les gustan los l¨ªderes fuertes. Hay una raz¨®n hist¨®rica por detr¨¢s de todo esto: el Estado ruso no ha sido nunca suficientemente coherente, y la ¨²nica manera de darle coherencia es mediante la intervenci¨®n de un l¨ªder potente. Todos los h¨¦roes de la historia rusa son personalidades fuertes: Iv¨¢n el Terrible, Pedro el Grande, Alejandro?III, Stalin, y ahora Putin, un aut¨®crata que cuenta con la aprobaci¨®n del 85% de la poblaci¨®n.
Ser presidente de EE UU requiere ciertas cualidades de las que Trump carece
P. ?En qu¨¦ consisti¨® su trabajo como asesor de Ronald Reagan?
R. Me nombr¨® miembro del Consejo Nacional de Seguridad para cuestiones relacionadas con la Uni¨®n Sovi¨¦tica y Europa Oriental.
P. ?Qu¨¦ era el Equipo B, creado por usted?
R. Un equipo de trabajo integrado por expertos que realizaban labores de inteligencia para la CIA en relaci¨®n con el futuro de la Uni¨®n Sovi¨¦tica. Complementaba el trabajo del Equipo A, que realizaba directamente la CIA.
P. ?Cree que Reagan aceler¨® la ca¨ªda del imperio sovi¨¦tico?
R. S¨ª, aunque el r¨¦gimen sovi¨¦tico cay¨® por razones internas, no por influencia externa de ninguna clase. ?Reagan no provoc¨® el colapso, el colapso vino de dentro.
P. Reagan fue su presidente favorito. ?Qu¨¦ opini¨®n le merece Obama?
R. Es un hombre d¨¦bil, y su pol¨ªtica exterior, muy desacertada.
P. ?Qu¨¦ piensa de Donald Trump?
R. Tengo una opini¨®n muy baja de ¨¦l. Me gustar¨ªa que me decepcionara y resultara ser mejor de lo que creo que es; tiene un ego desaforado, que me recuerda mucho a ciertos dictadores europeos. Es totalmente distinto a todos los presidentes americanos que yo haya estudiado jam¨¢s. Soy republicano, pero en las ¨²ltimas elecciones vot¨¦ dem¨®crata. Ahora mismo EE?UU atraviesa una crisis grav¨ªsima, de la que la elecci¨®n de Trump es un s¨ªntoma inequ¨ªvoco. Hace 20 o 30 a?os eso no hubiera podido suceder. Me resulta incomprensible que la gente le haya votado y no s¨¦ qu¨¦ esperan que haga. Ser presidente de EE?UU requiere ciertas cualidades de las que Trump carece.
P. ?Qu¨¦ va a pasar?
R. Lo van a echar, es capaz de violar la Constituci¨®n.
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