Mary Tyler Moore
'La chica de la tele' cre¨® un modelo fuerte de mujer trabajadora que inspir¨® a generaciones
No conoc¨ª a Mary Tyler Moore por La chica de la tele. Durante mi infancia cac¨¦ alguna repetici¨®n de Lou Grant, pero reconozco que la ic¨®nica sitcom sonaba demasiado a?eja para un hijo de los noventa. La primera vez que escuch¨¦ el nombre de la pionera de la televisi¨®n fue en boca de otras, ilustres alumnas que veneraban a esa mujer trabajadora e independiente, la primera en protagonizar una comedia de centro de trabajo y que, tras su ¨¦xito, se convirti¨® en productora de alguna de las series m¨¢s recordadas de la ¨¦poca.
Como ocurri¨® con Carrie Fisher, cuando Tyler Moore falleci¨® la respuesta en redes fue muy reivindicativa. Decenas de mujeres subrayaban lo importante que hab¨ªa sido su personaje en sus carreras. Hab¨ªa influido en las decisiones vitales de humoristas como Tina Fey o Ellen DeGeneres, de periodistas como Oprah Winfrey e incluso de Michelle Obama. Todas se inspiraron en Mary para buscar un hueco en un terreno laboral obtuso y machista que, 50 a?os despu¨¦s, sigue en pie. Por eso, aunque parezca obvio decirlo, es todav¨ªa necesario que la ficci¨®n cree modelos de mujeres fuertes que rompan barreras sociales.
Moore naci¨® en un mundo en el que no deb¨ªa ser graciosa: "Entonces las mujeres no hac¨ªan re¨ªr. Cada que vez que veo alguien riendo a¨²n tengo un escalofr¨ªo". James L. Brooks y Allan Burns confeccionaron, sin embargo, una comedia a su medida, una mujer moderna y pizpireta que depart¨ªa sin complejos sobre igualdad salarial, anticonceptivos y libertad sexual. Era 1970 y la televisi¨®n tocaba temas ins¨®litos, y lo hac¨ªa en uno de sus espacios m¨¢s vistos.
A su alrededor surgieron, adem¨¢s, voces femeninas como las de Cloris Leachman, Valerie Harper -que lograron sus propias series- y Betty White, que en Las chicas de oro hizo tambi¨¦n que vi¨¦ramos de otra manera la tercera edad. La comedia televisiva, aparentemente inane y perecedera, ayudaba a abrir la mente del espectador, quien aceptaba roles que en su vida no admit¨ªa.
No es cuesti¨®n de cupos ni porcentajes. La ficci¨®n sigue teniendo la obligaci¨®n de ser inclusiva, de hablar del mundo y romper preconcepciones. Mary se convirti¨® en parte de la familia. Su papel, como hizo?Modern Family con los homosexuales, logr¨® m¨¢s que cualquier discurso abstracto. Cambi¨® el mundo con una sonrisa.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.