Una donaci¨®n de Inditex resucita los trabajos del diccionario hist¨®rico
Un equipo de 11 personas impulsar¨¢ un proyecto que perdi¨® la subvenci¨®n estatal. Se trata de incorporar 6.000 vocablos en un lustro con su origen, versiones y derivaciones
Como el mito de S¨ªsifo, as¨ª es la evoluci¨®n de la?Real Academia Espa?ola (RAE) con su Diccionario Hist¨®rico. El proyecto de retratar la genealog¨ªa de las palabras ha sido un anhelo durante siglos, presente ya en la misma fundaci¨®n de la instituci¨®n all¨¢ por 1726, y constantemente interrumpido. Ahora emprende de nuevo el camino hacia la cumbre bajo el nombre de Nuevo Diccionario Hist¨®rico del Espa?ol, gracias a un impulso econ¨®mico de 1,7 millones de euros prorrogables a cinco a?os que le ha donado Inditex. Una vez perdida una subvenci¨®n estatal de 800.000 euros, esta nueva inyecci¨®n econ¨®mica permitir¨¢ aumentar por tres el equipo y encarar una labor que prev¨¦ 6.000 nuevas entradas en un lustro.
Estar¨¢ dirigido por el acad¨¦mico?Jos¨¦ Antonio Pascual y coordinado por la profesora de la Universidad de Santiago de Compostela Mar Campos. ¡°Era nuestra asignatura pendiente¡±, reconoce Dar¨ªo Villanueva, director de la RAE. ¡°Esperamos que esta sea la ocasi¨®n definitiva¡±. Los dos primeros intentos, culminados a medias, se desarrollaron entre 1933 y 1936 y entre 1960 y 1996. El tercero, retomado en 2006, vivi¨® un frenazo con la crisis que ech¨® de nuevo abajo la piedra desde la loma del monte.
En todos prevalec¨ªa la misma intenci¨®n: determinar la ra¨ªz de las palabras¡ pero tambi¨¦n su biolog¨ªa, sus ancestros, la familia, los or¨ªgenes¡ Hacerlas viajar de vuelta a las esencias, vengan de donde vengan, y explicar as¨ª el car¨¢cter de un idioma, ¡°como todos, mestizo¡±, asegura Pascual.
Este doctor en Lengua y catedr¨¢tico por las Universidades de Sevilla, Salamanca y la Carlos III (Madrid), ha puesto la base de este enorme empe?o que nace distinto: ¡°Con car¨¢cter nativo digital¡±, asegura. Pascual ha dejado atr¨¢s una econom¨ªa de guerra para el proyecto que apenas les permit¨ªa avanzar desde que perdieran la subvenci¨®n estatal.
La Biblioteca Nacional, aliada
La aventura de este Nuevo Diccionario Hist¨®rico del Espa?ol tiene fuertes aliados. No s¨®lo Inditex en lo econ¨®mico. Tambi¨¦n ha contado con la Fundaci¨®n San Mill¨¢n de la Cogolla, que ha facilitado la contrataci¨®n de un miembro del equipo formado por fil¨®logos, lexic¨®grafos e inform¨¢ticos. Y ahora se une la Biblioteca Nacional (BNE) en lo estrat¨¦gico. Ana Santos Aramburo, su directora, anuncia la creaci¨®n de un convenio espec¨ªfico para su desarrollo. "Nos ilusiona mucho entrar, m¨¢s cuando estamos convencidos, como los responsables del proyecto, de que este Diccionario cambiar¨¢ las posibilidades de estudiar la historia de nuestra lengua", asegura. "Nuestro papel se centra en hacer accesible directamente al proyecto la digitalizaci¨®n de nuestros fondos, algo que a ellos les resulta b¨¢sico y para nosotros ser¨¢ de enorme importancia". Tanto Jos¨¦ Antonio Pascual como Mar Campos, encargados del Diccionario, se?alan que la Hemeroteca Digital y la Biblioteca Digital Hisp¨¢nica, dependientes de la BNE, son dos de las fuentes fundamentales del proyecto. "Tener v¨ªa de entrada libre, es crucial", afirman.
Espera que esta nueva etapa sea el inicio de su evoluci¨®n definitiva. S¨®lo lamenta que no llegar¨¢ a ver el final. Pero, al tiempo, se consuela: ¡°Estas iniciativas no tienen final¡±. Lo mismo debieron sentir aquellos pioneros, cree Pascual. Acad¨¦micos comprometidos e implicados como Julio Casares, Vicente Garc¨ªa de Diego, Rafael Lapesa o Manuel Seco, entre otros, en sus anteriores intentos¡ ¡°Y con posibilidades mucho m¨¢s limitadas¡±, a?ade el miembro de la RAE.
Ha sufrido las estrecheces de la crisis, pero ha aguantado con fe ciega el proyecto, lo mismo que su fiel colaboradora, Mar Campos. Ambos lo han hecho guiados por la pasi¨®n en la historia de las palabras, en la verdad de un idioma desnudo, como cada uno de los 11 componentes del equipo que construyen d¨ªa a d¨ªa este Nuevo Diccionario Hist¨®rico.
La pauta que les dio Pascual desde el inicio ha sido no desechar nada de lo anterior. Aquellos trabajos germinales se hicieron con fichas. Hoy, el mundo digital, multiplica y acelera las variantes. ¡°Pero tambi¨¦n nos hace caer en el error¡±, afirma Mar Campos. Y corregir precedentes. ¡°Nosotros mismos estamos asombrados ante las novedades etimol¨®gicas que vamos aportando y que cambiar¨¢n muchas versiones y creencias¡±.
Todo ser¨¢ m¨¢s r¨¢pido, porque el patrocinio de Inditex, sujeto a continuidad, as¨ª lo permite. Pero con la bendici¨®n, ante todo, del rigor y la colaboraci¨®n de fil¨®logos a los que en determinados casos piden ayuda. ¡°Nadie rechaza implicarse y tenemos grandes expertos en el mundo hisp¨¢nico que lo enriquecen constantemente a petici¨®n nuestra o por propia iniciativa¡±, afirma Pascual. Por supuesto, dichas aportaciones quedan registradas en cada entrada del portal.
El ritmo desesperar¨¢ a algunos, admiten los responsables del proyecto, pero es el ¨²nico posible. ¡°Si en 2013 pudimos mostrar 350 entradas, a partir de ahora, subir¨¢n a m¨¢s de 1.000 anuales¡±, aseguran ambos. El orden no es alfab¨¦tico, como ocurri¨® en los anteriores intentos: ¡°Lo estamos organizando por grupos de palabras relacionados sem¨¢nticamente y por familias l¨¦xicas¡±. Y las fuentes principales, vienen tanto de los peri¨®dicos como de la literatura, y los corpus ling¨¹¨ªsticos. Pero tambi¨¦n, en gran parte, incluso en mayor medida, ¡°de la t¨¦cnica y sus avances¡±, comenta Campos.
Para ello, aduce Dar¨ªo Villanueva, ¡°hemos desarrollado un programa inform¨¢tico propio¡±. La ambici¨®n es traspasar las posibilidades mismas de un Diccionario Hist¨®rico tipo, como el?Oxford y sus 600.000 entradas para el ingl¨¦s o el?Tr¨¦sor de la Langue Fran?aise y sus 16 vol¨²menes. ¡°Aunque el precedente de los diccionarios de esta clase es el que hicieron los?hermanos Grimm para el alem¨¢n, cuyo primer volumen fue publicado en 1854¡±, apunta la experta gallega.
El programa inform¨¢tico permite lo que buscan: ¡°Convertirnos en una aut¨¦ntica base de datos del espa?ol¡±, asegura Pascual. Al abrir la ventana, las palabras, aparte de la descripci¨®n hist¨®rica, cuentan con pesta?as de sin¨®nimos, hiper¨®nimos¡ ¡°Toda la historia, versiones y derivaciones de cada vocablo, desde sus or¨ªgenes a su evoluci¨®n, est¨¦n o no en uso¡±, a?ade Villanueva. Una epopeya de amor a la lengua que no tendr¨¢ fin pero que ojal¨¢, desde ahora, no vuelva a caer de la monta?a, como la roca del pobre S¨ªsifo, en busca de otro incierto principio.
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