Una versi¨®n ¡®millennial¡¯ de ¡®El guardi¨¢n entre el centeno¡¯

Con 22 se est¨¢ a punto de casi todo, se tiene casi todo por delante: graduarse, tener en la mano el diploma firmado por el Rey que certifica que te has sacado una carrera, el mercado laboral y el fr¨ªo fuera de la facultad, constatar lo dif¨ªcil que es pedir beca tras beca para seguir estudiando. Mar¨ªa P¨¦rez Heredia (Zaragoza, 1994) est¨¢ justo ah¨ª. ¡°Asusta un poco cuando se cierra una etapa trascendente¡±, dice, y tantea que el siguiente paso la lleve a Berklee (Boston) o Edimburgo. ¡°Un m¨¢ster de literatura¡±, sonr¨ªe. Lo no tan normal son los logros con que se topa, tan joven, mirando atr¨¢s. Ha venido a Madrid para presentar su segunda novela, Starman, editada por Reservoir Books. Ten¨ªa 19 cuando public¨® Esos d¨ªas raros de lluvia (Eclipsados) para meterse en la piel de un trasunto de Bowie, para conocer al mito cuya canci¨®n le ha legado tambi¨¦n el t¨ªtulo de este libro en el que un muchacho, Clay, cumple punto por punto el sue?o americano, deviene actor despu¨¦s de que alguien lo descubra poniendo caf¨¦s y, de la noche a la ma?ana, se transforma en el nuevo James Dean. Y desaparece, porque el ¨¦xito no le cura nada, porque la fama no le aporta nada.

Tampoco es normal para un novel que Jaume Bonfill, el editor, estuviera esperando su manuscrito todav¨ªa sin terminar y que P¨¦rez Heredia tuviera la certeza de que se lo publicar¨ªan. ¡°Da mucha tranquilidad¡±, dice, y cuenta c¨®mo incluso le indujo el parlamento con que Clay cierra el libro. Ella habla de Clay como de un amigo de infancia y le traspasa sus propias influencias: a Mar¨ªa P¨¦rez Heredia le gusta el Bildungsroman, la novela de aprendizaje (¡°corrige mi mala pronunciaci¨®n cuando lo escribas¡±, dice risue?a) y, entre ellas, considera ejemplar el Holden Caulfield de Salinger; Clay sabe de memoria pasajes de El guardi¨¢n entre el centeno desde adolescente y se siente un espejo de su protagonista. Respecto a su propia evoluci¨®n la escritora considera que el principal cambio tiene que ver con su seguridad: ¡°Antes cre¨ªa que ten¨ªa que demostrar a todo el mundo que hab¨ªa le¨ªdo mucho para mi edad y me parapetaba en citas de autoridad, en referencias literarias. Ahora esta prosa es m¨ªa¡±.

Persegu¨ªa sin ¨¦xito?una historia que contar desde que puso punto final a Esos d¨ªas raros de lluvia cuando una noche, viendo el reality de las Kardashian, supo que Lamar Odom, ala p¨ªvot que gan¨® dos veces la NBA con Los ?ngeles Lakers, que lo ten¨ªa todo en apariencia, trat¨® de esfumarse. Lo encontraron cr¨ªtico en un burdel de Nevada por una sobredosis y ni siquiera pudieron evacuarlo en helic¨®ptero por sus dos metros diez de altura. ¡°?Qu¨¦ lleva a una persona que ha triunfado, a la que respetan y quieren, a hacer algo as¨ª? Esa era la pregunta que quer¨ªa explorar; todos somos un poco infelices y a todos nos cuesta lidiar con el vac¨ªo¡±. Con esa an¨¦cdota se enterr¨® en la cama con el ordenador y construy¨® a Clay. Escogi¨® un hombre por verosimilitud: ten¨ªa que ser el ganador del Oscar m¨¢s joven de la historia y Tatum O¡¯Neal o Anne Helene Paquin lo obtuvieron con 11 a?os. ¡°Creo que habr¨ªa muchas cosas que hubieran sido distintas si hubiera optado por una mujer, pero no me cost¨® adoptar su punto de vista. Fue de veras una decisi¨®n pragm¨¢tica".

Nunca ha puesto un pie en Los ?ngeles ¡ªs¨ª en EE UU¡ª pero la recrea con solvencia gracias, dice, a la serie de HBO El s¨¦quito y a los libros de Bret Easton Ellis. Y, cuando no bastaba, ¡°Google Maps es maravilloso¡±. En la sauna, despu¨¦s del gimnasio, resuelve los dilemas literarios m¨¢s hondos que le surgen y, esta vez, ya tiene entre manos el siguiente libro sin apenas dejarse respiro. ¡°Toca una voz femenina. Una chica crece en un lugar muy apartado y luego tiene que enfrentarse al mundo, que le es ajeno.¡± Es el resultado, manifiesta, de un atrac¨®n de pel¨ªculas de Brit Marling, de la combinaci¨®n de?Las v¨ªrgenes suicidas m¨¢s la lectura de Jeffrey Eugenides con la est¨¦tica de Sofia Coppola.