¡°Cuesta ver a gente joven leyendo¡±
Autom¨¢tica Editorial naci¨® en el meollo de la crisis econ¨®mica tras una reuni¨®n de amigos que decidieron publicar los libros que les gustaban y no encontraban en las librer¨ªas
Que una editorial se estrene publicando dos obras de autores tan antag¨®nicos y, a la vez, tan fascinantes como Fernando Arrabal (La torre herida por el rayo) y M¨¢ximo Gorki (Infancia) es lo m¨¢s parecido a entrar en un saloon del lejano oeste dando un rotundo puntapi¨¦ mientras dejas temblando unas puertas al borde de la quiebra. Tal proeza fue realizada por la madrile?a Autom¨¢tica Editorial en el a?o 2012, en mismo meollo de la crisis econ¨®mica. ¡°Todo surgi¨® por casualidad en una reuni¨®n de amigos que hab¨ªamos vuelto a Espa?a despu¨¦s de un periplo por el extranjero; en una conversaci¨®n nos dimos cuenta de que hab¨ªamos estado leyendo una serie de obras que nos hab¨ªan gustado mucho y era imposible encontrarlos aqu¨ª¡±, afirma Dar¨ªo Ochoa de Chinchetru, editor de Autom¨¢tica.
El nombre empez¨® siendo provisional pero poco a poco le fueron cogiendo cari?o: ¡°En consonancia con su nombre, Autom¨¢tica s¨ª reflejaba lo que quer¨ªamos hacer: una editorial con el firme prop¨®sito de moverse por s¨ª misma al margen de tendencias puntuales, de lo que pueda suceder alrededor¡±. En este sentido, Autom¨¢tica se esfuerza en seleccionar meticulosamente cada uno de sus t¨ªtulos, realizar nuevas traducciones, pr¨®logos cuidados y cubiertas acordes con el esp¨ªritu de cada obra.
En el cat¨¢logo de Autom¨¢tica conviven sin ning¨²n tipo de prejuicio obras cl¨¢sicas con contempor¨¢neas, obras in¨¦ditas en Espa?a con otras descatalogadas. El objetivo no es otro que entablar un di¨¢logo con un p¨²blico lector cada vez m¨¢s amplio y exigente.¡±Todas nuestras obras pertenecen a narrativa y todas est¨¢n en una misma colecci¨®n, aunque s¨ª es verdad que tenemos una especial querencia por la narrativa del Este. Casi un 60% del cat¨¢logo pertenece a esa literatura, con autores mayoritariamente rusos¡±, afirma Ochoa de Chinchetru. Y lo cierto es que en casi todos los libros de Autom¨¢tica hace fr¨ªo. Esa es la consecuencia m¨¢s inmediata de declarar el amor a la literatura rusa. Ese tipo de literatura, precisamente, que ¡°impacta, que no nos deja indiferentes, que nos modifica como individuos¡±.
Los libros de mayor ¨¦xito de una editorial que no se sustenta por sus millones de ventas de ejemplares tienen un gran componente de sacrificio y prestigio. Para el editor de Autom¨¢tica, tres son los libros que sujetan su idea de literatura: El sue?o de la aldea Ding o Los besos de Lenin, de Yan Lianke (¡°un autor chino que ha sido candidato al Nobel. Fuera de Espa?a tiene una gravedad propia y aqu¨ª estaba in¨¦dito, as¨ª que para nosotros ha sido un orgullo¡±); El arca de No¨¦, de Yord¨¢n Rad¨ªchkov (¡°un autor ya fallecido en 2004 que es el m¨¢s importante de Bulgaria en la segunda mitad del siglo XX, un autor espectacular¡±); El octavo d¨ªa y La c¨¢bala, de Thornton Wilder (¡°todo un Premio Nacional de Narrativa estadounidense que hemos conseguido publicar¡±).
Dar¨ªo Ochoa de Chinchetru, ?ngela Eg¨²zquiza y Luc¨ªa Barahona ¡ªlas otras dos editoras de Autom¨¢tica¡ª decidieron emprender en la industria editorial por la combinaci¨®n perfecta de dos factores: ¡°Por un lado, cre¨ªmos que era una profesi¨®n muy bonita, ya que la materia prima con la que trabajas es, ante todo, buena literatura. Por otro lado, por un desconocimiento absoluto de las dificultades que entra?aba el sector y la coyuntura econ¨®mica en la que nos encontramos¡±. Con esos elementos combinados se lanzaron ¡ª"con bastante inocencia¡±¡ª a este mundo que, seg¨²n afirman, ¡°ha sido duro pero gratificante¡±.
Entre esas dificultades, si se obvia la tan manida crisis en cuyo germen nacieron ellos mismos, el editor detecta dos grandes obst¨¢culos: uno de ¨ªndole personal (¡°la posibilidad de hacernos un hueco, crearnos una identidad que sea capaz de llegar a los pocos lectores que hay y darles una confianza para que vuelvan a tus libros¡±); otro, de ¨ªndole general y, quiz¨¢s, de m¨¢s compleja soluci¨®n (¡°hay escasez de lectores en Espa?a, una escasez con la que debemos lidiar. Cuesta ver una renovaci¨®n en la base de lectores, cuesta ver a gente joven leyendo. Hemos de encontrar el modo de conectar con ese lector porque es el futuro¡±).
Dar¨ªo, un joven editor que lleva cinco a?os en esta industria, sigue creyendo en los libros. La raz¨®n es sencilla: ¡°Los libros son libertad¡±. Y la libertad en este mundo es, para el editor, una cierta garant¨ªa: ¡°Vivimos en un mundo complejo y m¨¢s que nunca corremos el riesgo de tener acceso a ¨¦l desde las rejas de una posici¨®n mayoritaria en la que el 'yo' adquiere unas dimensiones monstruosas¡±. Si convenimos que la literatura es una inmersi¨®n profunda en el otro, el libro se revela como la gran piedra filosofal de nuestro tiempo: ¡°El libro nos abre puertas hacia otras ¨®pticas desde las que ver la realidad que, en cierto sentido, ampl¨ªan nuestro mundo y nos ayuda a redimensionarlo porque en el fondo no somos tan importante¡±. ?Por qu¨¦ creer en los libros? Porque la lectura es eso, un camino hacia la libertad.
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