¡°Me sigo sintiendo un burro, pero ahora con ¨¦xito¡±

Relata su extraordinaria historia como si de un cuento se tratara: ¡°Estaba en Par¨ªs, en una situaci¨®n precaria, sal¨ªa mucho de fiesta, iba sin rumbo. Llam¨¦ a mis padres, les dije que estaba muy deprimido y les pregunt¨¦ si pod¨ªa venir a Espa?a a buscar refugio. No vine para escribir. Por lo general, cuando digo que voy a hacer algo, al final no lo hago. Sal¨ª en pleno invierno, con menos cinco grados, nevaba, todo era muy triste en Par¨ªs. En el avi¨®n ni siquiera ten¨ªa una historia en mi mente. Aterric¨¦ y antes de llegar a Altea la Vella, nos paramos en un estanco en la carretera. Yo estaba escuchando un poco de jazz, el tiempo era maravilloso, el viento c¨¢lido, ol¨ªa a azahar, a jazm¨ªn. Al d¨ªa siguiente, me levant¨¦ a las 5,30 de la ma?ana para empezar una novela sin tener ning¨²n argumento. Hab¨ªa escrito un libro muy largo, c¨ªnico, violento, que nadie quiso, y solo sab¨ªa que quer¨ªa escribir algo totalmente opuesto¡±.

Y Olivier Bourdeaut lo hizo. En siete semanas, este antiguo agente inmobiliario, fumigador y fontanero escribi¨® una f¨¢bula luminosa sobre una pareja embriagada de bailes, c¨®cteles, manjares y libros, con un principio deslumbrante, l¨²dico, narrado a trav¨¦s de los at¨®nitos ojos de un ni?o.

¡°Necesitaba algo de luz, una raci¨®n de optimismo¡±, recuerda moreno Bourdeaut, en una soleada ma?ana invernal. La terraza de su casa recae sobre una peque?a playa donde las olas mueren mansamente en la orilla. Hoy, tras el gran ¨¦xito el pasado a?o de su primera novela, Esperando a mister Bojangles (Salamandra), el escritor franc¨¦s de 36 a?os se ha establecido en las afueras de la poblaci¨®n alicantina de Altea, no muy lejos de la casa de sus padres jubilados, en la sierra de B¨¨rnia, de camino a la encastillada y pintoresca localidad de Guadalest.

Escrita en Altea

Estos escenarios naturales, que disfrutaba mientras la escrib¨ªa, son recreados de manera difusa en la novela. Los padres protagonistas compran un castillo en Espa?a para proseguir su disoluta y hedonista vida, y all¨ª, y en Par¨ªs, transcurre la acci¨®n de un libro, cuyo t¨ªtulo remite a la estupenda versi¨®n de la canci¨®n Mister Bojangles, interpretada por Nina Simone. ¡°Esa canci¨®n estaba en mi Ipod y me pareci¨® que la voz era muy c¨¢lida, melanc¨®lica, pero tambi¨¦n con puntos de alegr¨ªa. Era mi compa?era, la escuchaba en bucle¡±, explica el autor.

La pareja protagonista, ¡°que se ama con locura¡±, apostilla Bourdeaut, no deja de bailar el tema de la cantante y pianista en su descenso al otro lado de la cordura, sin perder la ligereza y el tono de f¨¢bula de esta novela corta cuya publicaci¨®n tiene algo de ¡°milagroso¡±. ¡°Era bastante megal¨®mano y pretencioso y quer¨ªa que una gran editorial me publicara. Pero me dieron calabazas. Y hace a?o y medio me hablaron de una peque?a editorial de Burdeos, Finitude. Investigu¨¦ en Internet. Hab¨ªa publicado autores muy interesantes, con portadas muy bonitas y daba buen rollo. Se lo envi¨¦ y me llamaron cuatro d¨ªas despu¨¦s. Pens¨¦ que me estaban tomando el pelo. Llevaba esperando siete a?os esa llamada. No daba cr¨¦dito. En su voz se notaba esa sensaci¨®n de urgencia que yo ya hab¨ªa olvidado. Me preguntaron si la hab¨ªa ense?ado a otros. En fin, pintaban bastos¡±, explica, sin dejar de sonre¨ªr.

El p¨¦simo estudiante, el fracasado, el cr¨¢pula, toc¨® la clave del ¨¦xito y su libro se convirti¨® en un fen¨®meno editorial en Francia, aup¨¢ndose en la lista de los m¨¢s vendidos y cosechando una retah¨ªla de premios (finalista tambi¨¦n al Goncourt a la primera novela) y de buenas cr¨ªticas. Ahora le espera la adaptaci¨®n al cine (de la que se ha comprometido a no adelantar apenas nada) con un equipo art¨ªstico de campanillas, justo lo que el propio autor hab¨ªa imaginado en una ocasi¨®n. ¡°S¨ª, es como un milagro, como algo de magia, pero me sigo sintiendo un burro, igual que antes, s¨®lo que ahora con ¨¦xito¡±.