La rama ¨¢rabe del movimiento surrealista
El Reina Sof¨ªa acoge la obra del colectivo Arte y Libertad que se reuni¨® en El Cairo entre 1938 y 1948
De manera casi autom¨¢tica, el surrealismo se asocia con Europa y con Par¨ªs, ciudad en la que naci¨® y se desarroll¨® como movimiento art¨ªstico y literario entre 1920 y 1930. Pero su potencia tuvo tal repercusi¨®n que a lo largo de varios a?os se expandi¨® por diferentes lugares del mundo. Una de sus m¨¢s poderosas ramas prendi¨® en El Cairo entre 1938 y 1948, donde un grupo de artistas capitaneados por el poeta Georges Henein fundaron el colectivo Arte y Libertad, la versi¨®n m¨¢s revolucionaria de una tendencia esencial del siglo XX. El Reina Sof¨ªa abre ma?ana al p¨²blico la exposici¨®n Art et Libert¨¦. Ruptura, guerra y surrealismo en Egipto (1938-1948)?con un centenar de pinturas y otros tantos objetos que reconstruyen la historia y aportaciones de los surrealistas egipcios. La exposici¨®n, que se podr¨¢ ver hasta el 28 de mayo, procede del Pompidou y viajar¨¢ despu¨¦s a D¨¹sseldorf y Liverpool.
Los historiadores Sam Bardaouil y Till Fellrath son los comisarios de la exposici¨®n. Han investigado cinco a?os para recrear un per¨ªodo cuyos testimonios art¨ªsticos y documentales estaban dispersos por el mundo debido a la convulsa historia moderna de Egipto. Lo reunido en la exposici¨®n no se ha mostrado nunca de manera conjunta.
La creaci¨®n del grupo Art et Libert¨¦ se sit¨²a en El Cairo, el 22 de diciembre de 1938. En esa fecha dieron a conocer un manifiesto titulado Viva el Arte Degenerado en apoyo de los artistas que los nazis trataron de vilipendiar en una exposici¨®n organizada en M¨²nich, en 1937. El primer firmante era Georges Henein, artista hijo de diplom¨¢ticos que hab¨ªa viajado por el mundo y conocido a Andr¨¦ Breton, padre del surrealismo, en 1936. Le siguieron numerosos artistas como Antoine Malliarakis (Mayo), y Lee Miller. El grupo eligi¨® como imagen el Guernica de Picasso, y los encuentros se desarrollaron en las casas de tres mujeres que ejercieron una labor fundamental como mecenas y facilitadoras de los artistas: Amy Nimr, Marie Cavadia y Lee Miller. Sam Bardaouil se?ala que el papel activo que desempe?aron esas mujeres pioneras en la conformaci¨®n del grupo, contribuy¨® al marcado enfoque feminista que se manifestaba en muchas de sus publicaciones, como Al-Tatawwur (Evoluci¨®n) y Don Quichotte.
Manuel Borja-Villel, director del Reina Sof¨ªa, recuerda que en esos a?os, Egipto formaba parte de la Commonwealth y del Imperio Brit¨¢nico. ¡°Los contactos con Occidente eran fluidos y los conocimientos culturales muy s¨®lidos. Pero a la vez, se estaba desarrollando un sentimiento de independencia y nacionalismo al que los artistas no eran ajenos. Ten¨ªan un horror a la guerra que simbolizaron en su elecci¨®n del Guernica y de una capital, El Cairo, invadida por tropas brit¨¢nicas que humillaban y reduc¨ªan a las mujeres a carne de burdel¡±. Las circunstancias descritas por Borja-Villel explican que aquellos surrealistas tuvieran una carga izquierdista como no hab¨ªa en otros lugares a la vez que algunos de ellos fueron los primeros en repudiar la deriva dictatorial del estalinismo tras la Revoluci¨®n Rusa.
Palabras para im¨¢genes
En el grupo Art et Libert¨¦, palabra e imagen est¨¢n muy vinculadas. La exposici¨®n muestra varios textos del fundador, Georges Henein, dedicados a la obra de pintores del grupo como Kamel El-Telmisany, Amy Nimr y Mayo.
Entre 1939 y 1940 el grupo puso en marcha tres revistas: Don Quichotte, en franc¨¦s, Al-Tatawwur, en ¨¢rabe, y el bolet¨ªn biling¨¹e Art et Libert¨¦.
A comienzos de los a?os 1940 y hasta mediados de la d¨¦cada de 1950 dirigieron dos editoriales: Les ?ditions Masses y La Part du Sable donde divulgaron escritos de Albert Cossery, Edmond Jab¨¨s, Mounir Hafez, Yves Bonnefoy, Jean Grenier, Philippe Soupault, Gherasim Luca y Arthur Lundkvist.
La exposici¨®n mezcla fotograf¨ªas con proyecciones de v¨ªdeos documentales, publicaciones y pinturas. La primera secci¨®n, titulada la Voz de los ca?ones, recoge escenas protagonizadas por personajes con rostros desencajados por lo que parece ser el estallido pr¨®ximo de las bombas. Gran parte de los artistas sufrieron directa o indirectamente los efectos de las violencia por lo que se sirven del realismo m¨¢s subjetivo para contar escenas apocal¨ªpticas, como es el caso de la obra Ni?a y monstruo pintada por Inji Aflatoun en 1942 y donde se ven dos cabezas que parecen flotar sobre un charco de llamas y sangre. Otra pieza en la misma estela es Esqueleto bajo el agua (1943), de Amy Nimr, una artista de origen sirio educada en Londres que perdi¨® a su hijo peque?o cuando al ni?o le estall¨® en las manos una bomba oculta bajo la arena.
Los artistas agrupados como Surrealistas realizan a lo largo de una d¨¦cada varias exposiciones conjuntas y difunden numerosas publicaciones. Sus obras se venden y son reconocidos por sus colegas extranjeros. Pero el auge se apaga seg¨²n crecen los sentimientos nacionalistas y acaba definitivamente con el golpe de estado de Gamal Abdel Nasser en 1952. Till Fellrath recuerda que es entonces cuando se vieron obligados a convertirse en funcionarios en aras de construir una identidad nacional despojada de toda contaminaci¨®n internacional y cosmopolita. ¡°El lenguaje local se impone al universal¡±, concluye el comisario ¡°y ah¨ª comienza la dispersi¨®n y el olvido de unas obras que formaron una parte important¨ªsima del movimiento surrealista¡±.?
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