Javier Mar¨ªas: ¡°Que un libro siga vivo es un milagro¡±
Su novela 'Coraz¨®n tan blanco' cumple 25 a?os
A Javier Mar¨ªas (Madrid, 1951) le parece milagroso que un libro dure hoy tanto como dura ya Coraz¨®n tan blanco, su novela m¨¢s vendida, m¨¢s conocida y el libro que supuso un giro en su escritura. Apareci¨® en Anagrama en 1992 y tuvo un inmediato ¨¦xito internacional. Despu¨¦s public¨®, entre otras, Negra espalda del tiempo (Alfaguara, 1995) y sigui¨® por la senda marcada por Coraz¨®n tan blanco. Sobre su mesa est¨¢n su antigua m¨¢quina de escribir y los quinientos folios que lleva de la novela que ha de entregar pronto a su editorial. Esta, Alfaguara, publica para conmemorar aquel ¨¦xito una edici¨®n especial de Coraz¨®n tan blanco. Incluye ah¨ª correspondencia (una carta de Juan Benet, que es especialmente significativa para el autor, su amigo, quiz¨¢ su disc¨ªpulo), pruebas, memorabilia de un libro que no solo ha pasado a la historia de Mar¨ªas, sino a la propia historia de la literatura espa?ola de su generaci¨®n.
Pregunta. ?Cuando escribe un libro lo lleva consigo?
Respuesta. Por suerte, nunca he sido un escritor las 24 horas. Cuando escribo, trabajo como mucho cuatro o cinco horas diarias. No me obsesiono. El resto del tiempo llevo vida normal; soy tratable, no dejo que lo que estoy escribiendo invada el resto de mi tiempo. Es verdad que cuando est¨¢s escribiendo un libro tienes un mundo paralelo que te sirve de refugio para las ¨¦pocas pol¨ªtica y socialmente malas como la actual. La literatura es tambi¨¦n un refugio para el escritor. Metido en ese mundo descansas.
P. ?Le ocurre siempre eso?
R. Es dif¨ªcil recordarlo. La primera novela la escrib¨ª en 1970-71. Supongo que s¨ª, casi siempre ha sido as¨ª. Ahora vuelve a ser as¨ª y eso que soy de los que escribe con muy poco convencimiento, con la sensaci¨®n de que es una tonter¨ªa, de que no va a interesar a nadie.
P. ?Y a posteriori no tiene la certeza de que ha salido bien?
R. No, es imposible. Ahora se celebran 25 a?os de la aparici¨®n del libro; 25 a?os son muchos, sobre todo en estos tiempos en que las cosas cada vez duran menos. Es un libro que en todo caso se sigue reeditando¡ Y eso, que siga vivo, ya me parece milagroso. Pero, en el momento de escribirlo, ?uf!... Siempre digo que la idea de posteridad pertenece al pasado, al siglo XIX. Hoy en d¨ªa, no es que ya no se pueda contar con la posteridad; es que no puedes contar siquiera que cualquier cosa que hagas, libros, pel¨ªculas, vaya a durar m¨¢s all¨¢ de unos meses. Que este haya durado tanto no pod¨ªa imaginarlo al escribirlo.
P. Las cr¨ªticas eran avisos.
R. Siempre las agradeces. Cuando se public¨® en Alemania en 1996 y se dispararon las ventas pens¨¦ incluso que podr¨ªa haber sido un malentendido, porque mis novelas ni siquiera son para el gran p¨²blico. Bienvenido sea el equ¨ªvoco, pero lo ve¨ªa as¨ª.
P. Que adquiera nuevos lectores, a¨²n ahora, significa que ha entrado en un periodo que convierte a los libros en cl¨¢sicos¡
R. En el libro conmemorativo de esta edici¨®n tan bonita que ha hecho Pilar Reyes aparece en la portada ¡°25 a?os de un cl¨¢sico contempor¨¢neo¡±. No s¨¦ si es quiz¨¢ un poco exagerado. Mis libros en ingl¨¦s, en Penguin, aparecen en Modern Classics. Son etiquetas que se ponen¡ Es dif¨ªcil que un libro siga teniendo lectores 25 a?os m¨¢s tarde. No he rele¨ªdo el libro. Si ahora releo un fragmento de Tu rostro ma?ana, relativamente reciente, porque el ¨²ltimo volumen de los tres se public¨® hace ya 10 a?os, tambi¨¦n me parece que est¨¢ mejor que lo que escribo ahora. Por eso prefiero no releer.
P. En sus libros, sobre todo a partir de Coraz¨®n tan blanco, usted narra un drama, pero no es solo el narrador; parece que lo ve por dentro, que lo protagoniza.
R. Yo no busco temas para las novelas; suelo escribir sobre lo que a m¨ª mismo me preocupa, me inquieta en mi propia vida. En este libro conmemorativo se reproduce, entre otras, una entrevista en la que cuento una broma con Benet. Juan me preguntaba de qu¨¦ trataba mi novela y yo le contestaba que no sab¨ªa muy bien. ¡°?Cien p¨¢ginas y no sabes de qu¨¦ se trata?¡±. Y ya se convirti¨® en una broma: al tiempo me volv¨ªa a preguntar si ya sab¨ªa de qu¨¦ trataba. Hasta que yo le dije: ¡°He llegado a la p¨¢gina 170 y ya creo que voy sabiendo algo¡±. Hasta que no lo termin¨¦ no acab¨¦ de entenderlo.
P. ?Y de qu¨¦ va?
R.La verdad es que toca varios temas. Uno de los principales es el secreto y su posible conveniencia, en contra de la idea un poco generalizada de que todo sea transparente. La gente quiere saber y basta con tener una sospecha de que algo se le oculta para que tenga una necesidad o deseo de saber, de averiguar¡ Y ese tema, junto con el de la persuasi¨®n, la instigaci¨®n, la sospecha son temas que han ido pasando a otros libros m¨ªos. Quiz¨¢ sea este el libro que haya tenido m¨¢s ramificaciones.
P. En la primera p¨¢gina hay un suceso. En seguida, las palabras parecen m¨¢s importantes que los hechos. Ese es luego siempre su estilo.
R. Fue un libro distinto, en el sentido de que lleg¨® a todo tipo de gente. Un lector m¨¢s o menos cultivado y exigente qued¨® complacido en general y un lector que a lo mejor no lo era mucho, tambi¨¦n. Lectores me dijeron que ten¨ªan la sensaci¨®n de que la voz que hablaba les estaba contando individualmente la historia a ellos. La voz persuasiva es la que puede transmitir al lector la sensaci¨®n de que le est¨¢n haciendo una confidencia.
P. Es posible que la gente crea que eso que cuenta le pas¨® a Javier Mar¨ªas¡
R. Es posible. Tengo este m¨¦todo de trabajo tan raro desde antes de este libro. Lo mantengo en esta ¨²ltima novela, que espero acabar en algo m¨¢s de un mes. Improviso, cambio. Es un m¨¦todo un tanto suicida, porque podr¨ªa salir realmente fatal, pero tambi¨¦n encierra una sensaci¨®n de que lo que se va diciendo es de verdad, no que est¨¦ pensado desde antes.
P. ?Y qu¨¦ le avisa de que todo eso est¨¢ bien?
R. ?Ah, nada! ?Nada me avisa!
P. ?El ritmo, quiz¨¢?
R. No me avisa nada de que va bien o mal. Si me fiara de los avisos, no habr¨ªa publicado seguramente ninguna de mis novelas, porque mientras las escribo siempre tengo la sensaci¨®n de que va a ser una estupidez, de que habr¨¢ que podarla de arriba abajo cuando la lea toda seguida al terminarla. Como en esta ¨²ltima, en la que voy por la p¨¢gina 500. ?Nunca he tenido la sensaci¨®n de que lo que escribo vaya bien!
P. Dice que la opini¨®n de Benet le era decisiva. ?Por qu¨¦ confiaba tanto en su criterio?
R. Lo respetaba mucho como escritor, como lector. Era una ¨¦poca en la que los escritores se permit¨ªan opinar con mayor libertad que hoy en d¨ªa. Creo que cada vez tenemos menos libertad y procuramos no decir cosas muy negativas de ning¨²n contempor¨¢neo. ?l s¨ª lo hac¨ªa. Que en esas circunstancias me diera el nihil obstat para m¨ª era mucho.
P. ?La situaci¨®n actual en este pa¨ªs le tiene tan enfadado como parece en sus columnas de El Pa¨ªs Semanal?
R. ?No siempre estoy enfadado! Parece que yo escriba tan solo los art¨ªculos enfadados.
P. ?Y c¨®mo es su estado de ¨¢nimo ahora?
R. No puede ser muy bueno para casi nadie visto lo que est¨¢ pasando no ya solo en Espa?a, sino en el mundo en general. La elecci¨®n de Trump, el Brexit y todo lo que ya sabemos es, en todo caso, un cataclismo. Es preocupante y muy deprimente.
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