Camarera kamikaze
'Que me quieras' es la primera novela de Merritt Tierce, una historia autobiogr¨¢fica de sexo, alcohol y trabajos eventuales en la que una madre pierde la custodia de su hija
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Esta historia nos la han explicado muchas otras veces. Echarse a perder como escuela de aprendizaje y redenci¨®n en futura novela o novelas. Casi un subg¨¦nero made in USA. En esas coordenadas, lo ¨²nico que uno quiere es una voz sincera y potente. Algo de humanidad que surja de c¨®mo nos explica lo mismo otra vez y que lo explicado tenga un sentido que vaya m¨¢s all¨¢ del exhibicionismo pornogr¨¢fico de heridas y desfases. En esta novela hay de ambas cosas. Que me quieras, primera novela de Merritt Tierce, es un, a ratos, brutal y, a ratos, tierno paseo por el alambre del dolor. Un dolor autoinfringido para olvidar el de ser un animal zarandeado por la vida. Un dolor que no busca tu compasi¨®n ni tan siquiera ser comprendido. La confusi¨®n por acumulaci¨®n de todo aquello que debiera proporcionarte placer ¡ªsexo, drogas, alcohol¡ª en una forma de autoconocimiento a la inversa: saber lo que uno desea por las cosas que uno no quiere.
?La protagonista del debut de Merritt Tierce es Marie, una joven camarera, madre de una hija de la que ha perdido la custodia, cuyos d¨ªas pasan en interminables turnos de trabajo y dosis sin freno de sexo, drogas, trabajo bien hecho, propinas, autolesiones y bloqueo emocional. La realidad novelada opera aqu¨ª desde un primer momento, pues la autora, despu¨¦s de graduarse en el instituto, no pudo continuar los estudios al quedarse embarazada. Fue madre soltera y tuvo que trabajar de camarera durante 10 a?os. El libro no deja de ser un sincero testimonio de alguien que no evita mirarse a los ojos ¡ªy en los de su hija¡ª con una emocionante honestidad.
Las mejores virtudes del libro est¨¢n por ejemplo en el uno contra uno de la prosa de Tierce con el lector. En esa suerte de confidencia y relato forense escrito en primera persona. Para ello nos narra casi siempre lo que hace, no lo que siente o piensa. Act¨²a con determinaci¨®n en su ca¨ªda regular en todos los abismos que le permiten detener pensamientos y sentimientos. No hay moralina. No hay explicaci¨®n. No hay culpabilizaci¨®n. Es el ejercicio de la libertad para conocer primero lo que no se quiere, repetirlo y hacerlo compulsivo, la libertad de equivocarse una y cien veces.
Desde un principio, la autora establece que no habr¨¢ otros enemigos o contrincantes de la protagonista que no sea ella misma. El muestrario de personajes ¡ªgente sola que siempre est¨¢ acompa?ada¡ª est¨¢ muy bien delineado, el uso del humor en el di¨¢logo es impecable e incluso la estructura del libro ¡ªen el que cronol¨®gicamente, el pasado es un interludio entre presentes m¨¢s o menos inmediatos¡ª es un acierto.
La relaci¨®n de Marie con su hija peque?a, cuya custodia tiene el padre, es como un foco que evita cada cierto tiempo el descarrile definitivo de la protagonista. Algo ajeno a¨²n al dolor que Marie trata de preservar sin cursiler¨ªas ni aspavientos, con un tono pr¨¢ctico y as¨¦ptico que, sin embargo, pellizca. Los hombres, los compa?eros de trabajo, los polvos ocasionales, los colocones, las humillaciones que s¨®lo ella siente, digiere y asimila sin que nunca deje que nada de todo aquello afecte a su trabajo, su voluntad de ganarse la vida y tener un lugar c¨¢lido como madriguera entre turno y turno. Una parte del libro, el dedicado al ¨²ltimo empleo de Marie, un asador de cinco estrellas de Dallas, despista un poco del equilibrio de la camarera por el cable de metal tensado, pero, aun con todo, no perjudica la lectura de Que me quieras, escrito con una voz personal y con el veneno justo para matarte.
Que me quieras. Merritt Tierce. Traducci¨®n de Zulema Couso. Blackie Books, 2017. 206 p¨¢ginas. 21 euros.
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