Ortiz Echag¨¹e abre sala por petici¨®n popular
El Museo de la Universidad de Navarra inaugura un espacio permanente para mostrar la obra y la compleja t¨¦cnica de uno de los grandes de la fotograf¨ªa espa?ola
Sus padres consideraban que, con una calamidad en la familia, con un artista, hab¨ªa suficiente. As¨ª que el adolescente Jos¨¦ Ortiz Echag¨¹e (Guadalajara, 1886- Madrid, 1980) no pudo seguir los pasos de su hermano pintor. La mejor manera de disuadirle fue regalarle, a los 12 a?os, una c¨¢mara de caj¨®n Kodak. La nueva sala permanente que el Museo de la Universidad de Navarra va a inaugurar el 2 de marzo demuestra que los progenitores de Ortiz Echag¨¹e obraron correctamente. En este espacio se exponen 24 im¨¢genes, entre ellas las m¨¢s ic¨®nicas, del que "es uno de los fot¨®grafos espa?oles m¨¢s importantes del siglo XX", dice a EL PA?S, durante el montaje, Ignacio Migu¨¦liz, responsable del ¨¢rea Curatorial del centro. El museo navarro hab¨ªa montado exposiciones tem¨¢ticas, temporales, sobre este autor, del que posee su legado "Pero los visitantes nos ped¨ªan una muestra continua de su obra", a?ade.
En esta ¨¢rea cuelgan Serm¨®n en la aldea (1903), su primera foto conocida, Remero vasco, Fuente mora, vistas de castillos, paisajes o Siroco en el Sahara (1965), su ¨²ltima gran pieza. El espacio ser¨¢ renovado cada seis meses con otras de las obras que descansan en el almac¨¦n. Todas pertenecientes al ingente legado de 1.500 positivos propios, 500 de otros autores y 28.000 negativos que don¨® el fot¨®grafo al centro, adonde llegaron en 1981, junto a sus c¨¢maras, archivo, libros...
Un archivo en manos de las Juventudes Libertarias
Javier Ortiz Echag¨¹e, nieto del fot¨®grafo, cuenta que la familia est¨¢ revisando la correspondencia del artista. Uno de las ¨²ltimas revelaciones es que, tras regresar Jos¨¦ Ortiz Echag¨¹e a Madrid despu¨¦s de la Guerra Civil, se encontr¨® su casa "casi destruida, porque hab¨ªan vivido varias familias, que hab¨ªan quemado los muebles, y de su archivo fotogr¨¢fico no hab¨ªa ni rastro". El fot¨®grafo averigu¨® que su hogar hab¨ªa sido utilizado tambi¨¦n como centro de las anarquistas Juventudes Libertarias. "Al final, encontr¨® en la sede de esta organizaci¨®n su archivo, intacto". Un misterio de la guerra y un alivio para el autor.
En una vitrina se muestran, precisamente, los c¨¦lebres vol¨²menes de Ortiz Echag¨¹e: Espa?a, tipos y trajes (1933), con pr¨®logo de Ortega y Gasset; Espa?a, pueblos y paisajes (1939), con texto de Azor¨ªn; Espa?a m¨ªstica (1943), sobre tradiciones religiosas, y Espa?a, castillos y alc¨¢zares (1956). Un conjunto reconocible por una factura art¨ªstica similar a la de los grabados, resultado de la compleja t¨¦cnica de impresi¨®n, "la de papel Fresson al carb¨®n directo", que domin¨® con maestr¨ªa y se explica paso a paso en la sala. "Adem¨¢s, ¨¦l aplicaba retoques, superpon¨ªa negativos para crear otra imagen, como hizo en Siroco, borraba zonas negras u oscurec¨ªa las claras con un l¨¢piz".
Por todo ello, Ortiz Echag¨¹e est¨¢ encuadrado entre los fot¨®grafos pictorialistas, aquellos que, a finales del siglo XIX, imitaban a la pintura en sus im¨¢genes como reacci¨®n a la fotograf¨ªa de lo cotidiano, que consideraban vulgar. Sin embargo, ¨¦l siempre se opuso a verse con esa etiqueta. "Lo que quiso es plasmar, con una visi¨®n art¨ªstica, las costumbres, gentes y lugares de la Espa?a que estaba desapareciendo", explica Migu¨¦liz. Un prop¨®sito documental, pero sin t¨¦cnicas documentales. Para conseguirlo, se presentaba en los pueblos y hablaba con los paisanos "para que se pusieran los trajes tradicionales y actuasen como si estuviesen en las fiestas". Una puesta en escena, pero "con personajes reales y en su entorno real". El propio fot¨®grafo escribi¨® que buscaba "la belleza de la composici¨®n, la armon¨ªa de sus luces, el modelado de las figuras...".
Pese a su corpus, desarrollado en m¨¢s de seis d¨¦cadas, Ortiz Echag¨¹e no fue un fot¨®grafo profesional. El arte de la imagen fue su pasi¨®n pero nunca se plante¨® ganarse la vida con la c¨¢mara. En ¨¦l se dio la paradoja de que con su modernizadora labor empresarial contribu¨ªa a acabar con el mundo que retrataba. Ingeniero militar, "fue enviado, gracias a su destreza fotogr¨¢fica, al Rif en 1909, a la unidad de globos aerost¨¢ticos, para tomar fotos del enemigo, pero a la vez fotografi¨® los modos de? vida locales", explica Javier Ortiz Echag¨¹e, coordinador de la nueva sala y nieto del autor. Su af¨¢n aventurero le llev¨® a Ortiz Echag¨¹e a formarse como piloto. Fue el tercer espa?ol que logr¨® ese t¨ªtulo. En 1923, fund¨® la empresa Construcciones Aeron¨¢uticas (CASA) y lleg¨® a ser el primer presidente de la automovil¨ªstica Seat, en 1950. Aunque ya estaba retirado de los cielos, su nieto recuerda que, con 72 a?os, en 1959, rompi¨® la barrera del sonido en un avi¨®n de las Fuerzas de Estados Unidos en Espa?a.
Su ¨¦xito como empresario le ayud¨® a llevar su obra a otros pa¨ªses, hasta alcanzar un reconocimiento internacional. En 1928, expone en Tur¨ªn, luego seguir¨ªan Los ?ngeles, Berl¨ªn, Londres, Mil¨¢n, Washington, M¨¦xico¡ hasta la muestra en el Met neoyorquino, en 1960, y la Biblioteca Nacional, en 1962. Sin embargo, la nueva generaci¨®n de fot¨®grafos espa?oles documentales, surgida en los cincuenta, lo ven como un anticuado. Algunos estudiosos incluso lo tachan de fot¨®grafo del r¨¦gimen. "Se sinti¨® rechazado", apunta su nieto. "Con el tiempo, esa visi¨®n partidista, que no compartimos, se ha superado por completo y dejada de lado", apostilla Migu¨¦liz. "Su t¨¦cnica y sus fotos fueron siempre iguales, antes y despu¨¦s de la guerra". El Museo Reina Sof¨ªa le dedic¨® una antol¨®gica en 1999.
En la intimidad, Ortiz Echag¨¹e "era un hombre serio, muy ocupado con su trabajo, pero familiar", recuerda su nieto. "En su casa, el cuarto de las fotos era tambi¨¦n el lugar de reuni¨®n". Le gustaba llevar a su familia de excursi¨®n, con el coche dando botes por cualquier andurrial, para hacer las fotos, como puede verse en las pel¨ªculas de s¨²per-8 que grab¨®, guardadas en el museo. Las breves memorias que dej¨® como fot¨®grafo, junto a fragmentos de esas grabaciones, han servido para realizar una pel¨ªcula, de siete minutos, que explica, a la entrada de la sala, la vida y obra de quien dej¨® escrito que, "a los 12 a?os", lleg¨® a sus manos "el objeto que m¨¢s anhelaba ?una m¨¢quina fotogr¨¢fica!".
El embri¨®n de una colecci¨®n ¨²nica
La extraordinaria colecci¨®n fotogr¨¢fica del Museo de la Universidad de Navarra naci¨® con el legado Ortiz Echag¨¹e, en 1981. A partir de ah¨ª, Valent¨ªn Vallhonrat y Rafael Levenfeld, miembros de la Direcci¨®n Art¨ªstica del museo, plantearon crear un conjunto que abarcase desde el comienzo de la fotograf¨ªa en Espa?a hasta la actualidad, con obra de espa?oles y? extranjeros. "Nuestro fuerte es el siglo XIX, creo que tenemos la mejor colecci¨®n de Espa?a", destaca el conservador Ignacio Migu¨¦liz, que subraya tambi¨¦n el valor de las im¨¢genes que poseen sobre la Guerra Civil y las vanguardias. La colecci¨®n est¨¢ compuesta hoy por 15.000 positivos y 200.000 negativos. El ¨²ltimo programa del centro, Tender puentes, invita a fot¨®grafos actuales a ver la colecci¨®n del museo para que les sirva de inspiraci¨®n en obra nueva que queda as¨ª ligada al centro.
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