Humor espa?ol en el imperio mexicano del 'albur'
El Ateneo de Ciudad de M¨¦xico inaugura una exposici¨®n sobre el trabajo de los vi?etistas republicanos exiliados que llegaron al pa¨ªs en la d¨¦cada de los cuarenta
Cuando el barco de los exiliados espa?oles lleg¨® al puerto de Veracruz, una de las pancartas de bienvenida dec¨ªa: El sindicato de tortilleras est¨¢ con la Rep¨²blica. ¡°Claro, los espa?oles al ver eso debieron pensar ¡°qu¨¦ avanzados son aqu¨ª que hasta las lesbianas est¨¢n sindicalizadas¡±, recordaba este jueves el historiador Agust¨ªn S¨¢nchez Gonz¨¢lez en una de las salas del Ateneo Espa?ol de Ciudad de M¨¦xico. A ese terreno movedizo del lenguaje se tuvieron que aclimatar los miles de republicanos que llegaron en los a?os cuarenta. Algunos incluso convirtieron ese juego polis¨¦mico en la materia prima de su oficio. La exposici¨®n Los humoristas gr¨¢ficos y el exilio en M¨¦xico, organizada por la instituci¨®n cultural espa?ola, recoge el trabajo de algunos de los mejores vi?etistas expulsados por el golpe militar de Franco y que colaboraron de manera importante en el auge de la caricatura mexicana.
¡°Es muy dif¨ªcil trasladar el humor de un pa¨ªs a otro. Los c¨®digos y las referencias culturales son muy distintas, y m¨¢s en M¨¦xico que somos maestros del albur¡±, explic¨® la directora del Ateneo, Carmen Tag¨¹e?a. Albur es la palabra coloquial para definir precisamente el desdoblamiento de significados que suelen tener las palabras y del que nace ese ingenioso y proverbial humor de la cultura mexicana.
?ngel Rueda, que hab¨ªa llegado en el Ipanema con apenas 14 a?os, supo metabolizarlo. En una vi?eta de 1983 uno de sus personajes le dice a otro, dibujado con cuerpo humano pero con cabeza picassiana como reci¨¦n sacada del Guernica: ¡°?Tambi¨¦n yo admiro a Picasso pero t¨², te mandas!¡±.
No todos los vi?etistas espa?oles lograron digerir tan f¨¢cilmente el nuevo entorno cultural y pol¨ªtico. ¡°Hay que entender que muchos llegaron agradecidos por la generosa acogida y fascinados por el discurso de la Revoluci¨®n. Pero al poco tiempo se dieron cuenta que no era cierto, que no hab¨ªa libertad de prensa, ni elecciones libres, ni pluralidad de partidos. El control sobre los caricaturistas fue muy fuerte durante d¨¦cadas. La figura presidencial, por ejemplo, fue intocable hasta los setenta¡±, subraya S¨¢nchez, comisario de la exposici¨®n y autor de un libro del mismo t¨ªtulo promovido por el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) y la UNAM.
A Francisco Rivero Gil, un delineante c¨¢ntabro que lleg¨® a colaborar en diarios espa?oles republicanos como el Sol o Libertad, tambi¨¦n le empujaron fuera de los peri¨®dicos mexicanos. ¡°Mi padre ven¨ªa de hacer humor pol¨ªtico y nunca soport¨® que le cambiaran los pies de sus dibujos. Entend¨ªa que era un tipo de censura y se quejaba mucho. Hasta que la direcci¨®n del Exc¨¦lsior decidi¨® despedirle¡±, relat¨® durante el acto de inauguraci¨®n su hijo Rivera Garc¨ªa. Era mediados de los 40 y su familia ven¨ªa de sobrevivir a la odisea de los campos de concentraci¨®n franceses o la Rep¨²blica Dominicana del dictador Trujillo. ¡°Rivero Gil ten¨ªa un gran talento y sigui¨® trabajando en medios de comunicaci¨®n hasta su muerte en 1972¡±, apunt¨® el comisario de la exposici¨®n.
Adem¨¢s de prensa escrita, los dibujantes republicanos encontraron su sitio en la televisi¨®n, en el dise?o de carteles para el cine mexicano ¨Cque por entonces atravesaba su llamada ¨¦poca de oro¨C o en el teatro. ¡°Nombres como el catal¨¢n T¨ªsner fueron claves en el desarrollo de la escenograf¨ªa de los noticieros mexicanos¡±, a?adi¨® S¨¢nchez.
Entre la selecci¨®n de artistas aparece tambi¨¦n Sergio Aragon¨¦s, uno de los humoristas gr¨¢ficos actuales de m¨¢s prestigio. Estudi¨® arquitectura en la UNAM, teatro con Jodorowsky, particip¨® en algunas de las publicaciones de humor blanco m¨¢s famosas de M¨¦xico y desde los sesenta vive en California, trabaja para la ic¨®nica revista Mad y hasta ha sido uno de los dibujantes que ha perfilado a Lisa Simpson.
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