La palabra se hace carne
Una fin¨ªsima traducci¨®n recupera 'Monsieur Venus', de Marguerite Vallette-Eymery, una de las novelas m¨¢s escandalosas y subversivas de finales del XIX
Este libro es bastante abominable, sin embargo, no puedo decir que me disguste¡±. Con este c¨ªnico adem¨¢n, abr¨ªa el muy conservador Maurice Barr¨¨s su pr¨®logo a la edici¨®n francesa de Monsieur Venus, donde contrastaba la vida virginal de la autora con su perturbadora imagen del mundo. Y eso que el libro ven¨ªa ya censurado, pues cuando, en 1884, se public¨® por primera vez en Bruselas, hab¨ªa terminado ante los tribunales belgas, que condenaron en rebeld¨ªa a la escritora a dos a?os de prisi¨®n bajo la acusaci¨®n de pornograf¨ªa y esc¨¢ndalo p¨²blico. Era la consecuencia de una voluntad expresamente desafiante desde el t¨ªtulo mismo, que se presentaba como la suma parad¨®jica de lo masculino y lo femenino, para apuntalarse en el subt¨ªtulo no menos provocador de Novela materialista, entendiendo materialismo como el rechazo moral y filos¨®fico de cualquier orden burgu¨¦s.
El libro sali¨® al mercado bajo el nombre de Rachilde, seud¨®nimo de Marguerite Vallette-Eymery, una joven de 24 a?os, hija de un oficial de caballer¨ªa, que hab¨ªa llegado desde provincias al Par¨ªs de fin de siglo para hacerse un hueco literario entre simbolistas y decadentistas. El nombre impostado le servir¨ªa como carta de presentaci¨®n, pero tambi¨¦n de parapeto para esquivar responsabilidades y atribuir los desmanes de su escritura a un noble sueco del siglo XVI. Pero lo cierto es que, en su af¨¢n por publicitarse y acordar su vida con su obra, lleg¨® a conseguir una autorizaci¨®n de la prefectura de polic¨ªa para vestirse de hombre y dise?¨® sus tarjetas bajo la divisa de ¡°Rachilde. Homme de Lettres¡±.
El libro (1884) le vali¨® a la escritora una condena en rebeld¨ªa a dos a?os de prisi¨®n por pornograf¨ªa? y esc¨¢ndalo p¨²blico
KRK Ediciones acaba de recuperar esta novela inteligente y singular en la fin¨ªsima traducci¨®n de Rodrigo Guijarro, estampada y encuadernada con esmero, para traer a los lectores hisp¨¢nicos del siglo XXI la historia de Raoule de V¨¦n¨¦rande, la joven arist¨®crata que se adentra en un oscuro laberinto de pasiones y somete a Jacques Silvert, un hermos¨ªsimo obrero, a sus antojos. Con ello, Raoule no solo pone patas arriba el orden social establecido, sino que asume el papel de una artista que moldea a su mantenido masculino, reducido a un mero objeto de deseo: ¡°?He aqu¨ª el hombre! No S¨®crates ni la grandeza de la sabidur¨ªa, no Cristo ni la majestad de la entrega, no Rafael ni el resplandor del genio, sino un pobre despojado de sus harapos, la epidermis de un pat¨¢n¡±.
Y, en efecto, con una inteligencia fr¨ªa y exaltada, la joven recrea el mito de Pigmali¨®n asign¨¢ndose a s¨ª misma el papel de hombre dominante, de h¨²sar sexual, y convirtiendo al hermos¨ªsimo Jacques, hasta en el mismo atuendo, en una mujercita subyugada: ¡°Jacques llevaba la existencia ociosa de las mujeres orientales confinadas en su har¨¦n que no sab¨ªan nada m¨¢s all¨¢ del amor y que todo se lo atribuyen a este¡±. Esa completa posesi¨®n del otro dar¨¢ ocasi¨®n a toda forma de transgresi¨®n carnal, travestismo, masoquismo y sadismo, fetichismo e intercambio de papeles sexuales entre hombre y mujer. Los lectores asistimos a la intimidad de la pareja, recluida en un santuario amoroso, pero no con la inmediatez de un primer plano pornogr¨¢fico, sino a trav¨¦s de una palabra escrita que se hace carne ante nuestros ojos. A la postre, la belleza de Jacques Silvert quebrantar¨¢ la integridad sexual de todos los personajes que le rodean en la novela, hasta que finalmente Raoule, invirtiendo la historia de Pigmali¨®n, termine destruyendo al joven proletario hasta convertirlo en un aut¨®mata, en una estatua artificialmente viva. Es el ¨²ltimo acto art¨ªstico de la protagonista.
Sabemos que, ante su precaria situaci¨®n econ¨®mica y animada por un amigo, Marguerite Vallette-Eymery se decidi¨® a escribir cochonneries ¡ªliteralmente, cochinadas¡ª, ¡°alguna inmundicia que parezca nueva, inesperada, ins¨®lita¡±. As¨ª naci¨® Monsieur Venus. Se trata, pues, de un libro escrito a conciencia, en pos del ¨¦xito y el dinero, como una suerte de dise?o publicitario y con una buscada confusi¨®n entre la escritora y su personaje. Y, en efecto, la historia re¨²ne todos los lugares comunes del decadentismo finisecular. Pero los libros de ¨¦poca terminan muriendo cuando su tiempo acaba; solo sobreviven aquellos que, pasados los a?os, siguen tocando alguna fibra del lector. Si Monsieur Venus fuera simplemente una novela galante o un relato sical¨ªptico, habr¨ªamos apagado la luz hace ya tiempo. Pero su cuestionamiento de la familia, la quiebra de cualquier orden sexual, la g¨¦lida crueldad de la historia, la lengua firme con que est¨¢ escrita late en cada p¨¢gina de un modo turbio, inquietante e inteligente. Y es que las verdaderas pasiones se sirven casi siempre fr¨ªas.
Monsieur Venus. Novela materialista. Marguerite Vallette-Eymery. Traducci¨®n de Rodrigo Guijarro. KRK Ediciones, 2016. 350 p¨¢ginas. 24,95 euros
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