Rivera Letelier: ¡°Las novelas negras me aburren a morir. Hay exceso de t¨®picos inaguantables¡±
Considerado uno de los grandes narradores contempor¨¢neos en Am¨¦rica, el ganador del Alfagurara 2010 nos desvela las claves de su inmersi¨®n en el g¨¦nero negro
Hern¨¢n Rivera Letelier, el poeta de la dureza del desierto de Atacama, el cantor del desarraigo de los desplazados por el cierre de la industria salitrera, el creador de universos m¨¢gicos como el que se describe en El fantasista o en La contadora de pel¨ªculas es la ¨²ltima gran incorporaci¨®n al g¨¦nero policial en espa?ol. En La muerte es una vieja historia (Alfagura) Rivera Letelier nos sumerge en la narraci¨®n con su tono personal y su mundo particular, a pesar de que, seg¨²n confiesa a EL PA?S en la distancia salvada por el correo electr¨®nico, le hartan las novelas negras; a pesar de que no quiere darle muchas vueltas a los porqu¨¦s; a pesar de que no tiene nada que ver con lo que ha hecho hasta ahora.
El protagonista es el Tira Guti¨¦rrez, un hombre atractivo de 42 a?os que ya de ni?o quer¨ªa ser detective y que ahora malvive con los encargos para investigar cuernos y otras traiciones. De padres trabajadores y exminero en el desierto, el hombre sobrevive como puede en Antofagasta, la ciudad de acogida de quienes dejan la mina. Abandonado por su mujer y adicto a la tostada con mantequilla, Guti¨¦rrez, tierno y duro, con aroma a cl¨¢sico, disfruta de un trabajo que no le da casi ni de comer. En este caso se al¨ªa con Tegualda, una monja protestante, joven atractiva, contrapunto perfecto y complejo a nuestro ya querido detective. El argumento, casi lo de menos, nos lleva a la investigaci¨®n de una serie de muertes y violaciones con un lado muy oscuro. En la vehemencia con la que el ganador del Alfagura 2010 responde en ocasiones a las preguntas de este diario, se ve el amor y la pasi¨®n por la profesi¨®n de contar historias.
PREGUNTA: Abre La muerte es una vieja historia con una cita de Chandler sobre la novela negra y algunos de sus problemas. ?Cree de verdad que las novelas negras son aburridas? ?En qu¨¦ porcentaje? ?Lo son porque sus personajes se extrav¨ªan o por otras razones como el exceso de ambici¨®n o de t¨®picos?
RESPUESTA: Las novelas negras me aburren a morir. Hay exceso de descripciones inanes, violencia desmedida (los autores creen que mientras m¨¢s sangre y muerte mejor les queda), adem¨¢s de los t¨®picos inaguantables.
P: Ahora en el caso de su novela: ?C¨®mo hizo para que no se extraviaran El Tira y la monja Tegualda?
R: Yo no hice nada. Ellos lo hicieron. A la hora de escribir yo dejo que los personajes act¨²en por su cuenta. Yo lo ¨²nico que hago es seguirlos.
P: ?Por qu¨¦ un policial y por qu¨¦ ahora?
R: Porque me naci¨® de los cojones. Y pudo ser antes, ahora o ma?ana.
P: El protagonista tiene mucho atractivo por su filosof¨ªa de vida, su tranquilidad, su pasi¨®n por la actividad detectivesca. Pero me parece todav¨ªa mejor personaje Tegualda. ?C¨®mo se le ocurre esta pareja?
Mientras la gente no respete los diez mandamientos (no matar¨¢s, no robar¨¢s, no fornicar¨¢s etc.) habr¨¢ novela policial
R: Esta pareja se me ocurri¨® apenas me sent¨¦ a escribir. Y se me ocurri¨® que ten¨ªan que ser diferentes; ella joven; el mayor; ella bell¨ªsima, ¨¦l no tanto: ¨¦l ateo, ella evang¨¦lica. El Tira Guti¨¦rrez y la hermana Tegualda son protagonista de esta trilog¨ªa policial en donde La muerte es una vieja historia es la primera parte. La segunda parte la publiqu¨¦ el a?os pasado (en Chile) y se titula La muerte tiene olor a pachul¨ª. Ahora mismo me encuentro trabajando en la tercera parte.
P: ?Los jotes negros que aparecen como referencia constante son algo m¨¢s que el recuerdo de la proximidad del desierto?
R: Yo tuve una oficina en el piso 12 del edificio G¨®mez, en Antofagasta, Y todos los d¨ªas llegaban a posarse al balc¨®n esta pareja de jotes. Creo que hay cosas que no se pueden inventar, uno tiene que verlas, o vivirlas.
P: Una de sus grandes virtudes es un tono tan peculiar, tan especial¡ ?C¨®mo traslada ese gusto por una prosa tan personal que se ve tan bien en, por ejemplo, El Fantasista, a la novela negra?
R: Si no me lo preguntan lo s¨¦; si me lo preguntan ya no lo s¨¦. Yo no soy un te¨®rico, soy un pr¨¢ctico.
P: La historia de La contadora de pel¨ªculas es una oda al papel del narrador y un homenaje al poder de las historias. ?Se imagina siendo otra cosa distinta a la de escritor?
Cuando ni?o so?aba con ser pintor, en mi adolescencia quer¨ªa ser un rock star. ahora solo quiero ser escritor, un contador de historias
R: Cuando ni?o so?aba con ser pintor, en mi adolescencia quer¨ªa ser un rock star. ahora solo quiero ser escritor, un contador de historias.
P: Hablando de La contadora.. ?C¨®mo se atrevi¨® con la primera persona y en femenino? Y esto, en parte relacionado con Tegualda: ?Le cuesta m¨¢s crear personajes femeninos?
R: Las lectoras me dicen que mis personajes femeninos me salen extraordinario, que debo de conocer muy bien a las mujeres. Yo les dijo que me resultan porque yo mismo tengo mucho de femenino, tanto as¨ª que me declaro lesbiano.
P: En sus novelas, por ejemplo en El Fantasista, son recurrentes los espacios a las puertas del Juicio Final, universos a punto de ser desmontados, personajes que van a perder su mundo. Incluso en La muerte es una vieja historia El Tira es parte de ese mundo en desintegraci¨®n del que ha huido. ?Por qu¨¦ ese inter¨¦s en esa parte de la vida de Chile?
A la hora de escribir yo dejo que los personajes act¨²en por su cuenta. Yo lo ¨²nico que hago es seguirlos.
R: Porque viv¨ª 45 a?os en ese purgatorio llamado desierto de Atacama, de los cuales trabaj¨¦ 30 a?os en las minas de salitre. Y all¨ª viv¨ªamos en un eterno ¨¦xodo, mud¨¢ndonos de un campamento a otro. De modo que en todos mis libros aparece de fondo ese paisaje duro e inclemente, como de planeta abandonado.
P: En este caso se lleva la historia a Antofagasta. ?Es imposible escribir una historia criminal en la pampa salitrera o el cambio de ambiente se debe a otras razones?
R: Creo que una historia policial puede transcurrir en cualquier parte. Mientras la gente no respete los diez mandamientos (no matar¨¢s, no robar¨¢s, no fornicar¨¢s etc.) habr¨¢ novela policial.
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