Logan y las garras profundas

Cuando escribi¨® su gui¨®n para El Viejo Logan, deslumbrante miniserie dibujada por Steve McNiven, Mark Millar tuvo un par de intuiciones prof¨¦ticas: a) que el destino final de Lobezno iba a ser homologable al de un cowboy crepuscular y b) que la Norteam¨¦rica del futuro iba a estar gobernada por supervillanos. La riqueza del Universo Marvel en el ¨¢mbito de la historieta ¨Cm¨¢s relacionada con la exigencia corporativa de saturar el mercado que con una verdadera necesidad art¨ªstica- le daba al guionista una considerable libertad de juego: su viejo Logan no equival¨ªa exactamente al Lobezno can¨®nico de los X-Men, sino que era una versi¨®n alternativa del mismo en un universo paralelo ¨CTierra-807128-, territorio propicio a las imaginativas hip¨¦rboles que puntuaban una historia donde el tono eleg¨ªaco no reprim¨ªa ni el sentido del espect¨¢culo, ni el humor demencial.

En Logan James Mangold asume la considerable responsabilidad de cerrar oficialmente la vida cinematogr¨¢fica de Lobezno, un personaje que ha tenido en la entrega de Hugh Jackman algo parecido a una bendici¨®n. El director afirma partir del trabajo de Millar y McNiven, pero lo somete a un considerable proceso de vaciado. El contexto dist¨®pico se aten¨²a: este futuro no difiere en exceso de nuestro presente, salvo que uno puede inferir que el supervillano Trump sigue c¨®modamente instalado en el poder. Del enfebrecido material de partida solo le interesan a Mangold los ecos de western ¨Csostenidos sobre repetidos gui?os a Ra¨ªces profundas (1953)- y la mirada marcadamente crepuscular, que cristaliza en un Lobezno reciclado en baqueteado ch¨®fer de limusinas, un profesor Charles Xavier amenazado por la demencia senil y un Calib¨¢n al que Stephen Merchant aporta no poco espesor.

Empe?ada en no parecer una pel¨ªcula de superh¨¦roes, Logan se dir¨ªa destinada a aquel sector de espectadores que necesitan reafirmarse en la convicci¨®n de que no hay nada de fr¨ªvolo en el g¨¦nero. Mangold apuesta por un marcado clasicismo expositivo en la que, sobria y pagada de s¨ª misma, acaso sea la pel¨ªcula Marvel m¨¢s sangrienta de la historia. No es ni mucho menos un trabajo despreciable, pero un servidor se queda con el tebeo.