Pancho Varona: ¡°Hay que ejercitar el alma¡±
El autor de algunas de las canciones m¨¢s conocidas de la m¨²sica espa?ola est¨¢ a punto de iniciar una gira con Sabina
Todas las ma?anas se puede ver en el Retiro a un hombre de mediana edad leyendo mientras pasea. Este virtuoso del dif¨ªcil arte de la lectura caminada es el guitarrista Pancho Varona. El libro que pasea estos d¨ªas es?Celia en la revoluci¨®n, que le tiene sobrecogido. Usted conoce a Varona m¨¢s de lo que cree porque ha compuesto algunas de las melod¨ªas m¨¢s tarareadas del pop espa?ol y es la mano derecha de Joaqu¨ªn Sabina desde los a?os ochenta. Con un pie en el estribo para comenzar la gira con el nuevo disco del jefe, el entusiasta Pancho nos regala algunos recuerdos.
¡ªMi afici¨®n empez¨® porque mi madre nos compr¨® un par de guitarras a mi hermana y a m¨ª cuando ¨¦ramos ni?os. Le pedimos dos bandurrias pero mi madre con buen criterio dijo, no, guitarras.
¡ªD¨¢bamos clase con el se?or Guardiola. Nos ense?aba canciones de la tuna, de Karina o de F¨®rmula V. Guardiola vio enseguida que se me daba bien. Yo me pon¨ªa delante de la tele e iba sacando las canciones de los anuncios, pero no me planteaba que fuera a ser un oficio.
¡ªHe hecho canciones para Luz, Ana Bel¨¦n, Joaqu¨ªn, Rosenvinge, para Torroja, as¨ª que cuando act¨²o en solitario me gusta tocar un poquito de lo que hice para ellos.
¡ª¡°No me importa nada¡± fue muy especial, se convirti¨® en una especie de himno para las mujeres. Aquel ¡°t¨² juegas a quererme/yo juego a que te creas que te quiero¡± qued¨® precioso. La letra es de mi hermana Gloria. Ella era funcionaria y pidi¨® la excedencia para ser letrista. Le fue muy bien, pero le decepcion¨® el aspecto feo de la m¨²sica, lo relativo al negocio, y se volvi¨® a su oficina y al caf¨¦ de media ma?ana con las compa?eras.
¡ªYo no tuve nunca un grupo. La cosa fue que empec¨¦ a ir a La Mandr¨¢gora en el 81. Era un sitio muy divertido, t¨ªpico de entonces, se pod¨ªa fumar, est¨¢bamos amontonados, solo cab¨ªan unas 30 personas. La gente enloquec¨ªa con Krahe y Sabina, y era todo muy ¨ªntimo, casi no hab¨ªa escenario. Despu¨¦s de actuar, como no hab¨ªa camerinos, los artistas se quedaban en la misma sala tomando una copa y yo andaba por all¨ª haci¨¦ndome el encontradizo.
¡ªUn d¨ªa, Joaqu¨ªn coment¨®, me hace falta un guitarrista el¨¦ctrico para un concierto; yo le dije, pues yo me s¨¦ todas tus canciones, y ¨¦l contest¨®, ya est¨¢, contratado. ?Sin haberme o¨ªdo!
¡ªUna vez que Joaqu¨ªn me dijo que s¨ª, me dio un ataque de p¨¢nico y empec¨¦ a estudiar. He aprendido a ser m¨²sico trabajando con ¨¦l. Me hizo un gran favor, pod¨ªa haberme echado, pero tuvo mucha paciencia conmigo y no le decepcion¨¦. Cuando Joaqu¨ªn me dio la primera letra para musicar y le gust¨® el resultado, pens¨¦, ahora ya s¨¦ que me puedo ganar la vida de esto.
¡ªA m¨ª nunca me gust¨® el rollo de la Movida. Nosotros no tuvimos nada que ver con eso, ¨ªbamos por otro lado. Nos gustaba el Madrid de la fiesta. Joaqu¨ªn y yo sal¨ªamos juntos todas las noches. ?bamos al Amnesia, al El¨ªgeme, al Joy Eslava... Nos met¨ªamos donde nos dejaban entrar porque no ¨¦ramos estrellas de la modernidad. Acab¨¢bamos la noche a las 7 de la ma?ana, y a veces aguantabas y te ibas a comer. No se dorm¨ªa casi.
¡ªMe gustaba aquella ¨¦poca de conciertos al aire libre hasta arriba de gente, la de los Veranos de la Villa de entonces. Era una ciudad donde pasaban muchas cosas, hab¨ªa un mont¨®n de salas en las que tocar en directo. Luego fueron cerrando por pol¨ªticas menos permisivas. Por una parte, lo entiendo, pero digo yo que habr¨¢ una manera de hacer las cosas.
¡ªLlevaba ya 20 a?os con Joaqu¨ªn y mi madre me segu¨ªa diciendo, ¡°hijo m¨ªo, ?cu¨¢ndo vas a tener un trabajo de verdad¡±. Mi madre quer¨ªa mucho a Joaqu¨ªn, pero ve¨ªa que esto era pan para hoy y hambre para ma?ana.
¡ªAlgo de raz¨®n ten¨ªa. Yo he tenido suerte porque he trabajado mucho, pero el negocio de la m¨²sica se ha ido a la mierda, tanto a nivel de m¨²sicos, como de editoriales, de salas de ensayo, de salas de m¨²sica, de la misma gente que conduc¨ªa furgonetas o las alquilaba. Y no hablemos de la venta de discos, nada de eso existe ya. Un cd te sirve para intentar sacar conciertos en directo. Con eso vives al d¨ªa.
¡ªYo digo que ni aquellos tiempos ni estos, porque lo de entonces era un disparate: cualquier banda hac¨ªa un mont¨®n de conciertos y vend¨ªa 50.000 discos. Todo era falso, estaba inflado. Pero se pinch¨® el globo. Es que los ayuntamientos se disputaban a los artistas y se gastaban un capital, era una manera impresionante de tirar el dinero, y ahora¡ Hay mucha gente que ha tenido que dejar de trabajar en la m¨²sica porque matamos la gallina de los huevos de oro. Las discogr¨¢ficas abusaron mucho de la paciencia de la gente, luego la gente se ha rebelado y en cierto modo puedo entenderlo. Maltrataron al p¨²blico y el p¨²blico se la ha devuelto. Pero quien sale perdiendo son los m¨²sicos, porque ahora las canciones est¨¢n en el aire, ya no hay que pagar por ellas. En parte, se ha castigado a las discogr¨¢ficas y en parte es que este pa¨ªs es as¨ª: si algo te sale gratis no piensas en que est¨¢s perjudicando al trabajador.
¡ªCuando veo el cabreo de los taxistas con Uber, por ejemplo, pienso, ¡°tal vez ahora empiecen a entendernos¡±.
¡ªEn los 80 ¨¦ramos muy gamberros y hac¨ªamos canciones sin parar, pero yo no disfrutaba tanto de la ciudad como en el presente. Ahora me levanto a las seis de la ma?ana, veo amanecer, me gusta pasear, me gusta hacer la compra y cocinar en casa. Los primeros treinta a?os de mi vida han sido muy felices siendo un golfo y los ¨²ltimos veinte tambi¨¦n siendo todo lo contrario. Disfruto como antes. O m¨¢s.
¡ªLa gente en Am¨¦rica o aqu¨ª que venera a Joaqu¨ªn tambi¨¦n me reconoce a m¨ª, yo soy ese t¨ªo que siempre est¨¢ a su lado. ?l dice que soy su andamio. Est¨¢ muy bien explicado, porque soy un poco el organizador de sus conciertos, aunque tenga siempre mucha gente a su alrededor. ?l suele decir, Pancho me ha aguantado m¨¢s que todas mis novias juntas.
¡ªLa estrella siempre liga m¨¢s que el guitarrista, eso es as¨ª, pero no me ha importado.
¡ªEn este pa¨ªs se montan muchos pollos por habladur¨ªas, que si Joaqu¨ªn se est¨¢ muriendo, que si es un estafador¡ Y simplemente es que ha cancelado un concierto porque se ha quedado af¨®nico.
¡ªDicen que aqu¨ª el deporte favorito es subir a un artista a los cielos para luego bajarlo a pedradas. No s¨¦ si es as¨ª, pero lo cierto es que hay gente que se toma muy mal el ¨¦xito ajeno. Y si el artista es de izquierdas y gana dinero, buf¡ Lo t¨ªpico: mira ¨¦ste, el rojo. La gente es un poco injusta con eso. En otros pa¨ªses no es as¨ª, en Italia adoran a sus cantautores, o en Francia. Ya no te digo en Latinoam¨¦rica, donde se nos trata con una reverencia que hay veces que da hasta miedo, porque hay tanta pasi¨®n que dices, qu¨¦ fuerte. Joaqu¨ªn en Buenos Aires apenas sale a la calle, antes le encantaba recorrerse las librer¨ªas, pero ahora tendr¨ªa que ir con cuatro de seguridad porque enseguida se le abalanzan cincuenta personas y eso ya es incontrolable.
¡ªCanciones de las que me siento orgulloso: Con la frente marchita, La del pirata cojo, Y si amanece por fin, Y sin embargo, Peces de ciudad, Ruido, Esta boca es m¨ªa, la misma No me importa nada.
¡ªJoaqu¨ªn descansa, los m¨²sicos de Joaqu¨ªn hacemos de vez en cuando una Noche Sabinera. Es un concierto con las canciones que le hemos hecho. Tiene un gran ¨¦xito, hemos viajado mucho con este repertorio. Al final, dejamos que salgan voluntarios al escenario para que disfruten cantando con los m¨²sicos de Sabina. Hasta les ponemos un bomb¨ªn.
¡ªEn 2006, preparando la gira con Serrat y Sabina, yo iba a la residencia a ver a mi madre y le dec¨ªa, ¡°mam¨¢, que voy a tocar Cantares con Serrat¡±. Ella ya no se acordaba, la pobre, ten¨ªa demencia. Yo la recuerdo siempre cantando aquello cuando yo ten¨ªa 12 a?os. Cu¨¢ntos conocimos a Machado gracias a ¨¦l.
¡ªNo s¨¦ qu¨¦ consejos dar, porque yo tuve m¨¢s suerte que talento, as¨ª que cuando me preguntan, digo, lo que deseo es que te sonr¨ªa la suerte. Y ponte a componer, porque adem¨¢s de hacer ejercicio con los dedos hay que ejercitar el alma.
¡ªMi mayor inspiraci¨®n en esta vida ha sido John Lennon. No me interesa el Lennon bienhechor, a m¨ª me mola el cabr¨®n, el travieso. Mira, yo creo que soy una de las pocas personas que intuye c¨®mo compon¨ªa: estoy seguro de que hac¨ªa genialidades por casualidad. Los Beatles fueron un milagro y Lennon la guinda del milagro.
¡ªTengo mejor relaci¨®n con los m¨²sicos j¨®venes que con los de mi generaci¨®n. Siento que a los de mi quinta no les caigo bien, ser¨¢ porque hay algunos que son mejores que yo y no tienen el trabajo, qu¨¦ s¨¦ yo. Yo he sabido dar el paso para no quedarme en abuelo cebolleta, y ser amigo de los nuevos colegas me llena de satisfacci¨®n.
Cuando los Vetusta Morla recibieron el disco de oro pidieron que se lo entregara Varona: "Es uno de los nuestros¡±.
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