La verdad ahogada

Los 10 mandamientos del grupo cinematogr¨¢fico Dogma?rezuman teatralidad y vocaci¨®n realista, empezando por el respeto a las unidades aristot¨¦licas de lugar y tiempo. Celebraci¨®n (Festen), su opera prima, fue llevada a la escena con ¨¦xito universal, en adaptaciones fidedignas. La m¨¢s difundida es la de Bo Hr. Hansen, compatriota de Thomas Vinterberg, que en Espa?a se estren¨® en Barcelona en 2005 con un gran reparto, y de la que Mag¨¹i Mira?ha hecho ahora una versi¨®n en la que no figuran los personajes de mayor edad, salvo el padre, motor del drama.

Festen (el Centro Dram¨¢tico Nacional ha preferido titularlo en dan¨¦s, ?por eufon¨ªa o por prestigio?), escenifica una fiesta familiar en cuyo curso el primog¨¦nito desvela un secreto espantoso, le echa un pulso inesperado a su padre y muestra que solo poniendo la verdad sobre la mesa se avanza. Como en teatro es improbable disponer del coro de figurantes que en la pel¨ªcula ven desvanecerse la ilusi¨®n de beatitud y ejemplaridad patriarcal, en algunas puestas en escena el p¨²blico desempe?¨® ese papel. En esta, es testigo mudo tras la cuarta pared.

Elenco y direcci¨®n llevan la f¨¢bula con buen pulso, mantienen la atenci¨®n en vilo y juegan con pericia la baza de la teatralidad. La funci¨®n es elocuente; las actuaciones, expresivas; la producci¨®n, limpia, y la adaptaci¨®n, atinada. Pero, al cabo, solo en escasos momentos este Festen tan pulidito transmite emoci¨®n verdadera. Quiz¨¢ porque encarnar a una familia de alta burgues¨ªa n¨®rdica, de cultura protestante, inmersa en la masoner¨ªa, que ha superado apenas una infancia pavorosa y embarcada en un psicodrama a cara de perro, pone a los int¨¦rpretes al borde de un triple mortal con pirueta.

Resolver papeleta tan extrema es harto dif¨ªcil, en una producci¨®n al uso (con solo 45 d¨ªas de ensayos), sin acogerse a soluciones estereotipadas: buscar la verdad honda que el texto demanda lleva m¨¢s tiempo. El Joker, personaje doble (Kim y el maestro de ceremonias), de Jes¨²s Noguero, resulta sugestivo: claro y oscuro a la vez; el Christian de Gabriel Garbisu, un iceberg en pleno cambio clim¨¢tico: intuimos, m¨¢s que vemos, su tormento. Clara Sanch¨ªs, en el papel de Helen, hace una gran lectura de la carta p¨®stuma de su hermana, que acaso con mayor contenci¨®n expresiva sabr¨ªa mejor: las soluciones a contrapelo, tienden a ser m¨¢s interesantes que las obvias. Isabel Stoffel evoca la figura fantasmal de Linda con una combinaci¨®n caleidosc¨®pica de transparencia y carnalidad. Se agradecen infinito la energ¨ªa y el temperamento expansivo que David Lorente le presta al novio m¨²sico.