Los marqueses de Linares vuelven a palacio
Dos retratos de los arist¨®cratas guardados en el Museo del Prado retornan a su lugar original tras un largo litigio
Los marqueses de Linares han vuelto a su casa. Hoy se presentan en sociedad, pero llevan all¨ª desde el martes, los ¨²ltimos d¨ªas de preparativos para que todo est¨¦ listo y vuelvan a lucir en su esplendor, como lo que fueron. Jos¨¦ de Murga y Reolid, el primer marqu¨¦s de Linares (Madrid, 1833-1902), fue uno de los hombres m¨¢s ricos de la segunda mitad del siglo XIX en Espa?a y as¨ª se muestra en el retrato que, junto al de su esposa, cuelga desde hoy en su despacho del Palacio de Linares. Dos pinturas realizadas por Francisco Pradilla y Ortiz que salieron hace unos 75 a?os de lo que actualmente es Casa de Am¨¦rica y que tras un incierto periplo han vuelto para quedarse, por ahora.
Los marqueses, que murieron sin descendencia, hab¨ªan nombrado heredera a su ahijada, Raimunda Avecilla y Aguado, hija de su administrador. Ella no vivi¨® en el palacio, que fue quedando abandonado. ¡°Lo ten¨ªan como fondo de regalos, cog¨ªan lo que les parec¨ªa¡±, dice Santiago Miralles, director de Casa de Am¨¦rica. El recorrido de los dos cuadros, ¨®leos de grandes dimensiones, tiene algunas lagunas. Javier Bar¨®n, jefe del ¨¢rea de conservaci¨®n de pintura del siglo XIX del Museo del Prado, lo resume as¨ª: ¡°Salieron presuntamente a Venezuela en 1958. Volvieron a Madrid en 1992 para exponerse en el Museo Nacional del Romanticismo. [Se mostraron desde el 16 de diciembre de 1992 hasta el 20 de enero de 1993]. Luego fueron retenidas en el aeropuerto de Barajas, sujetas a un expediente de abandono, y, en 2004, se depositaron en el Prado". Especifica que expediente de abandono significa que no tiene un propietario legal claro.
Bar¨®n estuvo en el hangar del aeropuerto viendo las dos obras. Hizo un informe en el que desde el principio propuso claramente que si pasaban a propiedad del Estado el lugar en el que deb¨ªan acabar era el palacio del marqu¨¦s, que es para donde fueron pensadas. Ese documento es el que le ense?¨® Miguel Zugaza, director del Prado, a Miralles cuando este se interes¨® por los retratos, ya que en su af¨¢n por recuperar el patrimonio perdido del palacio estas obras ser¨ªan las joyas de la corona. ¡°Miel sobre hojuelas¡±, pens¨® al ver la recomendaci¨®n del especialista. Solo hab¨ªa que sortear la traba m¨¢s dif¨ªcil: los retratos no eran del Prado, estaban all¨ª en custodia judicial. El proceso estaba bloqueado y el inter¨¦s por parte de Casa de Am¨¦rica lo aceler¨®. En oto?o de 2015, la Secretar¨ªa General T¨¦cnica del ministerio de Cultura empez¨® a mover el tema en el de Justicia. Miralles confiesa que llamaba continuamente para interesarse. Por fin, en 2016, los lienzos pasaron a formar parte de los fondos del Prado que los ha depositado en Casa de Am¨¦rica por ¡°cinco a?os prorrogables. No creo que podamos encontrar un sitio mejor¡±, asegura Bar¨®n.
El mi¨¦rcoles, en el despacho de aparato del marqu¨¦s, donde recib¨ªa las visitas, varios operarios preparaban los espacios que tanto ¨¦l como su esposa, Raimunda Osorio y Ortega, iban a ocupar. Un lugar privilegiado con vistas a la calle de Alcal¨¢, al actual Ayuntamiento de la capital. Miralles recuerda que era el mejor solar del ensanche de la ciudad realizado durante la segunda mitad del XIX por el marqu¨¦s de Salamanca. Estaba en la parte nueva pero con vistas a la vieja. Lo que da una idea del rango de los marqueses de Linares, t¨ªtulo de nuevo cu?o, creado para ellos en 1873 por el rey Amadeo I en agradecimiento a sus servicios. Esto no dejaba indiferente a otros arist¨®cratas, se generaban envidias que f¨¢cilmente desembocaban en rumores y con el tiempo estos se convierten en leyendas. De ah¨ª, al fantasma de la hija que nunca tuvieron los marqueses y al que los fantasiosos o¨ªan llorar, solo un paso.
Mar¨ªa ?lvarez-Garcill¨¢n, restauradora del Prado y coordinadora del proyecto que recuper¨® el patrimonio y los bienes muebles del palacio para que en 1992 se abriera como Casa de Am¨¦rica, asegura que las paredes se mantienen como cuando se encargaron los retratos, sin embargo recuerda el estado "en ruinas" en el que se encontr¨® el inmueble cuando en los noventa, despu¨¦s de ocho d¨¦cadas vac¨ªo, entr¨® para rehabilitarlo. Sobre todo la parte de la escalera, muy afectada por la humedad. Una escalera retratada en todo su esplendor por Pradilla ya que es el espacio en el que situ¨® a la marquesa. La riqueza de las joyas y de las sedas del vestido no son solo fruto de la buena situaci¨®n que disfrutaban, tambi¨¦n de la calidad del pincel del autor. Al marqu¨¦s le retrata en la biblioteca, sobre la mesa que le acompa?a algunos objetos de escritorio y una carta dirigida a ¨¦l en la que se puede leer perfectamente la direcci¨®n ¡°Paseo de Recoletos, 2¡±.
El n¨²mero y la calle se ha mantenido igual. Ese es el objetivo de Miralles: devolver al palacio el esp¨ªritu de los marqueses. En el ¨²ltimo a?o y medio ha conseguido en diversas subastas gran parte de los tapices que decoraban el comedor de gala y el de diario. El Cristo de marfil que estaba en la capilla no lo pudo comprar, era demasiado caro y el invernadero de la tercera ha recuperado su aspecto lleno de plantas. Si Raimunda y Jos¨¦ pudieran verlo, reconocer¨ªan su casa.
25 a?os de Casa de Am¨¦rica
En 1992, en el marco de las celebraciones del quinto centenario del descubrimiento de Am¨¦rica fue inaugurada Casa de Am¨¦rica en el palacio. Este a?o celebra su cuarto de siglo con un amplio programa de actividades. Los retratos de los marqueses se podr¨¢n ver en las visitas al edificio.
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