La nueva secci¨®n de Internacional
El tsunami digital obliga a pensar estos temas en el peri¨®dico impreso con algunas variantes. El concepto tradicional de noticia, sin olvidar el de exclusiva, ha pasado a la historia
El tsunami digital no solo constituye una realidad por s¨ª mismo, en la medida en que impone una t¨¦cnica distinta para la secci¨®n de Internacional ¨Cvideos, entrevistas, recurso extensivo a Internet para recabar informaci¨®n, pistas de trabajo, apoyos internacionales de otras organizaciones, en general¨C sino que obliga a pensar la secci¨®n en el peri¨®dico impreso con algunas variantes, lo que, lamentablemente, no quiere decir que hayamos encontrado el vellocino de oro.
Lo primero y m¨¢s obvio es que todo lo citado como bot¨ªn de Internet ser¨¢ en muchos casos tan aplicable a la versi¨®n digital como a la de papel. Pero veamos qu¨¦ pasa con el impreso.
La conclusi¨®n a partir de la que trabajaremos, aun funcionando con una red de corresponsales razonablemente extensa, sin la cual es mejor dedicarse a otra cosa, es la de que el concepto tradicional de noticia, sin olvidar el de exclusiva?¨C?c¨®mo a¨²n hay quien insiste en esa versi¨®n matusal¨¦nica de las cosas?¨C ha pasado a la historia. Por sensacional que sea la materia prima con que contemos, en cuanto aparece pasa a ser del dominio p¨²blico. Ha sido as¨ª siempre, podr¨¢ decirse, pero la realidad es mucho m¨¢s ominosa porque el torrente informativo, v¨ªa redes, sobre todo, es hoy de tal magnitud que la inmensa mayor parte de lo que publiquemos ser¨¢ ya conocido, por lo menos en filigrana, de nuestros lectores. Eso no nos libera, por supuesto, de tratar de hacerlo mejor que la competencia, de que el discurso de Putin en la Duma, por ejemplo, lo despleguemos con la mayor riqueza y conocimiento posibles, pero sujetos estamos, aun con el material propio de nuestros corresponsales o enviados, a dar una versi¨®n que en lo f¨¢ctico sea sustancialmente la misma que la del pr¨®jimo periodista.
Ante esto se dir¨¢ que las secciones de Internacional deben derivar hacia la interpretaci¨®n, el por qu¨¦ de las cosas, lo que se llama con inveterado optimismo news analysis. De acuerdo en que hoy eso hace m¨¢s falta que nunca, pero no es una obligaci¨®n nueva ni sobrevenida, porque para esa misi¨®n han estado siempre los corresponsales. Y lo que es peor una secci¨®n atiborrada de an¨¢lisis?abotarga al lector m¨¢s avezado. Evidentemente, lo m¨ªnimo que habr¨¢ que hacer es tratar de tener voces, expertos, personal del interior?para ilustrar mejor que nadie esa facticidad narrativa de la que no podemos zafarnos. Pero a¨²n as¨ª nos encontramos en un terreno en el que, tsunami o no?tsunami, habr¨ªamos debido movernos habitualmente; la diferencia es que ahora ampliar esos registros es mucho m¨¢s imprescindible que en tiempos del Antiguo R¨¦gimen. ?Tiene salida esta trampa mortal? Hasta cierto punto.
El corresponsal tiene que variar el angular de su trabajo. Ya no es el recopilador de lo que ocurre sino el investigador de todo ello, pero que no es del dominio p¨²blico. El corresponsal convertido, tan b¨¢sicamente como sea posible por cuestiones de personal, en reportero. Lo que llamamos informaci¨®n est¨¢ndar, la que tiene todo el mundo, habr¨¢ de seguir apareciendo en nuestras p¨¢ginas, pero si no hay ilustraci¨®n?propia o reporter¨ªa sobre ese mismo tema, habr¨ªa que dar solo lo imprescindible y ganar espacio para otros menesteres. Y esos menesteres, puestos a aspirar a lo mejor, ser¨ªan, y solo es un ejemplo, que el mismo elemento que va a dar la noticia o alguien suficientemente autorizado nos hablara de lo que se anuncia para poder publicar declaraci¨®n y decoraci¨®n conjuntamente. Y ya s¨¦ que cabe objetar que es como pedir peras al olmo, pero hacer realmente bien internacional en nuestro tiempo es tanto o m¨¢s que eso.
Todo ello nos remite, finalmente, a los dos t¨¦rminos que me parecen clave para el periodismo impreso y pos-impreso que son Agenda Propia, v¨¢lidas es cierto que para todo el peri¨®dico, pero que en Internacional pueden ser especialmente remuneradoras. Hacer, en definitiva, una secci¨®n distinta a la de la competencia, que permita al lector decir que lo que leen en su publicaci¨®n preferida le explica el mundo como nadie m¨¢s lo hace.
Babelia
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.