El escritor sin nostalgia
Los ensayos de Tom¨¢s Segovia sobre el exilio espa?ol explican bien el drama de los refugiados
Cuando el Caf¨¦ Comercial de Madrid, cerrado en julio de 2015, vuelva a abrir sus puertas faltar¨¢ un cliente habitual, el poeta Tom¨¢s Segovia, que acud¨ªa all¨ª casi cada ma?ana porque necesitaba ruido para concentrarse. Segovia, que muri¨® en noviembre de 2011, hab¨ªa nacido en 1927 en Valencia. Su madre, sevillana, viv¨ªa all¨ª y ¨¦l quer¨ªa estar a su lado en un momento tan especial, relataba con sorna. Dos primaveras m¨¢s tarde la familia se instal¨® en Madrid, pero llamar madrile?o a un hombre madurado en Par¨ªs, Casablanca, Montevideo, Princeton, Maryland, Murcia y, sobre todo, M¨¦xico es decir poca cosa. Su abuelo Jacinto hab¨ªa sido uno de los primeros militantes del PSOE y ¨¦l fue un ni?o del exilio republicano. Solo volvi¨® a Espa?a tras la muerte de Franco. Desde entonces viv¨ªa entre Europa y Am¨¦rica. Muri¨® en el Distrito Federal.
En M¨¦xico recibi¨®, entre muchos otros, los premios Octavio Paz y Juan Rulfo ¨Cel actual premio FIL-; en Espa?a, el Garc¨ªa Lorca a toda su trayectoria y el de la Cr¨ªtica de poes¨ªa. Este ¨²ltimo por Estuario (Pre-Textos), en 2012, p¨®stumo. En 2014 Fondo de Cultura Econ¨®mica public¨® su poes¨ªa completa en dos vol¨²menes bajo un t¨ªtulo inequ¨ªvoco: Cuaderno del n¨®mada. No es raro que su amigo Jos¨¦ Bergam¨ªn zanjara la cuesti¨®n de si Tom¨¢s Segovia era autor mexicano o espa?ol diciendo que era un ¡°poeta alem¨¢n¡±. ?l sol¨ªa argumentar que un escritor es m¨¢s de un tiempo que de un lugar, que un franc¨¦s del siglo XXI tiene m¨¢s que ver con un checo del mismo siglo que con un compatriota del XIX.
Traductor, profesor y mano derecha de Octavio Paz en las revistas Plural y Vuelta, Segovia acert¨® a ser en la misma persona un ensayista inteligent¨ªsimo y un poeta ingenuo, entendiendo por lo primero una mezcla de erudici¨®n, originalidad y claridad y por lo segundo, una visi¨®n del mundo nacida del continuo asombro. ¡°Por fin se oyen las voces / Toda verdad susurra / Todo lo que est¨¢ vivo es misterioso¡±, dicen tres versos de D¨ªa a d¨ªa, t¨ªtulo tambi¨¦n muy suyo. ¡°Tal vez no hay m¨¢s que dos formas de arte ¨Cescribi¨® en sus cuadernos de notas El tiempo en los brazos-: expresivo y representativo (el imitativo no existe; el abstracto no es arte). Tal vez yo sea irremediablemente expresivo¡±.
Quiz¨¢s porque sab¨ªa que cada ma?ana llega con sus prodigios, Tom¨¢s Segovia fue el hombre menos nost¨¢lgico del mundo. Siempre defendi¨® que era la generaci¨®n de sus padres (y la de Max Aub) -cuya vida parti¨® en dos la guerra- la que deb¨ªa ser compensada por el exilio, no la suya. Si escribi¨® mucho sobre el destierro espa?ol del pasado fue para comprender mejor el desarraigo de los desterrados e inmigrantes de hoy, su inhumana p¨¦rdida de derechos humanos. No le dio tiempo a ver ni el delirio de Trump ni el drama de los refugiados sirios, pero su impagable colecci¨®n de ensayos Digo yo (FCE) explica las consecuencias del drama y del delirio como si su autor todav¨ªa escribiera junto a la enorme ventana del Caf¨¦ Comercial. En mayo cumplir¨ªa 90 a?os.
Babelia
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