Benet Casablancas, un alma abierta
El catal¨¢n, uno de los m¨²sicos espa?oles vivos m¨¢s interpretados, compone su primera ¨®pera
Ya resulta dif¨ªcil que a un compositor espa?ol vivo se le interpreten obras en su propio pa¨ªs. Que las hagan sonar fuera es una haza?a, y que esta se convierta en habitual representa toda una rareza. Sin embargo, para Benet Casablancas viene a ser algo natural. El m¨²sico catal¨¢n vive constantemente reivindicado en varios pa¨ªses. Su alma abierta, en perpetua b¨²squeda sin renunciar a un lenguaje propio, resulta de enorme aceptaci¨®n universal. A la espera del estreno de su primera ¨®pera en el Liceu ¡ªL¡¯enigma di Lea, con textos de Rafael Argullol¡ª, Casablancas ha disfrutado de un 2016 eminentemente pian¨ªstico y ha comenzado 2017 con la grabaci¨®n de dos discos y la preparaci¨®n de un homenaje por sus 60 a?os en Sabadell, donde naci¨® en 1956. Las obras para teclado han recorrido diversos escenarios de la mano de Iv¨¢n Mart¨ªn, Alba Ventura, Marta Espin¨®s, Josep Colom, Kristiina Junttu, Jos¨¦ Menor, David Casanova o Alex Alguacil en Europa, Asia y Estados Unidos.
Decir piano para Casablancas es nombrar a¨²n el instrumento que permite todas las exploraciones del sonido. ¡°Vitalidad y versatilidad ser¨ªan dos palabras para definir su realidad presente, plet¨®rica en todos los sentidos¡±, asegura el compositor. ¡°Pocos instrumentos pueden explicar la m¨²sica de su tiempo como lo hace el piano. Y no s¨®lo a trav¨¦s del repertorio solista, tambi¨¦n integr¨¢ndose en m¨²ltiples combinaciones que van desde las obras de c¨¢mara hasta la gran orquesta¡±.
Pocos instrumentos pueden explicar la m¨²sica de su tiempo como lo hace el piano. Y no solo a trav¨¦s del repertorio solista
La producci¨®n no cesa en ese ¨¢mbito. Pero es su calidad la que nos advierte de sus posibilidades. ¡°El piano sigue jugando un rol de primer orden en la exploraci¨®n de nuevos territorios. Los registros t¨¦cnicos y expresivos evolucionan acordes con la sensibilidad e imaginaci¨®n de sucesivas generaciones. A menudo ofrecen lo mejor de s¨ª mismos en este cap¨ªtulo. Este instrumento te hace descubrir profundamente el interior de ti mismo, con voluntad expresiva, emoci¨®n y, lo que es m¨¢s importante, con respuesta n¨ªtida por parte de la audiencia¡±. Para Casablancas representa un aliado y un vigilante. ¡°Ha sido fundamental en mi evoluci¨®n como m¨²sico. M¨¢s que invitarme a crear, me provoca de manera constante a seguir depurando mi definici¨®n estil¨ªstica¡±, asegura. ¡°En torno suyo, he llevado a cabo una reflexi¨®n capital sobre los distintos par¨¢metros del discurso musical. Muy particularmente en lo que respecta a la armon¨ªa, la polifon¨ªa, la riqueza y diferenciaci¨®n de planos. Tambi¨¦n en la precisi¨®n r¨ªtmica¡±.
Le sirve adem¨¢s para escapar de los trucos f¨¢ciles. ¡°Renuncias con ¨¦l a ciertos efectismos. La inanidad se agota muy pronto en s¨ª misma ante el espejo de un piano¡±. Por no hablar de la escuela: ¡°Gracias a dominarlo, ha pasado f¨ªsicamente por mis manos buena parte de la m¨²sica occidental (incluyendo lied, ¨®pera, sinfonismo¡). Es fascinante comprobar c¨®mo cualquier m¨²sica se lee bien desde el piano, poniendo de relieve sus valores esenciales, algo que no siempre sucede a la inversa¡±.
Tal dedicaci¨®n no le a¨ªsla. Su entrega a la docencia y sus di¨¢logos con otras disciplinas lo mantienen en guardia. La pintura y la literatura, sobre todo, han sido fuentes de creaci¨®n innegociables para Casablancas. ¡°Nunca he concebido la m¨²sica como un ente aislado. Tanto de los dem¨¢s lenguajes art¨ªsticos como de la sociedad y de los tiempos en que uno vive¡±. G¨¦neros po¨¦ticos como los epigramas, los aforismos y el haiku han ?desempe?ado un papel clave en su evoluci¨®n y andan muy presentes en su producci¨®n pian¨ªstica. ¡°Escribir para piano representa a menudo para el compositor algo similar a llevar un diario personal. Algo ¨ªntimo y cercano a un microcosmos o un taller de pruebas privilegiado, con unos recursos que luego ser¨¢n utilizados en otros ¨¢mbitos musicales¡±.
Nunca he concebido la m¨²sica como un ente aislado. Tanto de los dem¨¢s lenguajes art¨ªsticos como de la sociedad y de los tiempos en que uno vive
El paralelismo de los lenguajes ha sido su ley: ¡°Frente a obras que demandan un esfuerzo m¨¢s sostenido en el tiempo, la concentraci¨®n de un epigrama o la inmediatez de un haiku permiten apresar una idea, o te dir¨¦ m¨¢s: una epifan¨ªa. Se trata de un gesto captado al vuelo, sin apenas mediaci¨®n, completo en s¨ª mismo y exento de ulteriores hipotecas de desarrollo. Es algo testigo de la fugacidad del tiempo que por un instante parece detenerse¡±.
De ah¨ª sus homenajes a pintores como Zurbar¨¢n o autores como Antonio Mu?oz Molina o Cees Nooteboom, cuya aproximaci¨®n dej¨® patente en el Festival Suntory de Jap¨®n el pasado verano, como el primer m¨²sico espa?ol invitado al mismo. O a Cervantes, otra de sus obsesiones. Los Epigramas cervantinos, compuesta el pasado a?o, en plena celebraci¨®n del cuarto centenario, son prueba de ello. ¡°Evocan algunos de los tipos y caracteres expresivos que pueblan el prodigioso legado del autor ¡ªdesde el Quijote hasta las deliciosas Novelas ejemplares¡ª y recorren una amplia gama de emociones. La profunda carga de humanidad que desprenden dichos textos se traduce en un tratamiento pian¨ªstico muy contrastado y de color. Abierto a la brillantez y al virtuosismo que le puedan aportar los int¨¦rpretes¡±. Son ellos quienes echan a andar por la vida al pentagrama. El autor, por su parte, ya tiene bastante con haberlo engendrado.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.