Christian Gerhaher: ¡°El arte debe ser reflexi¨®n y no entretenimiento¡±
El bar¨ªtono alem¨¢n, uno de los m¨¢s eximios liederistas del momento, cantar¨¢ hoy y ma?ana en los ciclos de Iberm¨²sica
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
Si Fausto fuese de carne y hueso se parecer¨ªa a Christian Gerhaher (Straubing, 1969). El bar¨ªtono alem¨¢n se asemeja a una contrafigura del personaje literario que tanto admira. El intelectual y el anacoreta. El hombre que duda y reflexiona tratando de encontrar certidumbres. ¡°Nunca he estado convencido de nada¡±, es su primera respuesta. La pregunta: ?cu¨¢ndo se convenci¨® de que lo suyo era cantar? Recibe a EL PA?S en su camerino del Grande Audit¨®rio de la Funda?ao Calouste Gulbenkian, en Lisboa, poco antes de un ensayo con el director Daniel Harding.¡°Mis inicios fueron dif¨ªciles¡±, reitera esc¨¦ptico uno de los m¨¢s eximios, admirados y premiados liederistas del momento. Repasamos los obst¨¢culos. Su falta de excelencia instrumental, que le llev¨® a estudiar Filosof¨ªa y despu¨¦s a licenciarse en Medicina. Su lucha contra la enfermedad de Crohn, que puso a prueba su capacidad f¨ªsica para emprender una carrera internacional. E incluso la desconfianza de sus maestros, como el gran Dietrich Fischer-Dieskau, que le anim¨® a decantarse por la bata blanca. Gerhaher le quita importancia a esto ¨²ltimo. ¡°Es muy dif¨ªcil detectar el talento. Fischer-Dieskau me escribi¨® cuando finalmente comenc¨¦ mi carrera para decirme que se sent¨ªa feliz por m¨ª. Fue muy amable y siempre ser¨¢ mi ¨ªdolo, aunque aprend¨ª m¨¢s de sus discos que de sus clases¡±, precisa el bar¨ªtono alem¨¢n que act¨²a hoy y ma?ana como solista con la orquesta de j¨®venes Gustav Mahler en los ciclos de Iberm¨²sica.
Gerhaher atribuye el arranque de su carrera como cantante al pianista Gerold Huber, su acompa?ante de siempre. ¡°Empezamos en noviembre de 1988 en M¨²nich. Recuerdo que fuimos a un recital de Hermann Prey donde nos cautiv¨® cantando el ciclo Dichterliebe, de Schumann. Y decidimos ensayarlo juntos. La experiencia fue tan fant¨¢stica que seguimos adelante casi veintinueve a?os despu¨¦s¡±, relata sonriente. La cr¨®nica de sus inicios puede verse en el documental que film¨® Eckhart Querner en 2014 para la televisi¨®n b¨¢vara. Es el origen de esa simbiosis perfecta entre dos personalidades dispares, que recientemente retrat¨® Luis Gago en estas p¨¢ginas. ¡°Somos incluso contradictorios. Huber es un m¨²sico y yo no. ?l sabe disfrutar de la vida y yo dudo constantemente. Como el yin y el yang. Pero, al mismo tiempo, somos como hermanos¡±, confiesa con natural modestia. Gerhaher no suele colaborar con muchos otros pianistas. Una reciente excepci¨®n ha sido con Daniel Barenboim hace dos semanas: sendos recitales con Winterreise, de Schubert, dentro de las sesiones inaugurales de la Pierre Boulez Saal, en Berl¨ªn. ¡°Barenboim es un monumento. Lo adoro como pianista pero tambi¨¦n como director, con quien hice un Tannh?user que no olvidar¨¦. Lo admiro incluso como pol¨ªtico e intelectual. Tiene una capacidad incre¨ªble para desarrollar nuevas posibilidades art¨ªsticas¡±, reconoce.
El propio Gerhaher destaca tambi¨¦n como intelectual. Puede comprobarse en su libro de conversaciones con Vera Baur (Henschel, 2015) cuyo t¨ªtulo, tomado de un verso de Joseph von Eichendorff, define con precisi¨®n el alcance de su arte: ¡°Es mitad texto, mitad melod¨ªa¡±. En sus p¨¢ginas el bar¨ªtono exhibe unos profundos conocimientos literarios que rigen incluso sus preferencias musicales como cantante por Schubert, Schumann y Mahler frente a Brahms o Richard Strauss. ¡°Debo reconocer que mi ¨²ltimo disco de Sony es un compromiso: Die sch?ne Magelone es la m¨¢s aburrida de las historias incluidas por Tieck en Phantasus y los poemas que Brahms music¨® son narrativamente insustanciales¡±, sostiene. Su pr¨®ximo lanzamiento en Sony incluir¨¢ una nueva grabaci¨®n de Die sch?ne M¨¹llerin, de Schubert, ¡°donde hemos a?adido el resto de los poemas del ciclo de M¨¹ller recitados¡±, precisa. Adem¨¢s, est¨¢ inmerso dentro del mismo sello en la grabaci¨®n de la integral de los Lieder de Schumann, su compositor predilecto: ¡°En febrero tenemos previsto grabar 62 de sus Lieder¡±, informa. La ¨®pera es una dedicaci¨®n secundaria para Gerhaher. Selecciona tanto los papeles como las producciones. Aparte del Wolfram de Tannh?user, que volver¨¢ a cantar en M¨²nich en mayo, ha cantado principalmente Papageno, de Die Zauberfl?te, Posa, de Don Carlo y los papeles protagonistas de L¡¯Orfeo, Pell¨¦as et M¨¦lisande y Wozzeck. ¡°Disfruto haciendo ¨®pera con producciones donde hay detr¨¢s un proceso reflexivo. Odio la moda de actualizarlo todo para que sea comprensible. El arte debe ser reflexi¨®n y no entretenimiento¡±, proclama.
Hoy y ma?ana cantar¨¢ en el Auditorio Nacional ciclos de Lieder orquestales m¨¢s habituales para mezzo-soprano o soprano que para su registro vocal, como Les nuits d¡¯¨¦t¨¦, de Berlioz (que cantar¨¢ tambi¨¦n en Barcelona y Zaragoza los d¨ªas 26 y 27) y Altenberg-Lieder, de Berg, que combina con dos arias de la ¨®pera Alfonso und Estrella, de Schubert. ¡°Ambos ciclos son experimentos que me interesan y las dos arias de Schubert est¨¢n m¨¢s cerca del Lied, especialmente la segunda de ellas donde incluso se cita T?uschung de Winterreise¡±, concreta. Expresa sus dudas acerca del repertorio de Lieder orquestales con excepci¨®n de Mahler, Berg y algunos de Strauss. ¡°No estoy muy seguro del inter¨¦s que pueda tener confrontar a un cantante frente a la diversidad de colores que tiene una orquesta. De todos los Lieder orquestales siempre he preferido la intimidad de las versiones con piano¡±, opina. Es su medio natural. Lo lleva demostrando con continuas y exitosas apariciones en Espa?a junto a Gerold Huber desde 2003 en el Ciclo del Lied del Teatro de la Zarzuela, aunque su debut se produjo tres a?os antes en la Schubertiada de Vilabertr¨¢n (Girona).
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