Muere la bailarina y core¨®grafa estadounidense Trisha Brown
Fallecida a los 80 a?os, era uno de los pilares fundacionales y m¨¢s influyentes de la danza posmoderna
La bailarina, core¨®grafa y te¨®rica de la danza posmoderna norteamericana Trisha Brown falleci¨® el pasado s¨¢bado, a los 80 a?os, en San Antonio tras un largo proceso degenerativo que se agrav¨® en 2011 con un accidente vascular que devino en demencia senil; Brown hab¨ªa nacido en Aberdeen (Estado de Washington), el 25 de noviembre de 1936, ciudad donde se inici¨® en la danza y donde debut¨®. Su primera y m¨¢s importante escala formativa fue en Oakland (California), donde estudi¨® y titul¨® en el Mills College, adquiriendo una variedad de estilos que iba del ballet, la acrobacia y el modern jazz a las t¨¦cnicas de Graham y Lim¨®n, recibiendo adem¨¢s cursos de m¨²sica y composici¨®n de Louis Horst. Poco despu¨¦s, en 1959, comienza una t¨ªmida actividad de ense?ante, a la vez que encuentra a Anna Halprin en sus legendarios talleres de verano, verdadero comienzo en la improvisaci¨®n coreogr¨¢fica.
Ya en Nueva York frecuenta el estudio de Merce Cunningham y es en el atelier de Robert Ellis Dunn donde adquiere los principios de John Cage sobre la indeterminaci¨®n y la constante interrogaci¨®n alrededor del proceso creativo, factores que abonar¨¢n su propia est¨¦tica y que llegar¨¢n a ser constantes de su estil¨ªstica. Desde 1962 se muestra muy activa en el Judson Dance Theatre, en el que coincide con Yvonne Rainer, Steve Paxton y Lucinda Childs, entre otros. Puede citarse como un primer hito Planes (1968), primera pieza "antigravitacional", recuperada en la Bienal de Venecia de 2016 y que muestra toda su perspectiva de anticipaci¨®n.
En un principio, Brown rechaza el teatro como espacio convencional y lucha por llevar la actividad danc¨ªstica (con su lenguaje de improvisaci¨®n, donde a la vez se experimenta en su memorizaci¨®n) a museos, galer¨ªas de arte y otros espacios urbanos, pero el sistema teatral la absorbe, funda su propia compa?¨ªa y recorre Norteam¨¦rica y Europa, comenzando una exitosa carrera mundial que la lleva hasta el repertorio del Ballet de la ?pera de Par¨ªs; despu¨¦s, otras compa?¨ªas francesas como la Dominique Bagouet y el Ballet de Lyon la tendr¨¢n tambi¨¦n en repertorio. Cuando en 1990, la Bienal de la Danza de Lyon se dedic¨® ¨ªntegramente a la danza y el ballet estadounidense, Trisha Brown recibi¨® una nueva entronizaci¨®n, con un programa que se compon¨ªa de dos cl¨¢sicos: Set and reset (1983, con m¨²sica de Laurie Anderson y dise?os de Robert Rauschenberg) y Line up (1977); all¨ª se pudo verificar su gran influencia y c¨®mo era amada y admirada especialmente en Francia, donde quiz¨¢s su herencia se hizo notar de manera m¨¢s patente en dos generaciones de la nouvel danse.
La colaboraci¨®n con Rauschenberg hab¨ªa comenzado con Glacial decoy y ese ¨¦xito le abri¨® la colaboraci¨®n con otros grandes artistas pl¨¢sticos como Fujiko Nakaya (Opal look, 1980); Donald Judd (Son of gone fishing, 1981 y Newark, 1987) y Nancy Graves (Lateral pass, 1985). Durante una ¨¦poca, Brown investig¨® y se apoy¨® en el silencio, generando una serie de piezas que tuvieron diversa fortuna, para finalmente volver a compositores de la esfera del jazz como Dave Douglas o de la m¨²sica contempor¨¢nea como Salvatore Sciarrino. En 2007 volvi¨® a colaborar con Laurie Anderson en I love my robots.
Tal como estudia Sally Banes, Trisha mantiene una verticalidad pl¨¢stica que se puede seguir desde su solo Trillium (1962) o su d¨²o con Paxton: Lightfall (1963), hasta sus ¨²ltimas creaciones, pues sus b¨²squedas se basaban en una postura filos¨®fica y art¨ªstica que respond¨ªa profunda y honestamente a su manera de entender el arte coreogr¨¢fico contempor¨¢neo. Deben citarse sus performances como Rulegame 5 (1964) para cinco ejecutantes o su improvisaci¨®n Yellowbelly (1969), esbozos punteros que hoy forman parte de la historia del arte contempor¨¢neo, a las que se pueden a?adir Man walking down the side of the building (1970) y Walking on the Wall (1971). Otras obras importantes de su cat¨¢logo son Discs (1973); Locus (1975); Water motor (1978); Son of gone fishin' (1981); Foray for¨ºt (1990) y Twelve ton rose (1996), esta sobre piezas breves dodecaf¨®nicas de Anton Weber. En 1996 bail¨® un d¨²o con Mija¨ªl Barishnikov: You can see us.
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