Edgar Allan Poe para ejecutivos
Esta elefanti¨¢sica producci¨®n de dos horas y media largas parece m¨¢s un juego cin¨¦filo que una creaci¨®n propia
LA CURA DEL BIENESTAR
Direcci¨®n: Gore Verbinski.
Int¨¦rpretes: Dane DeHaan, Jason Isaacs, Mia Goth, Celia Imrie, Ivo Nandi.
G¨¦nero: terror. EE UU, 2016.
Duraci¨®n: 156 minutos.
Un joven ejecutivo de una gran empresa inicia un largo viaje hasta un rinc¨®n alejado del mundo, donde debe cumplir una misi¨®n relacionada con el universo financiero, en un castillo dominado por un gur¨² al que, en el ¨²ltimo tramo, repleto de revueltas que ascienden una colina, llega en una intrigante limusina conducida por un oscuro personaje. Es La cura del bienestar, noveno largometraje de Gore Verbinski, basado en una idea propia, pero el retrato de roles y de ambientes, de la intriga y de sus objetivos, bien podr¨ªa ser el Dr¨¢cula de Bram Stoker. Un Jonathan Harker de nueva generaci¨®n, ambicioso e ingenuo, enfrentado a un vampiro posmoderno que chupa la sangre y la salud con la impoluta imagen del director m¨¦dico de un resort de lujo.
Dr¨¢cula es la principal referencia de Verbinski y de su coguionista, Justin Haythe, pero en modo alguno la ¨²nica. De hecho, La cura del bienestar, elefanti¨¢sica producci¨®n de dos horas y media largas, parece m¨¢s un juego cin¨¦filo que una creaci¨®n propia, un batiburrillo de ideas relacionadas con el terror g¨®tico, aunque no siempre, que en demasiados casos acaban mezclando como el agua y el aceite. Con una pizca de Apocalypse now y su viaje al centro del horror para recuperar a un coronel Kurtz asentado entre las sombras, y un buen pu?ado de situaciones cual hotel Overlook de El resplandor, la pel¨ªcula de Verbinsky no se conforma con intentar fusilar im¨¢genes y situaciones: de El fantasma de la ¨®pera dirigido por Rupert Julian; de Seconds, de John Frankenheimer; de Coma, de Michael Crichton; de Shutter Island, de Martin Scorsese. Tambi¨¦n apunta subtextos de moderna autoayuda relacionados con el infierno en vida de los adictos al trabajo, y los mezcla con una trama (casi) principal inspirada en el universo de Edgar Allan Poe. Y es en esa reuni¨®n donde justamente la pel¨ªcula se autodestruye.
La pasi¨®n de Verbinski por el poeta del terror estadounidense y por las maravillosas adaptaciones de Roger Corman de los a?os sesenta relucen por cada esquina del relato de La cura del bienestar: los or¨ªgenes familiares de La ca¨ªda de la casa Usher, los juegos de artificio de La m¨¢scara de la muerte roja, las terribles pr¨¢cticas de los antepasados de El palacio de los esp¨ªritus, el malsano romance de La tumba de Ligeia. Pero reunir todo eso en una trama que se asienta, justo en los mejores minutos de la pel¨ªcula, los primeros veinte, ideales de tempo de montaje y puesta en escena, en una especie de maldici¨®n para ejecutivos agresivos, incondicionales de la oficina en perjuicio de la familia, suena m¨¢s a disparate que a actualizaci¨®n.
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