La mejor aviadora nazi y la as de caza sovi¨¦tica aterrizan en el c¨®mic
Hanna Reitsch y Lilya Litvyak protagonizan sendas historias sobre la II Guerra Mundial en vi?etas
Probablemente no hay dos mujeres que, cada una desde su bando y su ideolog¨ªa radicalmente enfrentados, representen mejor la aviaci¨®n de la II Guerra Mundial que la nazi Hanna Reitsch y la sovi¨¦tica Lilya Litvyak. Osada piloto de pruebas la primera, condecorada con la Cruz de Hierro y amiga personal de Hitler (de la que era fan¨¢ticamente devota), temeraria as de caza la segunda, convertida en icono de la guerra patri¨®tica, Hero¨ªna de la Uni¨®n Sovi¨¦tica, y bautizada como ¡°la rosa blanca de Stalingrado¡±, ambas coinciden en haberse convertido recientemente en personajes de c¨®mic.
La moscovita Litvyak (1921-1943) es, ligeramente cambiada, una de las protagonistas de El gran duque (Norma), la extraordinaria trilog¨ªa de Yann y Romain Hugault centrada en un piloto de caza alem¨¢n en Rusia, y Reitsch lo es de Diente de oso, otra excelente historia de tres amigos apasionados de la aviaci¨®n separados por la guerra, obra del mismo guionista Yann y en este caso con dibujos de Alain Henriet (tambi¨¦n en Norma).
Ambos t¨ªtulos se toman grandes licencias con las biograf¨ªas de las aviadoras. Sobre todo en el caso de Litvyak, que aparece El gran duque como Lilya Litvak (sic) ¨Cotras veces Litvatsky-, ¡°la Bruja Roja¡±. Nacida en Silesia, Hanna Reitsch (1912-1979), poseedora de muchos r¨¦cords y la primera mujer en volar un helic¨®ptero (en 1938), figura en Diente de oso con su propio nombre pero se le inventan vuelos de combate, amores y un plan para lanzar una bomba de uranio sobre Nueva York a bordo de un fant¨¢stico avi¨®n en forma de ala volante Horten XVIII (un proyecto de bombardero intercontinental que nunca fue operativo).
El dibujante del El gran duque, Hugault (1979), uno de los mejores dibujantes de aviones del c¨®mic mundial (hay que ver con qu¨¦ exactitud dibuja los aparatos de la II Guerra Mundial -?ese Heinkel 219!-, hijo de un piloto militar y ¨¦l mismo aviador, figura entre los invitados del 35? Sal¨®n Internacional de C¨®mic de Barcelona que arranca este jueves y que est¨¢ dedicado especialmente a la aviaci¨®n en el g¨¦nero, con un cartel en el que aparece, precisamente, una mujer piloto.
Nunca sabremos cu¨¢l de las dos, Lilya o Hanna, era mejor porque jam¨¢s llegaron a enfrentarse. Ese duelo no era posible porque si bien la URSS reclut¨® mujeres como pilotos de combate, que lucharon como sus camaradas masculinos, la Alemania de Hitler no lo permiti¨®, fiel a la m¨¢xima nacionalsocialista de las tres K para el sexo femenino: K¨¹che, Kirche, K¨ªnder (cocina, iglesia, ni?os). Sin embargo, Reitsch ¨Ccomo otras mujeres alemanas- pudo sortear algunas de las cortapisas machistas del r¨¦gimen y convertirse en uno de los mejores pilotos de pruebas de los aviones de guerra del III Reich, entre ellos el peligroso caza cohete Me-163 Komet, misi¨®n por la que recibi¨® la Cruz de Hierro de Primera Clase en 1944.
El dibujante de 'El gran duque', Hugault, es uno de los invitados del Sal¨®n del C¨®mic de Barcelona, en cuyo cartel aparece, precisamente, una aviadora
Hanna Reitsch vivi¨® peripecias asombrosas y sufri¨® aparatosos accidentes. Y en las ¨²ltimas horas de la contienda, en abril del 45, con los rusos luchando ya en las calles de Berl¨ªn, tuvo los arrestos de aterrizar una avioneta en la capital en llamas, junto a la Puerta de Brandenburgo, para llevar hasta Hitler al general de la Luftwaffe Von Greim (a la saz¨®n su amante), al que el F¨¹hrer hab¨ªa decidido nombrar jefe de la fuerza a¨¦rea en sustituci¨®n de G?ering. El episodio aparece, dibujado espectacularmente, con un Berl¨ªn rojo y devastado, en Diente de oso. Hanna Reitsch, a diferencia de Livyak, sobrevivi¨® a la guerra pese a todos los riesgos que arrostr¨®, incluida la amistad con Hitler, que tuvo el detalle de regalarle en su Bunker berlin¨¦s sendas ampollas de veneno para ella y para Greim, just in case. Tras ser exculpada de nazismo, llev¨® a Nehru en planeador y lleg¨® a ser recibida por Kennedy en la Casa Blanca en 1961, con gran esc¨¢ndalo.
Definitivamente m¨¢s simp¨¢tica, Lilya Livyak, la chica que dijo aquello tan bonito de ¡°vamos a acabar el combate antes, querido, y despu¨¦s puede que hablemos de amor¡±, representa, junto a las aviadoras de bombardeo nocturno conocidas como las Brujas de la Noche, la quintaesencia de las aviadoras sovi¨¦ticas, que realizaron m¨¢s de 24.000 vuelos de combate contra los alemanes. La URSS, enfrentada a una guerra terrible de supervivencia, no tuvo los escr¨²pulos de las otras potencias a la hora de utilizar a sus mujeres como (entre otras cosas) pilotos y tripulantes de cazas y bombarderos.
Livyak demostr¨® que se pod¨ªa ser una terrible combatiente ¨Clos aviadores alemanes la tem¨ªan y gritaban al verla aparecer ¡°Achtung, Litvyak!¡±- sin perder la feminidad: trataba de estar siempre muy atractiva, incluso con la ropa de vuelo y marcaba los derribos en el fuselaje de su caza Yak con una rosa por cada enemigo. Peque?ita y pizpireta, Hugault dibuja sin embargo a su Lilya de El gran duque robusta y curvil¨ªnea, bien dotada hasta el desbordamiento ¨Ccomo es su estilo al representar mujeres: v¨¦ase a la tambi¨¦n piloto Angela McCloud, de la fuerza a¨¦rea estadounidense, protagonista de Angel Wings (Norma, con guion de Yann)--. En la serie, la aviadora rusa, que asciende desde las Brujas de la Noche a piloto de caza, es derribada en su Yak y cogida prisionera, pero escapa y tiene una aventura de alto voltaje er¨®tico con el rebelde as de caza alem¨¢n Wulf ¨Cque, con curioso prurito, reniega de su nombre de pila, Adolf, y lleva la cola de su Focke Wulf Ta 152 de ¨²ltima generaci¨®n pintada de negro para no lucir la esv¨¢stica en el tim¨®n-.
Entre los elementos comunes de la Lilya del c¨®mic y la figura real, el acoso machista de los mandos, la condescendencia y las burlas de los camaradas hombres, los problemas con las comisarias pol¨ªticas, el derribo de un experten, un as de caza alem¨¢n, y la muerte de su amante ruso al estrellarse (en este caso en un ataque tar¨¢n, una embestida a¨¦rea con su aparato contra un bombardero alem¨¢n). En cambio, la Lilya real, desaparecida durante la batalla de Kursk en el 43, dif¨ªcilmente pudo vivir muchos de los acontecimientos que se narran en el El gran duque, que se desarrolla hasta el final de la guerra.
En Diente de oso seguimos la historia de amistad de tres j¨®venes, Max, Werner y Hanna, entusiastas de la aviaci¨®n desde los a?os treinta en Alemania y formados en los planeadores de las Juventudes Hitlerianas. Hanna, la mejor piloto, tendr¨¢ un futuro espectacular en el III Reich, mientras que el destino de los otros dos ser¨¢ mucho m¨¢s oscuro antes de volver a cruzar sus pasos de manera dram¨¢tica con la chica durante la guerra.
En el c¨®mic, Hanna Reitsch aparece llevando a cabo acciones de combate que nunca realiz¨®, entre ellas el derribo a los mando de un reactor He 162 de dos cazabombarderos Typhoon y el de varias fortalezas volantes pilotando un Komet. Se la ve en las vi?etas incitando a un grupo de reclutas a volar en el las V-1 tripuladas, un proyecto pr¨¢cticamente suicida que orquest¨® en realidad, junto a Otto Skorzeny. Tambi¨¦n aparece dibujada protagonizando escenas er¨®ticas (?qui¨¦n nos iba a decir que ver¨ªamos a Hanna Reitsch en pelotas!) y, en notable paralelismo con su colega enemiga Lilya, acosada por un mando: ?nada menos que Adolf Galland!, que se lleva una sonora bofetada.
Babelia
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