Carlos Vives: ¡°Nadie es due?o de las palabras ¡®yo te quiero tanto¡±
El m¨²sico colombiano se defiende de la demanda por un supuesto plagio en su tema ¡®La bicicleta¡¯
El apellido de Carlos Vives (Santa Marta, Colombia, 1961) ya anticipa la vitalidad con la que el m¨²sico se desenvolv¨ªa este martes en una sala del hotel Me, en el centro de Madrid. Derrochaba una risa l¨ªquida, como un jugo de papaya o de alguna otra ex¨®tica fruta del Caribe del que procede este hombre fecundo: tiene cuatro hijos, ha vendido 50 millones de discos y acaba de triunfar en medio mundo con La bicicleta. Su exuberancia f¨ªsica y verbal se vuelve contenci¨®n, sin embargo, cuando habla del supuesto plagio del que le acusa el m¨²sico cubano Liviam Castellanos, que asegura que Vives y Shakira copiaron su tema Yo te quiero tanto, compuesto en 1997. ¡°Nadie es due?o de las palabras ¡®yo te quiero tanto¡±, se defiende el colombiano, que asegura que ¡°no hay que ser Beethoven¡± para darse cuenta de que las canciones solo se parecen en esa frase del estribillo. Un juzgado madrile?o admiti¨® a tr¨¢mite hace un mes la demanda del artista cubano. ¡°Hay que dejar que la justicia avance, pero tendr¨ªan que meter presos a los 40.000 compositores que han usado ¡®yo te quiero tanto' en 20.000 canciones¡±, sentencia.
¡°En un principio empec¨¦ a escribir algo que llam¨¦ Vallenato desesperado y que luego, en el proceso de trabajar con Shaki, termin¨® llam¨¢ndose La bicicleta¡±, explica Vives, que cuenta que la artista colombiana se uni¨® desde Barcelona al proceso creativo de un tema que naci¨® como un vallenato tradicional, pero que acab¨® mezclado con un ritmo dancehall jamaicano que ha reventado las pistas de baile de medio mundo y ha ganado dos Grammy latinos. ¡°Yo le mandaba cosas, le a?ad¨ªa sonidos de Barranquilla, de donde ella es, le puse el sonido de una flauta de millo [instrumento ind¨ªgena de la costa del Caribe colombiano]¡Ella le puso letras a unos arreglos que hab¨ªamos hecho muy lindos, y termin¨® siendo una canci¨®n nuestra¡±.
El artista regresa a Espa?a, 22 a?os despu¨¦s de su ¨²ltima gira en la Pen¨ªnsula, para presentar un nuevo tour ¡ªLa fiesta de todos¡ª y una canci¨®n, El filo de tu amor, que integrar¨¢ su pr¨®ximo disco Vives, cuyo lanzamiento est¨¢ previsto para mediados de a?o. Un tema que el m¨²sico tambi¨¦n compuso partiendo de las ra¨ªces de su tierra y de su ciudad, Santa Marta ¡ª¡°la primera fundada en la costa de Sudam¨¦rica en el Caribe¡±¡ª, donde en el siglo XVII lleg¨® el Carnaval desde las islas Canarias. ¡°Despu¨¦s vinieron los ingleses con la construcci¨®n del ferrocarril y la exportaci¨®n del banano¡y lleg¨® el f¨²tbol¡±. Fue entonces cuando los pescadores del puerto descubrieron el bal¨®n, y desarrollaron un ritmo de tambor que a¨²n puede escucharse en el estadio de la ciudad a d¨ªa de hoy. ¡°Van los tamboreros al estadio de Santa Marta y cuando el equipo empieza a atacar, empiezan a tocar. El origen de mi canci¨®n es esa base percutiva¡±, explica Vives.
Conciertos de Carlos Vives en Espa?a
Bilbao. 31 de marzo en el Bizkaia Arena BEC. Madrid. 4 de abril en el Barclaycard Center. Barcelona. 5 de abril en el Sant Jordi Club. Murcia. 7 de abril en el Cuartel de Artiller¨ªa.
Lo tradicional como base de los hits rompepistas de este antiguo gal¨¢n de telenovelas de los a?os 80 y principios de los 90, que procede de antepasados espa?oles de Catalu?a, el Pa¨ªs Vasco y Asturias. ¡°Si te oyes los mejores reggaetones, cumbias, vallenatos, hip hops o blues, sus ra¨ªces son cosas tradicionales¡±. La diversidad, asegura, es la se?a de identidad de su pr¨®ximo ¨¢lbum, en el que conviven dos temas de protesta social ¡ª sobre la violencia machista y la desnutrici¨®n infantil en regiones remotas de Colombia¡ª, uno dedicado a los ciclistas colombianos ¡ª¡°nuestros h¨¦roes¡ª y hasta una canci¨®n compuesta con sus hijos.
El pasado octubre ¡ªantes de la victoria electoral de Donald Trump¡ª, Vives cant¨® a esa diversidad en un concierto en la frontera entre EE UU y M¨¦xico. ¡°No se puede subestimar el aporte de los latinos al crecimiento econ¨®mico de un pa¨ªs como Estados Unidos. La pol¨ªtica a veces hace cosas, pero la vida real es la vida real: un sistema loco de consumismo como este necesita de gente que trabaje. Necesita gente que produzca al d¨ªa siguiente m¨¢s de lo que produjo el d¨ªa anterior¡±, afirma el cantante.
¡°?Soy el rey del vallenato!¡±, afirma entre risas, agradecido por el ep¨ªteto que le dedic¨® Espa?a en sus inicios. A esas ra¨ªces dice volver siempre, pese a todo, el autor de temas como Fruta fresca o Coraz¨®n profundo: al vallenato y al acorde¨®n, "el piano de los pobres", base instrumental de este g¨¦nero. ¡°Donde hab¨ªa gente humilde, el acorde¨®n lleg¨® para quedarse, porque no hab¨ªa posibilidad de tener pianos, ni grandes orquestas. Un solo instrumento pod¨ªa llenar mucho¡±, cuenta Vives, que a?ade otra raz¨®n a su popularidad: ¡°Para el m¨²sico del pueblo, tener un acorde¨®n en sus manos era tener Europa¡±.
La conexi¨®n Barranquilla-Nueva Orleans
Durante la gala de los Grammy de 2002, el director del festival de jazz de Nueva Orleans, Quint Davis, se acerc¨® a Carlos Vives para hacerle una pregunta: ?Qu¨¦ es ese ritmo? As¨ª descubri¨® el vallenato e invit¨® al colombiano a cantar en el certamen, convencido de que hab¨ªa un nexo entre ese g¨¦nero tradicional colombiano y el zydeco, una m¨²sica folcl¨®rica del sur de Estados Unidos que es el embri¨®n del rock'n'roll.
Vives, que desde entonces ha actuado en el festival en dos ocasiones, reconoce ciertas similitudes, "aunque son influencias diferentes. Lo nuestro tiene mucho de ind¨ªgena y de la cosa espa?ola. Ellos son m¨¢s afrancesados, ingleses y afros". La comparaci¨®n le interes¨® tanto que se ha embarcado en la realizaci¨®n de un documental: ?Qu¨¦ fue lo que vio Quint Davis?. "Hago un paralelismo entre el r¨ªo Misisipi, Nueva Orleans y el zydeco con el r¨ªo Magdalena, las cumbias, los vallenatos y Barranquilla. Nueva Orleans est¨¢ en la desembocadura del Misisipi, Barranquilla est¨¢ en la del Magdalena", cuenta el colombiano, que se sigue haciendo la misma pregunta: "?Qu¨¦ fue lo que vio ese gringo que nos conect¨®?".
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