El santo grial en el ¡®almac¨¦n del Arca Perdida¡¯ de Israel

El santo grial, la copa de la que bebi¨® Jes¨²s en la ¨²ltima cena, probablemente no era de cristal ni de metal, sino de piedra caliza, el material purificador preferido entre los jud¨ªos de la primera mitad del siglo I para su vajilla. Lo explicaba en tono profesoral Gideon Avni, jefe de la divisi¨®n arqueol¨®gica de la Autoridad de Antig¨¹edades de Israel, durante una inusual visita de la prensa al sanctasanct¨®rum de sus investigaciones, que alberga m¨¢s de un mill¨®n de restos de la antig¨¹edad localizados dentro del Estado hebreo desde su nacimiento en 1948.

No se trata de un inexpugnable b¨²nker secreto ni de un recinto fortificado bajo la protecci¨®n del Tsahal, el formidable Ej¨¦rcito israel¨ª, sino de una nave industrial de Beit Semesh, en el distrito de Jerusal¨¦n. El edificio de anodina apariencia esconde un almac¨¦n misterioso, surcado de interminables hileras de estanter¨ªas con sarc¨®fagos y ¨¢nforas, de cajas de madera de las que emergen capiteles. Un decorado apropiado para la escena final de la primera entrega de la saga cinematogr¨¢fica de Indiana Jones: el misterioso dep¨®sito gubernamental donde queda oculta, precisamente, el Arca de la Alianza.

Junto a la copa de las primeras d¨¦cadas de la era cristiana se alinean platos y vasijas de piedra caliza a la vista de las c¨¢maras de los informadores. Tambi¨¦n se muestra un peque?o osario que lleva inscrito el nombre de Jes¨²s. En una tumba jud¨ªa similar fue hallado el calc¨¢neo (hueso del tal¨®n) de un hombre traspasado por un grueso clavo de unos 15 cent¨ªmetros de largo. ¡°Jes¨²s, Mar¨ªa, Jos¨¦¡­ eran nombres hebreos comunes en aquella ¨¦poca¡±, puntualiza el profesor Avni. ¡°Respecto a la crucifixi¨®n, se trata de un m¨¦todo de ejecuci¨®n habitual bajo el Imperio Romano¡±, matiza junto a una r¨¦plica del tarso perforado, ¡°aunque en estos restos, el clavo atraviesa de forma lateral el hueso, y no frontal, como en la iconograf¨ªa cl¨¢sica¡±.

¡°Hemos podido reconstruir como se desarrollaba la vida cotidiana durante el primer tercio del siglo I, que coincide con la vida de Jes¨²s seg¨²n la tradici¨®n cristiana, pero no probar su existencia¡±, precisa el jefe del servicio de arqueolog¨ªa israel¨ª. ¡°Hab¨ªa m¨¢s de un mill¨®n de habitantes en la regi¨®n, y es muy dif¨ªcil identificar los restos de alguien que pudo vivir hace m¨¢s de 2000 a?os".

En el Dep¨®sito de los Tesoros Nacionales de Beit Semesh ¡ªque en un futuro pr¨®ximo est¨¢ previsto que se traslade a las inmediaciones del Museo de Israel, en el centro de Jerusal¨¦n¡ª conservadores y t¨¦cnicos muestran a los fot¨®grafos monedas del siglo VII y cruces y relicarios tambi¨¦n de la era bizantina. O se?alan un capitel con una menor¨¢ (candelabro de siete brazos) grabada en un capitel con credenciales hist¨®ricas jud¨ªas.

Este gigantesco contenedor arqueol¨®gico no puede ser visitado por el p¨²blico y solo abre sus puestas a los investigadores. Como en casi todos los aspectos de la vida en Oriente Pr¨®ximo, la geopol¨ªtica tambi¨¦n pesa sobre los restos antiguos que almacena. En sus instalaciones solo se custodian objetos localizados en territorio israel¨ª desde su fundaci¨®n como Estado, hace 69 a?os, y en Jerusal¨¦n Este (ocupado desde 1967 y anexionado en 1980).

Los hallazgos procedentes de excavaciones anteriores se encuentran, en t¨¦rminos generales, en el Museo Rockefeller, construido bajo el Mandato brit¨¢nico, en la zona oriental de la Ciudad Santa, frente al antiguo recinto amurallado. La conservadora D¨¦bora Ben Ami, de origen argentino, asegura que los restos arqueol¨®gicos procedentes en Cisjordania, bajo ocupaci¨®n israel¨ª desde hace casi medio siglo, se trasladan por ahora a un almac¨¦n pr¨®ximo al asentamiento de Maale Adumin, situado a apenas cinco kil¨®metros al este de Jerusal¨¦n.

El recorrido recientemente efectuado por periodistas extranjeros acreditados en Israel por las instalaciones del Dep¨®sito de los Tesoros Nacionales estuvo apadrinado por el Ministerio de Turismo, en una iniciativa destinada a promocionar las visitas de peregrinos cristianos a Tierra Santa. Un negocio que represent¨® la quinta parte de las 2,8 millones de entradas de viajeros en el pa¨ªs en 2015. En las mismas fechas se produjo tambi¨¦n la presentaci¨®n oficial de la rehabilitaci¨®n del templete del Santo Sepulcro en Jerusal¨¦n, una obra costeada por las congregaciones religiosas del templo con ayuda de las autoridades jordanas y palestinas, que acapar¨® la atenci¨®n de la prensa internacional.

Una tercera parte de los 40.000 objetos arqueol¨®gicos localizados cada a?o en unas 300 excavaciones en Israel est¨¢n relacionados con el cristianismo. Por el momento, casi todos siguen empaquetados en un almac¨¦n con aires de pel¨ªcula de Steven Spielberg. Como la copa de piedra caliza que bien pudo estar en manos de Cristo. Es la buena nueva que predican los arque¨®logos.