Dos cornadas a Garc¨ªa Navarrete y soberbia faena de ?ngel S¨¢nchez

El novillero ?ngel S¨¢nchez protagoniz¨® una soberbia faena en el festejo celebrado en Las Ventas, que pudo haber sido de dos orejas si no llega a fallar estrepitosamente con la espada, en una tarde marcada tambi¨¦n por la dram¨¢tica cogida de Garc¨ªa Navarrete.

Con media entrada, se lidiaron cuatro novillos de La Quinta, uno -el sexto- de Rehuelga y un sobrero -el segundo- de San Mart¨ªn, bien presentados y de variado comportamiento. Destac¨® el quinto, poseedor de un extraordinario pit¨®n izquierdo; fueron nobles tambi¨¦n primero y cuarto; complicado el segundo; orientado el tercero, y desabrido el sexto.

Manolo Vanegas: estocada fulminante (ovaci¨®n); y estocada (ovaci¨®n); y estocada (ovaci¨®n tras aviso en el que mat¨® por Garc¨ªa Navarrete).

?ngel S¨¢nchez: dos pinchazos y estocada atravesada (ovaci¨®n); y metisaca, dos pinchazos y estocada (vuelta al ruedo).

Daniel Garc¨ªa Navarrete: cogido al entrar a matar a su primero, al que remat¨® Vanegas de pinchazo y estocada que ¡®hace guardia¡¯ (silencio tras aviso).

En la enfermer¨ªa fue intervenido Garc¨ªa Navarrete de dos cornadas, una en regi¨®n cervical derecha, con dos trayectorias, una hacia arriba de 15 cent¨ªmetros que bordea la gl¨¢ndula par¨®tida alcanzando ¨¢ngulo de la mand¨ªbula, y otra de 10 que alcanza en suelo de la boca y base de la lengua. Otra m¨¢s en tercio distal del muslo derecho con trayectoria hacia atr¨¢s, que rodea cara interna de f¨¦mur, alcanzando regi¨®n popl¨ªtea y que contusiona paquete vasculo nervioso y nervio ci¨¢tico produciendo destrozos en m¨²sculo vasto interno. Fractura de clav¨ªcula derecha y erosiones y contusiones m¨²ltiples. Pron¨®stico grave.

La miel y la hiel de la fiesta se conjugaron a partes iguales en la novillada de Las Ventas, en una tarde en la que los dos debutantes coparon los principales titulares, pero por motivos diametralmente opuestos. De la congoja al ¨¦xtasis.

Y es que hasta que hasta el quinto novillo la funci¨®n estaba marcada por la tremenda cogida de Garc¨ªa Navarrete al entrar a matar al complicado y orientado tercero, con el que no pudo pasar de voluntarioso. El animal se lo llev¨® por delante en el momento del embroque y, una vez en el suelo, hizo presa con ¨¦l zarande¨¢ndolo como un gui?apo en lo que fue una secuencia de lo m¨¢s espeluznante, hiri¨¦ndolo en el cuello y en el muslo, entre otras lesiones de consideraci¨®n.

Pero con el quinto cambi¨® el panorama. Fue un utrero de La Quinta de tanta clase como temple en sus dulc¨ªsimas y cadenciosas embestidas por el pit¨®n izquierdo; y frente a ¨¦l, un torero en may¨²sculas: ?ngel S¨¢nchez, que bord¨® el toreo al natural y demostr¨® que tiene madera de futuro y mimbres para llegar a ser figura del toreo.

Fue una faena maciza de principio a fin, pues ya con el capote demostr¨® muy buen estilo el madrile?o; inici¨® faena con unos torer¨ªsimos doblones y tras unas breves probaturas por el derecho, descubri¨® que el pit¨®n bueno era el otro.

Entre las rayas y perfectamente colocado surgi¨® una primera tanda con la zurda templada y honda. Todo por abajo, limpio y, sobre todo, despacio, llevando al novillo a c¨¢mara lenta hasta muy atr¨¢s. La plaza cruji¨® como pocas veces con otras tres tandas m¨¢s por ese lado de aut¨¦ntico frenes¨ª.

Ten¨ªa las dos orejas en la mano pero la espada, ?ay la espada!, se cruz¨® entre ¨¦l y la gloria que conduce directo a la calle de Alcal¨¢. La ovaci¨®n compartida con el novillo fue atronadora, igual que el clamor de toda la plaza en la vuelta al ruedo que dio con una sonrisa de oreja a oreja, a sabiendas que lo realizado le va a servir, y mucho, para el futuro. Y precisamente la espada le impidi¨® cortar una oreja de su primero, un sobrero complicado de San Mart¨ªn, que, tras arrollar al subalterno Fernando T¨¦llez, no le puso las cosas f¨¢ciles a S¨¢nchez en la muleta.

Pero lejos de achicarse, el joven debutante respondi¨® con una serenidad, una firmeza, un aguante y unos arrestos, que, de haber manejado con acierto la tizona, le hubiera puesto en sus manos un m¨¢s que merecido trofeo.

El primer espada, el venezolano Manolo Vanegas, demostr¨® una vez m¨¢s que anda muy puesto, se le ve muy f¨¢cil y con notable soltura en la cara de sus oponentes. Realiz¨® tres faena correctas, pero le falt¨® algo, ¡®alma¡¯ posiblemente, para que lo que realiza en el ruedo trascienda m¨¢s y mejor a los tendidos.