¡°Ahora los corruptos llevan una frase budista en el pecho: s¨¦ feliz¡±
El autor publica el libro ¡®La regata¡¯ ¡°En el Mediterr¨¢neo cualquier placer se puede convertir en tragedia¡±, asegura
El mar es la medida de todas las cosas y el Mediterr¨¢neo representa ese metro radical que encierra la basura y el lujo, viajeros inseparables de la regata que organizan los poderosos como huidos de la urgencia de la tierra. Y La regata se llama la nueva novela, o met¨¢fora, de Manuel Vicent (La Vilavella, Castell¨®n, 1936), que conoce ese escenario tambi¨¦n como marinero.
En su libro, editado por Alfaguara, como Son de mar (que obtuvo el premio organizado por la misma editorial en 1999) y como todos los suyos ¨²ltimamente, todo es de lujo, hasta el crimen organizado. Comida de lujo, corrupci¨®n de lujo. Menos el naufragio, que es de los despose¨ªdos de la tierra. Sus personajes, a los que ¨¦l conoce, aunque aqu¨ª son de ficci¨®n, van en verano en busca de una felicidad lujosa, pero en el primer trayecto de la novela ya esa aspiraci¨®n se trunca con la muerte. Sexo, muerte, manjares insuperables como la masturbaci¨®n a la luz del sol. Vicent hace de la tempestad poes¨ªa. Le escuchas hablar y parece que est¨¢ dici¨¦ndote, al o¨ªdo, otro libro.
¡°Es que es mi vida el mar. El mar es una escuela de moral. Navegar a vela consiste en aprender a ir contra el viento sinti¨¦ndote del viento. En la vida cotidiana ser¨ªa superar las adversidades sirvi¨¦ndote de ellas. Y es una escuela de moral porque baja la moral a los fatuos y a los humildes o a los t¨ªmidos a veces les da la oportunidad de ser h¨¦roes. Como en la vida. Eso es el trasfondo de la navegaci¨®n¡±.
El mar es un desaf¨ªo. Una fuente de placer. Un mar lleno de sangre, de guerras. ¡°Ahora mismo se puede navegar por el Mediterr¨¢neo entre los n¨¢ufragos que el mar vomita. Como escuela de moral, el Mediterr¨¢neo vomita a la gente que naufraga por la injusticia, pero a la vez recibe las cenizas de la gente que muere en tierra, que quiere ser regenerada a trav¨¦s de sus aguas¡±.
Y precisamente el libro parte de una b¨²squeda lujosa de la realidad que acaba en tragedia. ¡°Eso es la esencia del Mediterr¨¢neo. El Parten¨®n, espejo de la armon¨ªa y de la belleza, es el producto de una explosi¨®n de dinamita. El tiempo, adem¨¢s, lo ha dejado en el hueso¡±.
Y est¨¢n los personajes, fatuos y corruptos. Traficantes de armas, gente capaz de fumar sus puros envueltos en billetes verdes. ¡°Pero todos con camiseta de Snoopy. Ahora, los corruptos, esas vidas corruptas llevan una frase budista en el pecho: s¨¦ feliz. No pienses en nada. El horizonte es tu mirada. Lo que la gente comunica en las camisetas de verano es la ideolog¨ªa. Una felicidad que se compra y se vende que el mar asume. Un bonito amanecer, un atardecer ensangrentado. Un temporal que, como se dice en el libro, es bueno porque dura y se acab¨®¡±.
Met¨¢foras pol¨ªticas, personajes concretos. ?l los conoce, pero para qu¨¦ ponerles nombres si te los vas a encontrar luego en el Club N¨¢utico. El personaje de UCD que ha recorrido, ¡°con sus culpas¡±, todo el espectro pol¨ªtico, y al final es carne de telediario por sus corrupciones. Ese traficante de armas que muere al principio entre los vapores del sexo fabricado con pastillas. ?De qu¨¦ huye esa gente en La regata, que es el campeonato de lujo que los re¨²ne? ¡°El t¨®pico ser¨ªa decir que huyen de s¨ª mismos o que buscan pasar mejor el ¨²ltimo verano de sus vidas¡ Huyen de la vejez que les ha sorprendido por la espalda, de las culpas que han ido almacenando¡¡±.
?Y el verano, por qu¨¦ est¨¢ siempre en sus libros? ¡°El verano es casi siempre simb¨®lico. Te une a todos porque te quita el uniforme. En invierno te arropa la chaqueta, en verano te define el cuerpo. En verano un pobre puede ser riqu¨ªsimo porque su cuerpo es maravilloso. Y a un millonario lo puede doblegar la mirada de una muchacha que mira su tripa en una terraza¡±. Las contradicciones terribles representan la realidad que el mar pone de manifiesto. Los pijos que son testigos aterrados del naufragio de una patera. Hay siempre la sensaci¨®n del destino de esa regata de lujo es una tragedia. ¡°Es que eso es el Mediterr¨¢neo. Sales a navegar un d¨ªa bonancible y a las dos horas se puede convertir en un verdadero Cafarna¨²m. En el Mediterr¨¢neo cualquier placer se puede convertir en tragedia. Pero, a la vez, dentro de la tragedia est¨¢s pensando en la cerveza o en las huevas de at¨²n, buscas la felicidad en la basura del caos¡±.
Y la m¨²sica. La vieja m¨²sica italiana en medio de las noticias de las guerras de ahora, de la miseria, de la alegr¨ªa y de la nostalgia. La vieja m¨²sica y la entristecida vida de hoy. ¡°El mar no admite el rock and roll. En las discotecas se escucha la m¨²sica disco. Pero no en alta mar. En alta mar, perdona que te diga, el rock no. En alta mar el Bolero de Ravel va de maravilla. O Bach¡±.
¡ª?Acaso porque el rock da miedo, como las olas?
¡ªEl rock es de la selva, es de la tripa. Es una cosa selv¨¢tica, algo que el Mediterr¨¢neo no es. Para m¨ª, el chunta chunta le va a un coche tuneado, pero en alta mar a un barco no le va el rock. ?S¨®lo faltar¨ªa que a una tempestad le respondieras con rock! ?Ser¨ªa demasiado!
¡ª?Y qu¨¦ ser¨ªa de usted, como escritor, sin el Mediterr¨¢neo?
¡ªLas primeras bombas de la Guerra Civil cayeron estando yo en el mar. Ten¨ªa meses, claro, yo no me daba cuenta. Pero algo pasar¨ªa para que no me recuperara de esa visi¨®n. Lo descubr¨ª cuando lo perd¨ª. Descubres un amor cuando lo pierdes. Y le tengo miedo.
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