Franz Erhard Walther: ¡°Una obra de arte no existe en s¨ª misma¡±
El Palacio de Vel¨¢zquez presenta por primera vez en Espa?a el trabajo del artista alem¨¢n, referente en la definici¨®n del arte y su relaci¨®n con los p¨²blicos
Su mirada al arte siempre ha sido desafiante, aunque Franz Erhard Walther (1939) no puede ser m¨¢s complaciente. Sonr¨ªe con el habla y pronto invita a proyectarse en ella, como lo hacen sus obras, creando cercos de empat¨ªa. ¡°Todo parte de la percepci¨®n y acaba en la imaginaci¨®n. Y entre una y otra, el cuerpo decide¡±, dice desde Fulda, la localidad alemana donde naci¨® hace 78 a?os. Tambi¨¦n su estudio, en el barrio de Klosterberg, adquiere una dimensi¨®n corporal: palabras, tipograf¨ªas, colores, telas, cartones, formas¡ Su trabajo es hoy un referente de eso que llamamos performativo, desde que en los sesenta llevara la idea de escultura al campo de la acci¨®n buscando Un lugar para el cuerpo, como ha titulado su exposici¨®n en el Palacio de Vel¨¢zquez de Madrid.
Toda la trayectoria de Walther supone un exquisito ejemplo de expansi¨®n del arte hacia la experiencia, de ah¨ª que sus obras devengan zonas de contacto y de conflicto, como el lenguaje. A ¨¦l dedic¨® una de sus c¨¦lebres instalaciones, El nuevo alfabeto (1990-1996), y la novela El polvo en las estrellas (2007-2009), su diario ilustrado a mano que encontramos en esta retrospectiva. Tambi¨¦n hay obras tempranas sobre la concentraci¨®n como su Pieza de mano (1962-1963) y una buena parte de sus Obras de acci¨®n, una serie de telas-objetos que deben ser activadas por el espectador y que mucho tienen que ver con aquella antiforma acu?ada por Robert Morris en 1968, en plena euforia del minimalismo, para hablar de otro tipo de escultura abierta a lo experimental y al azar, basada en situaciones y procesos. Voces que alzaron tambi¨¦n artistas como Joseph Beuys, con quien Walther comparti¨® clases en D¨¹sseldorf, contra las concepciones tradicionales de museos, galer¨ªas y obras de arte. Lo que Harald Szeemann llam¨® ¡°Live in your head¡± desde el t¨ªtulo de la m¨ªtica exposici¨®n When Attitudes Become Form (1969), donde Walther tambi¨¦n particip¨®.
Cincuenta a?os despu¨¦s, sigue fiel a la misma idea: ¡°Desde el comienzo de mi carrera supe que una obra de arte no existe en s¨ª misma, sino que necesita de la participaci¨®n y el compromiso f¨ªsico y mental del espectador. La gente se sorprende cuando digo que el arte informal fue clave en mi trabajo, porque cree que mis obras son muy formales, pero para m¨ª supuso una llamada a la acci¨®n, una invitaci¨®n al espectador a darle forma a las obras; por tanto, a actuar. Las acciones que propongo nos invitan a pensar nuestro lugar en el arte y a cuestionar determinados roles¡±.
PREGUNTA. Siempre cre¨® objetos art¨ªsticos con la idea de que estuvieran libres de significado. ?Es eso posible?
El cuerpo articula el espacio y define el tiempo, aumenta la autoconciencia e intensifica nuestra percepci¨®n
RESPUESTA. Seg¨²n mi idea de arte, s¨ª, ya que el trabajo se desarrolla actuando con las obras, por lo que el significado aparece justo ah¨ª, en el intercambio corporal y mental con la obra. Todo lo que hacemos tiene un significado inherente, un sentido, pero mi idea siempre ha sido liberar el arte de un significado per se, buscar la participaci¨®n y una libertad que hace que mi trabajo tenga una dimensi¨®n pol¨ªtica.
P. Su obra se niega a reforzar las convenciones est¨¦ticas del objeto dentro de la historia del arte. Da la sensaci¨®n de que ha querido bajarse de ella¡
R. Esa idea me acompa?a desde el principio, seguramente por un gran anhelo de liberaci¨®n que tuve durante la posguerra en Alemania. Siempre he querido que mis obras estuvieran fuera de ese marco hist¨®rico que determina lo que es posible o no, por lo que puede decirse que tuve que salir de la historia. La investigaci¨®n es lo que da respuesta a todo mi trabajo, as¨ª como una pregunta que parec¨ªa no tener respuesta: ?qu¨¦ papel desempe?a la sinton¨ªa ante la obra de arte? ?C¨®mo conectar?
P. H¨¢blenos de su idea de cuerpo. ?En qu¨¦ idioma habla?
R. En uno complejo, pero pr¨®ximo. El cuerpo articula el espacio y define el tiempo, aumenta la autoconciencia e intensifica nuestra percepci¨®n. A veces, yo mismo llevo a cabo acciones, como en esta misma exposici¨®n, o invito a otros a que se unan a ellas, aunque no lo llamar¨ªa performances, sino ¡°demostraciones de trabajo¡±, donde el cuerpo, el espacio y el tiempo se convierten en materiales escult¨®ricos.
P. ?Qu¨¦ entiende por escultura?
R. Es algo que existe en el tiempo. Tiene un principio y un final. Todo mi inter¨¦s pasa por cuestionar los conceptos que definen la creaci¨®n del momento y convertir al espectador en alguien que determina con sus movimientos la propia naturaleza de la escultura. Y ah¨ª la memoria y el azar tambi¨¦n son fundamentales.
Un lugar para el cuerpo. Franz Erhard Walther. Palacio de Vel¨¢zquez. Madrid. Hasta el 10 de septiembre.
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