¡®Por trece razones¡¯, la muerte de Hannah Baker

Hannah Baker se ha suicidado. Pero antes, a modo de despedida y con el fin de remover conciencias, ha grabado 13 cintas de casete para explicar los motivos, sus motivos, para llegar hasta ah¨ª. A la vez que Clay, uno de sus compa?eros de instituto (y presente en esas grabaciones), va escuchando el relato de Hannah, los espectadores de Por trece razones (Netflix) ir¨¢n descubriendo el recorrido que lleva a esta joven de 17 a?os a su tr¨¢gico final.

Por trece razones se atreve a hablar de temas complicados que afectan muy directamente a los adolescentes. Y lo hace sin pa?os calientes. Bullying, violaci¨®n, suicidio. Incluso de forma gr¨¢fica (que se avisa en los cap¨ªtulos correspondientes). Las consecuencias trascendentales que pueden tener peque?as acciones en una edad en la que todo se ve como algo tremendo.Y las consecuencias de no hacer nada. De mirar para otro lado.

Esta serie, producida por la estrella pop Selena Gomez, busca impactar. No olvida en ning¨²n momento el p¨²blico al que se dirige, los j¨®venes, pero involucra tambi¨¦n al resto de espectadores. El mundo de Hannah, Clay, Justin, Alex y compa?¨ªa, dejando a un lado las animadoras y los jugadores de f¨²tbol americano, es un mundo cercano y, por eso, doloroso. Pero tambi¨¦n es una serie para sus padres. Y para sus profesores. Para los que ven u oyen algo y no dicen nada.

Pero, por encima de su argumento, Por trece razones engancha por la forma en la que est¨¢ contada, poniendo en marcha desde el principio un interesante ejercicio de narraci¨®n que va llevando al espectador de adelante atr¨¢s y de atr¨¢s adelante, e introduciendo poco a poco personajes que van pasando al primer plano o al fondo seg¨²n la historia lo va necesitando. Quiz¨¢ el que Tom McCarthy, director de Spotlight, est¨¦ detr¨¢s de los dos primeros cap¨ªtulos influya en algo.

Sobre la pregunta que engloba toda la serie de qui¨¦n o qu¨¦ mat¨® a Hannah Baker, van surgiendo otras cuestiones que ata?en tanto a los protagonistas (bien interpretados por Katherine Langford y Dylan Minnette) como a los secundarios. Sus primeros cap¨ªtulos sorprenden por la habilidad narrativa al plantear la situaci¨®n y al presentar personajes y, aunque al avanzar la historia la novedad se pierda, la serie ya tiene suficientemente enganchado al espectador como para que sea casi inevitable el marat¨®n final.

Sin embargo, la historia pierde potencia emocional por culpa de su excesiva duraci¨®n. Si no se pueden recortar cap¨ªtulos para mantener el juego de un episodio por cinta y por motivo, s¨ª se pod¨ªa eliminar minutos de cada entrega. No es necesario pasar s¨ª o s¨ª de los 50 minutos. Si algo bueno tiene emitir la serie en una plataforma online es que no necesita ajustarse a los par¨¢metros de la programaci¨®n en un canal lineal. Eso lo entendi¨® bien The OA, discutible en su contenido pero que al menos s¨ª entendi¨® que una serie puede estar compuesta por cap¨ªtulos tanto de 70 minutos como de 30 o 40.

La buena acogida de una ficci¨®n televisiva siempre lleva a que se hable de una posible continuaci¨®n. Sin entrar en detalles del argumento, el ¨²ltimo cap¨ªtulo deja las cosas preparadas para retomar la historia por otro lado si fuera necesario. Pero ser¨ªa un error estirar el chicle m¨¢s all¨¢. Si ya es larga la primera temporada, hacer otra podr¨ªa derruir el castillo. Las series duran lo que duran, incluso las que salen bien. Como es este caso.