Rob¨®tica de la emoci¨®n
El nuevo ¨¢lbum de la banda recibe una calificaci¨®n de 6 sobre 10
El car¨¢cter c¨ªclico de la m¨²sica pop conduce a paradojas como la que representa este colectivo canadiense, fundado en Vancouver hace dos d¨¦cadas. Cuando debutan con el fenomenal Mass Romantic (2000), su poderoso pop tuneado con la pizpireta electr¨®nica de los a?os ochenta se saborea como apetecible revivalismo. Sin embargo, la subjetiva flexibilidad del paso del tiempo hace que este nuevo trabajo, el s¨¦ptimo, suene un tanto anticuado, algo repetitivo, incluso antip¨¢tico. Whiteout Condition aloja once temas de rozagantes melod¨ªas y voces planeadoras, guitarras contundentes y ritmos maquinales, todo ello barnizado con una capa electr¨®nica que cuaja en sustancia id¨®nea tanto para hilos musicales posmodernos como para su presentaci¨®n en grandes festivales. El secreto quiz¨¢s radique en que, a la velocidad que avanza la tecnolog¨ªa, sintetizar emociones hondamente humanas mediante una ingenier¨ªa que aspira a la m¨¢s sensual rob¨®tica, motiva en el oyente joven esa nostalgia por lo que en realidad no se ha vivido que tan bien puede evocar la m¨²sica.
Artista: The New Pornographers
Disco: Whiteout Conditions
Sello: Caroline-Music as Usual
Calificaci¨®n: 6 sobre 10
Estudiemos el espectro dentro de la m¨¢quina, aclarando que The New Pornographers son una democracia con l¨ªder dictatorial. Que la participaci¨®n de la cantante Neko Case y el guitarrista Dan Bejar haya sido esencial para mantener una trayectoria celebrada por los amantes del pop artificioso no quita que el cerebro de la operaci¨®n sea Carl Newman. El eligi¨® el nombre ¡ªtras ver la pel¨ªcula japonesa Los porn¨®grafos (Shohei Imamura, 1966), otros dicen que lo inspir¨® la soflama del predicador Jimmy Swaggart: ¡®¡¯El rock¡¯n¡¯roll es la nueva pornograf¨ªa¡¯¡¯¡ª y ¨¦l es el principal compositor. De hecho, firma todo el material de Whiteout Conditions, pues Bejar ha abandonado definitivamente un proyecto que se inici¨® como aventura coyuntural. Y basta cotejar la voz de la inigualable Neko Case en estas construcciones pop con la que protagoniza sus propios discos, m¨¢s org¨¢nica y fehaciente, para saber quien manda. Lo mismo sucede con la penetrante obra de Bejar en su proyecto Destroyer, donde jam¨¢s se recurre al pleonasmo pop como aqu¨ª
The New Pornographers son el dominio de Carl Newman, hoy mudado al estado de Nueva York. Y a ¨¦l hemos de responsabilizar de los aciertos y errores de un ¨¢lbum donde se ba?an en euforia observaciones sobre la sociedad actual, el medio ambiente o el disparate trumpiano. Entre los primeros, la efervescente introducci¨®n que propone Play money, de trote contagioso, arreglos inspirados y fant¨¢stica interpretaci¨®n vocal de Case. Deberemos esperar hasta el inicio del segundo acto para recobrar esa intensidad en la magn¨ªfica Colosseums, que canta Newman, y la totalmente irresistible We¡¯ve been here before, ambros¨ªa a dos veces. En el otro lado de la balanza, el single High ticket attractions, previsible y remol¨®n, y simple relleno como Darling shade ¡ªla en¨¦sima cita a Revolver de Beatles¡ª o el zarandeo tecn¨®filo de Juke, minucias que desequilibran un trabajo disfrutable a sorbos m¨¢s que en su integridad.
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