Un ¡®echenoz¡¯ de esp¨ªas
Tras sus incursiones en la historia del siglo XX, el escritor franc¨¦s vuelve al tono gamberro de sus inicios con 'Enviada especial', una parodia ambientada en Corea del Norte
En el arranque de la delirante Rubias peligrosas (1995) sonaban las campanas de Nuestra Se?ora de los Rehenes, y suenan al principio de su ¨²ltima novela las de Notre-Dame-des-Otages, esto es, de Nuestra Se?ora de los Rehenes. ?Casualidad? En absoluto, m¨¢s bien otra prueba incontestable de que el Echenoz gamberro de sus inicios, concluida su tetralog¨ªa biogr¨¢fica sobre Ravel (Ravel, 2006), Zatopek (Correr, 2008) y Tesla (Rel¨¢mpagos, 2010), detalles del grandioso fresco del siglo XX, ha decidido regresar al jolgorio de la parodia y al juego c¨®mico con el g¨¦nero negro y de esp¨ªas y las convenciones de la ficci¨®n de aventuras, su terreno predilecto desde El meridiano de Greenwich (1979), Lago (1989) o La aventura malaya (1986), la novela con la que Enviada especial tenga m¨¢s afinidades.
Con todo, el tiempo no pasa en balde, y el ritmo de esta ¨²ltima novela no es ya tan trepidante, sus descripciones marca de la casa no necesitan tantos excipientes, y se permite el autor breves digresiones cr¨ªticas sobre nuestro c¨ªnico mundo global y banal. Si aquellas primeras novelas eran literatura de g¨¦nero, ¨¦sta es literatura con g¨¦nero.
Secuestran a la bella Constance en una calle de Par¨ªs para que lleve a cabo una operaci¨®n que consiste, literalmente, en desestabilizar Corea del Norte. No es una operaci¨®n dulce. M¨¢s bien es el delirio, el absurdo. Un general tan ra¨ªdo como la butaca en la que se sienta y un pu?ado de mercachifles estrafalarios act¨²an en esta deliciosa comedia de enredo con hechuras de novela de esp¨ªas. Greene o Le Carr¨¦ lo llamar¨ªan a cap¨ªtulo, pero sus lectores lo llaman maestro porque les hace re¨ªr un escritor realmente serio, comprometido con su oficio y con un mundo que no le gusta y tal vez por eso lo deforma a trav¨¦s del espejo c¨®ncavo del bendito humor, tan desprestigiado en la narrativa contempor¨¢nea.
El narrador de Echenoz es autoconsciente y disfruta contempl¨¢ndose mover los hilos de su propio relato. ¡°Nos centraremos ahora en el marido de Constance, si no les importa¡±. Esos impagables gui?os metaficcionales que ponen la tramoya al descubierto y los ap¨®strofes al lector, que teatralizan el relato y distorsionan los personajes, resultan fundamentales para que el lector advierta hasta qu¨¦ punto Echenoz se siente c¨®modo jugando a escribir una novela de esp¨ªas de pega. ¡°Cen¨® sola en la habitaci¨®n y zape¨® hasta dar con TV5 Monde: Nuestro invitado esta noche es Pierre Michon. Una pregunta que me parece fundamental: el estilo ?suscita la palabra o es su consecuencia?¡±. Una caricatura de la cr¨ªtica literaria a costa de su colega y coet¨¢neo Michon. Y la complicidad con ese cine de g¨¦nero de vamps y esp¨ªas, de esbirros y dictadores en su rol de malos de pel¨ªcula mala. Y su humor sobrio: un Biscuit en forma de perro o el desp¨®tico r¨¦gimen de Kim Jong-un visto como un montaje de Hamlet.
Alguien podr¨ªa recriminarle a Echenoz que no se toma aqu¨ª nada en serio; pero el caso es que en estos tiempos rid¨ªculos lo m¨¢s serio que puede uno hacer es tomarse el mundo en broma. Y para hacerlo, esta m¨¢quina ficcional, como a Echenoz le gusta denominar sus novelas, resulta sumamente apropiada. Todo en ella es rocambolesco (pero no tanto como la realidad, que es m¨¢s falsa que Judas).
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Autor: Jean Echenoz. Traducci¨®n de Javier Albi?ana.
Editorial: Anagrama (2017).
Formato: versi¨®n Kindle y tapa blanda (254 p¨¢ginas).
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