Televangelismo brasile?o en la pantalla grande
La adaptaci¨®n de la telenovela 'Mois¨¦s y Los Diez Mandamientos' vende 2.4 millones de entradas en 20 d¨ªas de preventa
Brasil tiene una larga tradici¨®n de telenovelas. Rede Globo ha hecho La esclava Isaura (1976) y?Mujeres de arena (1993), ambas exportadas a m¨¢s de 70 pa¨ªses entre los que se encuentran China, Polonia y Rusia. Otra creaci¨®n del gigante de la televisi¨®n carioca fue El clon (2001), que fue vista en 98 pa¨ªses y es considerado uno de los mejores dramas televisivos de la historia por haber marcado una ¨¦poca en la pantalla peque?a latinoamericana. La televisi¨®n brasile?a se ha caracterizado, desde su boom en la d¨¦cada de los setenta,?por tener una producci¨®n de gran calidad y sus grandes presupuestos. Es una constante que se mantiene hasta la fecha.
RecordTV es la ¨²nica empresa que hoy amenaza la hegemon¨ªa de Rede Globo. Esta haza?a, que no se hab¨ªa logrado en 40 a?os, es gracias a Mois¨¦s y Los Diez Mandamientos, basada en los cuatro libros de la Biblia jud¨ªa (?xodo, Lev¨ªtico, N¨²meros y Deuteronomio). Esta telenovela no solo conquist¨® la televisi¨®n con sus dos temporadas a la televisi¨®n sino que tambi¨¦n salt¨® al cine. Su adaptaci¨®n ha roto r¨¦cords en la taquilla brasile?a y en distintos pa¨ªses de Am¨¦rica Latina.
El director Alexandre Avancini estuvo a cargo de la telenovela y de su adaptaci¨®n cinematogr¨¢fica.?Mois¨¦s y Los Diez Mandamientos asume la tarea tit¨¢nica de resumir 176 cap¨ªtulos en dos horas de metraje. ¡°Esto no es cine, es una telenovela en la pantalla grande¡±, dijo el realizador a EL PA?S en una entrevista. Am¨¦n a eso. La versi¨®n resumida de la trama b¨ªblica de la liberaci¨®n de los jud¨ªos de las manos de los egipcios mantiene, sin duda, esa constante de las megaproducciones brasile?as. No escatima en presupuesto, hasta 250.000 d¨®lares por episodio, locaciones en Egipto, Brasil, Chile y Estados Unidos, e incluso se permite realizar la posproducci¨®n en Hollywood. A pesar de sus adornos y de su presupuesto inflado, contin¨²a siendo un producto lleno de los clich¨¦s t¨ªpicos del g¨¦nero televisivo.
El resumen de la telenovela se convierte en un pretexto con claros fines comerciales y con una misi¨®n evangelizadora que, sin duda, apunta a aquellos seguidores que vieron d¨ªa a d¨ªa las adversidades de Mois¨¦s (Guilherme Winter) para liberar a su pueblo. RecordTV es propiedad de la Iglesia Universal del Reino de Dios ¨Cconocida por su famoso programa de televisi¨®n Pare de Sufrir- y de su l¨ªder, fundador y telepredicador, Edir Macedo.
Bajo el pretexto de ofrecer un producto apto para toda la familia, el resumen de Mois¨¦s y Los Diez Mandamientos cae en los elementos t¨®picos del culebr¨®n. La consistencia de otras producciones que abordaron la misma historia, Los diez mandamientos (1956) de Cecil B. DeMille, protagonizada por Charlton Heston,?y la versi¨®n animada de El Pr¨ªncipe de Egipto (1998), son reemplazadas por una narraci¨®n atropellada v¨ªctima de una mala edici¨®n y que prescinde de subtramas. Adem¨¢s, introduce y desaparece incoherentemente personajes y situaciones.
El tono melodram¨¢tico acent¨²a las carencias de guion (revisado supuestamente por obispos de la Iglesia Universal del Reino de Dios). Los personajes resultan caricaturas. El amor a primera vista es retratado en c¨¢mara lenta y con primeros planos sobreactuados. La ¨²nica excepci¨®n quiz¨¢ sea el protag¨®nico de Winter, que logra salvar algunos tramos del filme.
Mois¨¦s y Los Diez Mandamientos no es cine, pero puede ser un peligroso s¨ªntoma de lo que puede venir a continuaci¨®n. Con m¨¢s de 1.000 salas comerciales que proyectaron la pel¨ªcula en su estreno y 2,4 millones de entradas vendidas en los primeros 20 d¨ªas de preventa solo en Brasil, nada asegura que la f¨®rmula de RecordTV no vuelva a repetirse con cualquier otra producci¨®n a futuro concebida para la pantalla peque?a. Mejor dar a la telenovela, lo que es de la telenovela y al cine lo que es del cine.
Babelia
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.