Reencuentro con la sevillana m¨¢s guapa
Una mal presentada, descastada e inv¨¢lida corrida de N¨²?ez del Cuvillo entristeci¨® una tarde luminosa
Es, sin duda, la sevillana m¨¢s guapa. ?Del mundo? Quiz¨¢; no es f¨¢cil conocerlas a todas, pero esta es de una belleza inmaculada, una preciosidad, de esas que te dejan sin habla. Y cuantas m¨¢s veces la admiras, m¨¢s te gusta. Vuelves cada a?o por estas fechas, y La Maestranza, -de la plaza se trata, qu¨¦ se cre¨ªan- se presenta vestida como una reina, limpia, perfumada, reluciente, coloreada de amarillo, blanco y rojo, de estreno y dispuesta para el noviazgo, una temporada m¨¢s, con la fiesta que le da sentido a su existencia.
Sus buenos dineros se gasta la corporaci¨®n maestrante en que parezca una sevillana en flor a pesar de su edad; y as¨ª, cada primavera abre sus puertas para gozo y deleite de todas las miradas, y se convierte en la pasarela m¨¢s hermosa para el arte m¨¢s sublime. As¨ª es la rosa; as¨ª es la plaza de toros de La Maestranza de Sevilla, una obra de arte construida a trompicones, en tiempos distintos, sin el objetivo, quiz¨¢, de ser una belleza, pero lo es por obra y gracia de una milagrosa armon¨ªa.
Visitar esta plaza un Domingo de Resurrecci¨®n luminoso como el de ayer es una gozada que no tiene precio; quien no la conozca que apunte en su agenda una pr¨®xima visita. No le defraudar¨¢. Merece la pena disfrutar con la sevillana m¨¢s guapa. Vac¨ªa es una maravilla; llena, como ayer, transmite una impresi¨®n indescriptible. Qu¨¦ pena que tan extraordinario escenario no albergara un espect¨¢culo en consonancia con su categor¨ªa. Se inaugur¨® la temporada con un cartel de post¨ªn: Morante, Manzanares y Roca Rey, con toros de N¨²?ez del Cuvillo, una combinaci¨®n perfecta para los aficionados toreristas que tanto abundan en detrimento de la exigencia del toro y el torero heroico.
A nadie sorprende que las figuras eligieran la ganader¨ªa gaditana, pues se aprobaron seis toros muy justos de presencia, nobles hasta la saciedad, y amuermados, descastados, inv¨¢lidos y vac¨ªos de bravura. Una corrida sin fuerza y bondadosa. Tonta e inservible hasta la exageraci¨®n. Y de tal modo no es f¨¢cil que el arte se haga presente. Y mira que est¨¢ f¨¢cil Sevilla, defecto que ya viene de lejos; mira que se aplauden vulgaridades, y se jalean momentos que hace poco exig¨ªan el silencio expectante. Pues ni por esas; no hay manera de entresacar secuencias de recordada emoci¨®n. Anda que no tiene ganas Sevilla de que triunfe Morante¡ Y ¨¦l tambi¨¦n, pero con estos toros tendr¨¢ que esperar, como espera cada a?o, que le salga el gordo de la loter¨ªa para mostrar sus esencias. Ayer, un detalle por aqu¨ª, otro por all¨¢, y poco m¨¢s. Decisi¨®n, mucha, con capote y muleta, pero, mientras persista con estos toros, nada. Lo intent¨® en su primero, distra¨ªdo y sin fondo de casta, con cara de ni?o, y se justific¨® con algunos muletazos con la mano derecha. Se luci¨® por delantales en un quite al tercero que cerr¨® con una media cincelada con una lentitud tan sentida como imperceptible. Ante el cuarto volvi¨® a intentarlo sin ¨¦xito ante otro animal inservible.
?Y Manzanares? Decir que cay¨® de pie en esta plaza es quedarse corto. Sevilla lo arropa y lo empuja hacia el triunfo, y ayer no pase¨® alguna oreja porque fall¨® con la espada ante el quinto. Su innata elegancia destaca a¨²n m¨¢s ante toretes infumables como los de N¨²?ez del Cuvillo. Algo m¨¢s se dej¨® el quinto, que no fue picado, como toda la corrida, y lo mulete¨® con nervio, despegado casi siempre y con una decisi¨®n muy agradecida por los tendidos. No acert¨® a la hora de matar y todo qued¨® en una cari?osa ovaci¨®n. Desapercibido qued¨® en su primero, un muerto en vida. Y se esperaba todo de Roca Rey. A pesar de lo que pudiera creerse, seguro, seguro que no habr¨¢ aprendido la lecci¨®n, y en cuanto pueda volver¨¢ con esta ganader¨ªa. Es el sino de las llamadas ¡®figuras¡¯.
Lo intent¨® de principio a fin, intervino en quites por chicuelinas y con el capote a la espalda, intent¨® capotear de rodillas al sexto, pero toda su labor no pas¨® de decidida y discreta. Se dio un arrim¨®n ante el tercero, que no merec¨ªa otra cosa, pues no permit¨ªa el toreo de muleta por su falta de fuerza y movilidad, y ni eso pudo intentar ante el ¨²ltimo, inv¨¢lido protestado, que urg¨ªa su paso a una vida m¨¢s placentera.
Del Cuvillo/Morante, Manzanares, Roca
Toros de N¨²?ez del Cuvillo, muy justos de presentaci¨®n ¨Cel primero, anovillado-, mansos, descastados y muy blandos.
Morante de la Puebla: cuatro pinchazos _aviso_ pinchazo y media (silencio); estocada ca¨ªda, tres descabellos y el toro se echa (ovaci¨®n).
Jos¨¦ Mar¨ªa Manzanares: estocada (silencio); pinchazo y estocada _aviso_ (ovaci¨®n).
Roca Rey: estocada (ovaci¨®n); pinchazo y estocada (silencio).
Plaza de La Maestranza. Inauguraci¨®n de la temporada. 16 de abril. Lleno de ¡®no hay billetes¡¯. Se guard¨® un minuto de silencio en memoria de los toreros Manolo Cort¨¦s y Pepe Ord¨®?ez y del ni?o Adri¨¢n Hinojosa.
Babelia
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