Cartograf¨ªa moral de Espa?a
Esta versi¨®n esc¨¦nica concisa y clara de ¡®En la orilla¡¯, novela torrencial de Rafael Chirbes, produce una impresi¨®n honda y contundente
EN LA ORILLA
Autor:
Rafael Chirbes.
Versi¨®n:
A. Solo y A. Fern¨¢ndez.
Int¨¦rpretes:
C¨¦sar Sarachu, Yoima Vald¨¦s, Sonia Almarcha.
M¨²sica:
Miguel Gil Ruiz.
Vestuario:
Blanca A?¨®n.
Luz:
Pedro Yag¨¹e.
Escenograf¨ªa:
Emilio Valenzuela.
Direcci¨®n:
Adolfo Fern¨¢ndez.
Madrid. Teatro Valle-Incl¨¢n, hasta el 21 de mayo.
Un penetrante panorama moral de la Espa?a contempor¨¢nea, presentado sin ambages ni remilgos. De la vigorosa pero torrencial novela de Rafael Chirbes, los adaptadores ?ngel Solo y Adolfo Fern¨¢ndez han entresacado un espect¨¢culo conciso y contundente: en las extensas tiradas narrativas originales, rastrearon las r¨¦plicas de cada personaje para reagruparlas y reordenarlas conforme a los principios de econom¨ªa, claridad y jerarqu¨ªa, imperativos para contar una historia en poco m¨¢s de hora y media.
En la orilla conjuga el fuste ¨¦tico de la novela con el empaque dram¨¢tico que a la versi¨®n esc¨¦nica le imprimen sus int¨¦rpretes y Fern¨¢ndez, su coautor y director, que se prodiga tambi¨¦n en el seductor papel de Pedr¨®s, promotor metido a cosmonauta de la burbuja inmobiliaria.
La codicia y la corrupcion, madres de la desigualdad social, campan en la obra de Chirbes, diseminadas por depredadores de segunda generaci¨®n y por quienes traicionaron la honestidad de sus padres. La versi¨®n esc¨¦nica conserva el aliento largo y la amplitud an¨ªmica del original: que sus autores le adjudiquen a Justino algunos parlamentos de su compadre Bernal y los del alba?il putero del ep¨ªlogo, agiganta a este personaje y a?ade una pata al protagonismo d¨²al de Esteban y Francisco, cuyas tertulias, ahora a tres bandas, son versi¨®n exaltada y procaz de las que las fuerzas vivas manten¨ªan en las reboticas anta?o.
La decisi¨®n es acertada, tambi¨¦n por la arrolladora pero pol¨ªcroma interpretaci¨®n que Marcial ?lvarez hace del empresario lenguaraz y sin escr¨²pulos, que en un Estado de Derecho deber¨ªa ser carne de trena. Rafael Calatayud est¨¢ a la altura de su compa?ero en el papel del etnogourmet de mala ralea y pulidas maneras. El sentimiento excesivo que C¨¦sar Sarachu pone en los primeros compases de En la orilla,, anticipa lo que acontecer¨¢. Luego, su composici¨®n de Esteban (estado an¨ªmico incluido) resulta id¨®nea.
No cabe en las dimensiones de este espect¨¢culo el calado de la amistad de Esteban con Francisco. Sarachu es joven para su personaje: su relaci¨®n paternofilial con Liliana (una vivaz y exacta Yoima Vald¨¦s) es propia de un setent¨®n, no de quien todav¨ªa no cumpli¨® los sesenta. Como la econom¨ªa manda, el papel del enfermo de alzh¨¦imer, contrapunto crucial por su republicanismo y su conciencia obrera, lo representa ?ngel Solo (eficazmente desdoblado en ?lvaro y Rachid), actor a¨²n joven, cubierto con una m¨¢scara que hace del personaje un monigote. Comp¨¢rese la impresi¨®n que produce con el humano desamparo que transmite el veterano Ricardo Lac¨¢mara, int¨¦rprete de un anciano demente en Eroski Paraiso.
Estos reparos no empa?an la impresi¨®n honda y vivrante que deja el espect¨¢culo. Ingeniosa y pr¨¢ctica, la expresiva soluci¨®n escenogr¨¢fica de Emilio Valenzuela.
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