De Peggy Olson a criada en un futuro atroz
Elisabeth Moss protagoniza ¡®The Handmaid¡¯s Tale¡¯, adaptaci¨®n de la novela de Margaret Atwood
Cuando Margaret Atwood escribi¨® El cuento de la criada (The Handmaid¡¯s Tale) sab¨ªa que el mundo dist¨®pico que describ¨ªa en su novela no era ni un pasado lejano ni un futuro distante. Hablaba de un posible ahora. Y la serie de televisi¨®n hom¨®nima que arranca esta semana lo hace realidad. ¡°El libro siempre ha tenido una gran relevancia¡±, asegura a EL PA?S la protagonista de la serie, Elisabeth Moss. ¡°Pero en los ¨²ltimos seis meses la obra ha cobrado un nuevo sentido despert¨¢ndonos en una pesadilla que se asemeja a la ficci¨®n escrita hace 35 a?os¡±, a?ade la actriz.
La actriz, de 34 a?os, no es una persona especialmente pol¨ªtica, pero la era Trump ha cambiado muchas cosas. Entre ellas, la lectura del trabajo que Atwood, ganadora del Pr¨ªncipe de Asturias en 2007, public¨® en 1985 sobre una sociedad autocr¨¢tica donde las mujeres se ven despose¨ªdas de sus derechos, solo valoradas como doncellas capaces de procrear en un mundo donde la contaminaci¨®n ha dejado impotente a gran parte de la poblaci¨®n. ¡°Da igual tu afiliaci¨®n pol¨ªtica. En los tiempos que corren, la obra te hace pensar en el mundo que te rodea. Y eso me encanta¡±, comenta.
Moss ha sido muy cuidadosa con sus elecciones tras darse a conocer como parte fundamental de la serie Mad Men con el personaje de Peggy Olson. El cine puede esperar y en televisi¨®n la serie de Jane Campion, Top of the Lake, le dio en 2014 el Globo de Oro. Ahora The Handmaid¡¯s Tale es el gran reto como protagonista, uno que acepta ilusionada. ¡°Me gusta tanto este trabajo que no puedo describirlo como duro porque me va la marcha. Me gustan los personajes retorcidos, emocionales. Me aburro como una ostra el d¨ªa que tengo que interpretar una escena feliz, sin complicaciones¡±, argumenta esta hija de m¨²sicos que iba para bailarina hasta que la interpretaci¨®n se cruz¨® en su camino. La m¨²sica sigue siendo su mejor aliada -¡°mi arma n¨²mero uno¡±, afirma- y en el caso de la doncella Offred su playlist incluy¨® desde la banda sonora de Adam Taylor a temas de Johan Johansson, Olafur Arnalds o Max Richter.
En la carrera de Moss, Mad Men marca un antes y un despu¨¦s. La serie multiplic¨® por cien el n¨²mero de mensajes en su tel¨¦fono y ahora la tienen en cuenta para trabajar sin necesidad de buscar. Adem¨¢s, est¨¢ el p¨²blico heredado. Como dice, Mad Men y The Handmaid¡¯s Tale tienen poco que ver, pero ambos son ¡°shows inteligentes para un p¨²blico inteligente¡±. Moss tambi¨¦n aprendi¨® de Jon Hamm, el protagonista de Mad Men, a ser un l¨ªder, a marcar el ritmo de un rodaje. En el caso de The Handmaid¡¯s Tale en Toronto, llevando donuts para alegrar las largas jornadas y siendo la primera en llegar y la ¨²ltima en marcharse. ¡°No me cuesta nada salir del papel. Una ducha, quiz¨¢ un Martini y ya est¨¢¡±, detalla sobre su m¨¦todo alguien que sin entrar en su vida privada se describe como una persona solitaria.
Que le guste lo que hace no significa que no quiera ser pagada por ello y la actriz se ha convertido en una de las actrices m¨¢s presentes a la hora de defender la igualdad laboral. Una reivindicaci¨®n que, una vez m¨¢s, la une a su serie. ¡°Es que me parece mentira que todav¨ªa tengamos que seguir defendiendo algo as¨ª¡±, subraya. Se le nota esa furia con la que representa siempre en la pantalla a mujeres fuertes. ¡°Tampoco es que quiera que me encasillen. Peggy, Robin, Offred son el resultado de un buen guion capaz de crear personajes interesantes. Los seres humanos somos complejos, no solo las mujeres, y eso es lo que me gusta mostrar¡±.
Lo que se esconde bajo el h¨¢bito
Para Elisabeth Moss lo mejor de The Handmaid's Tale fue el vestuario, ese h¨¢bito rojo que menos en los flash-backs de su pasado viste todo el tiempo cual uniforme. La actriz trabaj¨® con la encargada de vestuario, Ane Crabtree, para que el h¨¢bito cumpliera todos los requisitos necesarios: Un cierto aire moderno en su estilo cl¨¢sico de peregrino del Mayflower, un tejido confortable y ligero que no diera calor bajo los focos y un corte que les quedara bien a todas quienes lo visten. "Y en mi caso ped¨ª unos peque?os bolsillos en la capa para llevar el tel¨¦fono. Un corte cuando no le he quitado el sonido", admite traviesa. ?Y el tocado? "A¨²n mejor. Menos horas de peluquer¨ªa y maquillaje antes de rodar".
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