Una veintena de c¨¢maras y decisiones en segundos: as¨ª trabaja una unidad m¨®vil de televisi¨®n
La flota de Mediapro, una de las m¨¢s importantes del mundo y con tecnolog¨ªa puntera, se desplaza hasta la noticia, con los partidos de f¨²tbol como eventos estrella
La noche empieza fr¨ªa y bajo la lluvia. El Atl¨¦tico de Madrid se enfrenta al Athletic Club de Bilbao en una jornada m¨¢s de la liga espa?ola de f¨²tbol. Cientos de miles de personas, refugiadas del mal clima, ven las im¨¢genes del juego en alguna casa o en alg¨²n bar. Un regate de Griezmann en c¨¢mara lenta, un close up del gesto en¨¦rgico del Cholo Simeone, el n¨ªtido ¡°?ufff!¡± del estadio despu¨¦s de un palo de Williams. Esas im¨¢genes en alta definici¨®n y con un sonido envolvente salen de un cami¨®n aparcado a unos metros del campo y rodeado de cables como tent¨¢culos. Dentro del veh¨ªculo, tan habitual en los campos de f¨²tbol que termina por pasar desapercibido, el trabajo de m¨¢s de una treintena de personas cobra sentido. Se trata de un estudio de televisi¨®n con ruedas plagado de tecnolog¨ªa puntera: una unidad m¨®vil. Ese t¨¦rmino que la Real Academia de la Lengua ha inclu¨ªdo este a?o en su diccionario, despu¨¦s de m¨¢s de siete d¨¦cadas de su primera utilizaci¨®n. ¡°El veh¨ªculo que, provisto del equipo necesario, se utiliza para prestar servicios especializado¡±, y que, en el f¨²tbol, permite que los aficionados del bar griten el gol de su equipo pr¨¢cticamente en el mismo instante que los que est¨¢n en las gradas.
¡°Es el v¨ªnculo entre la informaci¨®n y el sof¨¢¡±, resume Jaime Ba?a, adjunto a la direcci¨®n de Producci¨®n de Eumovil para describirla. La empresa para la que trabaja, parte del Grupo Mediapro, se encarga de construir, adaptar e integrar la tecnolog¨ªa a sus propias unidades. La que opera en la noche fr¨ªa en el estadio Metropolitano de Madrid, es una de las 105 ¡ª23 en Espa?a¡ª que tienen distribu¨ªdas por todo el planeta, una de las tres flotas m¨¢s importantes del mundo. ¡°Cubrimos cuatro continentes en pa¨ªses como M¨¦xico, Bolivia, Colombia, Angola y pr¨¢cticamente toda Europa¡±, cuenta Ba?a, que ya trabaja en una nueva unidad. ¡°Siempre nos hemos obligado a estar con la ¨²ltima tecnolog¨ªa porque el cliente nos puede pedir cualquier sistema de edici¨®n y cualquier calidad y tenemos que poder ofrecerlo¡±, termina. A las unidades m¨¢s nuevas de su flota, h¨ªbridas y con tecnolog¨ªa IP, pueden conectarse 40 c¨¢maras 4K. ¡°40 es el m¨¢ximo, pero en realidad suelen usarse menos, se adaptan muy f¨¢cilmente a las necesidades de la cobertura¡±, dice Ba?a. Para el juego del Atleti, uno de los que La Liga cataloga como de Clase B ¡ªuna menos que los del Bar?a o el Madrid¡ª trabajan con 24 c¨¢maras distribuidas por el campo: 5 de ellas superslow para las repeticiones, una steadycam a pie de campo y una a¨¦rea que cuelga de lo alto del estadio.
Las im¨¢genes que recogen se agolpan en una enorme pantalla desde donde Daniel Lozano, director de realizaci¨®n, analiza y en segundos decide cu¨¢l emitir. Con una boina puesta y cascos con los que se comunica con el equipo, parece conocer antes que nadie el recorrido de la jugada. ¡°Voy a c¨¢mara dos, c¨¢mara dos. Voy a c¨¢mara siete, siete¡±, dice sin descanso a su mezclador que, inmutable, pincha las im¨¢genes que el director le va pidiendo. ¡°Hacer esto parece muy f¨¢cil, pero hay que tener mucha experiencia para lograrlo. Para entender lo que est¨¢ pasando ah¨ª y a tanta velocidad, eso se adquiere, no se estudia, claro¡±, cuenta Lozano. Lleva dirigiendo partidos de f¨²tbol desde 2002 y en la serenidad y rapidez de las decisiones que toma, se nota. ¡°?Posible mano!¡±, es el primero en avisar, mientras sus ojos parecen moverse incontrolables de un lado al otro de la pantalla, advirtiendo a los ¡°puestos de replay¡± que, segundos m¨¢s tarde, tendr¨¢n la imagen de la jugada repetida con un par de ¨¢ngulos distintos y alguna en c¨¢mara lenta.
A unos metros de esos puestos est¨¢n los de control de imagen. ¡°Aqu¨ª se remotean las c¨¢maras, se controla el nivel de diafragma, de color, y consiguen que todas est¨¦n m¨¢s o menos iguales, que todas tengan la luminosidad que tienen que tener, que todos tengan el detalle que tienen que tener¡±, alcanza a explicar Ba?a antes de una sutil reprimenda del director para que baje el volumen de la voz. En d¨ªas lluviosos, como el de ahora, sigue Ba?a con un volumen mucho m¨¢s bajo, ¡°el control de c¨¢maras se complica porque suele haber muchos problemas de empa?o. Se empa?an mucho las ¨®pticas y se lava la imagen¡±. El leit motiv de la noche, un ¡°esa steady hay que limpiarla, no la puedo pinchar as¨ª¡±, del director, comprueba las palabras de antes.
Para que los problemas que la lluvia genera no pasen de limpiar la lente de una c¨¢mara, las unidades cuentan con un sistema de protecci¨®n avanzado, adem¨¢s de uno de aire acondicionado para mantener la electr¨®nica en ¨®ptimas condiciones. ¡°Nos tenemos que adaptar a que podamos trabajar en condiciones de mucho fr¨ªo o lluvia, como estas, o a condiciones de much¨ªsimo calor. Que esto mismo se puede ir al desierto de Atacama¡±, cuenta Ba?a. Y es que, aunque quiz¨¢s los partidos de f¨²tbol sean las m¨¢s habituales y llamativas coberturas, no son las ¨²nicas que las unidades de Mediapro realizan. Los estudios con ruedas cubren Juegos Panamericano, Grammy Latinos, alguna cumbre de la OTAN o la cat¨¢strofe por la Dana en Valencia, adem¨¢s de muchas peque?as coberturas informativas semanales. Y entregan un producto ¡°llave en mano¡±, es decir, listo para emitir, a las televisoras que los contratan.
Para transmitir la se?al que recogen, Mediapro echa mano de otra de las parcelas del grupo: Overon. Pedro Llamas, CEO de la empresa, explica su trabajo: ¡°Lo que hacemos es recibir la se?al con unas antenas y la mandamos por sat¨¦lite, se recibe aqu¨ª y por v¨ªa fibra ¨®ptica lo transmitimos hasta la televisi¨®n. Tenemos una red internacional de fibra que va desde Hong Kong hasta Buenos Aires pasando por Miami, Madrid, Barcelona o Par¨ªs, pr¨¢cticamente todos los pa¨ªses europeos. Entonces podemos enviar cualquier se?al de televisi¨®n en cuesti¨®n de segundos desde cualquier punto de la red a otro¡±. En el f¨²tbol, la transmisi¨®n tiene un proceso particular: ¡°Tenemos una red en todos los estadios espa?oles de primera y segunda divisi¨®n. La gente de Eumovil va all¨ª con sus camiones, hace la realizaci¨®n, nosotros lo recogemos y lo enviamos a Barcelona, que todav¨ªa se sigue haciendo all¨ª alg¨²n tratamiento m¨¢s con la se?al del f¨²tbol de meter grafismo, lo recogemos en Barcelona y ya lo distribuimos a nivel mundial y nacional¡±. Una traves¨ªa que no se demora ni un par de segundos. ¡°Todo tiene que ser con la m¨ªnima latencia, en mil¨¦simas de segundo porque, sobre todo en Espa?a, cuando alguien canta un gol en un bar, el que est¨¢ en casa no debe estar esperando sin saber qu¨¦ pasa¡±, explica Llamas.
Una mano m¨¢gica
Ese gol que cantan los aficionados en los bares o en las casas, llega a sus o¨ªdos con un sonido envolvente. La jugada que transcurre en el campo puede escucharse con detalle. El golpeo del bal¨®n, los gritos de los futbolistas, las conversaciones entre rivales. Para lograrlo, el campo est¨¢ rodeado por micr¨®fonos que mandan su sonido a una cabina aislada dentro de la unidad. Pero no todos est¨¢n recibiendo el sonido siempre, m¨¢s bien suben y bajan su volumen dependiendo de d¨®nde est¨¦ la jugada. Si se juega un c¨®rner, se activan los micr¨®fonos de un lado del campo y se apagan los otros. Si despejan el bal¨®n, los micros lo siguen en su recorrido. ¡°Para lograrlo siempre hay que subir el volumen r¨¢pido y luego bajar lentamente, mientras subes r¨¢pidamente el del nuevo micr¨®fono. Hay que hacer transiciones suaves¡±, explica Juan Carlos Fern¨¢ndez, t¨¦cnico de sonido de la unidad. Solo que mientras lo hace, los controladores de la enorme consola de sonido que est¨¢ detr¨¢s de ¨¦l se mueven solos. Una mano fantasma ejemplifica, mientras la jugada en el campo transcurre, lo que el t¨¦cnico explica. ¡°Lo que pasa es que esto ahora tiene un sistema de tracking que permite que la mesa se opere sola¡±, cuenta. La mano m¨¢gica no es m¨¢s que un sistema que tiene el bal¨®n y que ¡°hace que cada vez que se acerca a los micros, pues los vaya activando¡±.
Fern¨¢ndez, cuenta aprovechando el tiempo libre que la tecnolog¨ªa le permite, lleva haciendo este trabajo desde los a?os noventa. Y esa tecnolog¨ªa que podr¨ªa amenazar su trabajo, lejos de preocuparle, parece gustarle. ¡°La tecnolog¨ªa nos ayuda mucho porque hace que nos podamos estar tomando un caf¨¦¡±, dice entre risas, ¡°pero oye, que lo hace porque nosotros le decimos c¨®mo hacerlo. Adem¨¢s¡±, termina, ¡°siempre puede fallar y para eso estamos aqu¨ª¡±.
Al terminar el juego, la gente discutir¨¢ las jugadas pol¨¦micas, revivir¨¢ el gol con cuatro ¨¢ngulos distintos y comentar¨¢ la reacci¨®n de los protagonistas del partido. Nadie hablar¨¢ del empa?o de las c¨¢maras que nunca se vio, del fallo en los micr¨®fonos que no se not¨®, o de la repetici¨®n que nunca lleg¨®. Habr¨¢n vivido esa transmisi¨®n tan habitual en las televisiones los fines de semana con el objetivo de la unidad m¨®vil de nuevo cumplido: que su trabajo pase desapercibido.
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