El ¡®thriller¡¯ de envoltorio

La ola de thrillers ambientados en la Espa?a contempor¨¢nea podr¨ªan dividirse en dos grandes grupos. En el primero estar¨ªan los que apuntan detalles sobre la realidad social del pa¨ªs, crisis, corrupci¨®n, pero cuyos objetivos son puramente comerciales, y se asientan m¨¢s en la trama en s¨ª que en los subtextos que se apuntan, y ah¨ª Cien a?os de perd¨®n, buen ¨¦xito adem¨¢s, podr¨ªa funcionar como arquetipo. Y en el segundo, los que, como Tarde para la ira y Que dios nos perdone, est¨¢n envueltos en una trama de intriga criminal, pero acaban valiendo mucho m¨¢s por lo que muestran por detr¨¢s que por lo que dicen por delante. Plan de fuga, segunda pel¨ªcula de I?aki Dorronsoro, tras la muy digna La distancia (2006), pertenece al primer grupo, pero anda muy por debajo de las expectativas creadas por su buena factura t¨¦cnica y de producci¨®n, y por su reparto.

Aqu¨ª nunca hay cr¨ªtica social y mucho menos un an¨¢lisis concienzudo. Los atracos, los desfalcos, el dinero de lavado negro, los prost¨ªbulos de lujo y todos los seres humanos que habitan en tales territorios son simple fachada para enmarcar una pel¨ªcula de g¨¦nero, con apuntes de cine negro, que debajo de su envoltorio esconde un guion cerca del espanto. Farragoso, con comportamientos y acciones sin justificaci¨®n, con di¨¢logos tan pomposos y sentenciosos en la primera mitad que incluso varios int¨¦rpretes tienen problemas para resultar cre¨ªbles. No hay uni¨®n, solo flecos sueltos, como secuencias aisladas de varios cap¨ªtulos de una serie de televisi¨®n de polic¨ªas que se hubieran intentado enmarcar en un ¨²nico producto. No se trata s¨®lo de estudiar a Michael Mann y ver cientos de veces Heat. Tambi¨¦n hay que saber asimilarlo.