La amistad de Borges y Xul Solar, revelada en un libro ilustrado
El Museo Nacional de Buenos Aires presenta una edici¨®n facsimilar de 'El idioma de los argentinos' intervenida por el artista
Jorge Luis Borges y Alejandro Xul Solar compartieron durante 40 a?os una amistad alimentada por juegos, conversaciones y una mirada del mundo que volv¨ªa porosas las fronteras entre sue?o y realidad. El escritor y el pintor se conocieron en 1924, poco despu¨¦s de que ambos regresaran de Europa, e iniciaron una relaci¨®n simbi¨®tica que solo interrumpi¨® la muerte de Xul Solar, en 1963. Hac¨ªa cuatro a?os que se conoc¨ªan cuando Borges, a las puertas de cumplir 30, public¨® El idioma de los argentinos. El escritor dedic¨® uno de los ejemplares "a Juan Iraizoz, amigo de ¨¢rboles y libros", y el pintor ilustr¨® con ¨®leo la portada y con acuarelas su interior. Ese libro nunca lleg¨® a las manos de su destinatario sino que permaneci¨® en la biblioteca de Xul Solar. Las razones que torcieron su destino son un misterio por desvelar, pero 89 a?os despu¨¦s, esa joya ilustrada, en la que confluyen dos grandes artistas argentinos, sale de las sombras. El Museo Nacional de Bellas Artes (MNBA) ha reeditado el libro en edici¨®n facs¨ªmil para distribuirlo en bibliotecas e instituciones culturales.
"Hemos cumplido otro hito con la publicaci¨®n de esta maravilla. Me parec¨ªa imposible poder abrirlo, tocarlo, apoyarlo, sin tener que ponerme los guantes", se?al¨® en la presentaci¨®n de la obra Elena Montero Lacasa de Povarch¨¦, directora del Museo Xul Solar, donde se conserva el original . "Escribo im¨¢genes y no dejo de saber lo traicionero de esa palabra. Intuiciones, prefiere definir Croce, y en su sentido estricto de percepciones instant¨¢neas de una verdad, la palabra me satisface, pero est¨¢ usurpada por significaciones connotativas -adivinaci¨®n, ocurrencia, corazonada- que la echan a perder", puede leerse en el cap¨ªtulo La simulaci¨®n de la imagen, ilustrado por su amigo con un gato gigante, de largos bigotes y muchos ojos, sobre el que cabalgan cuatro ni?os aguerridos, con espadas y una bandera argentina.?
El libro abreva en la literatura argentina y espa?ola para reflexionar sobre ese lenguaje en com¨²n, pero a la vez, lleno de matices que marcan diferencias. "No pienso aqu¨ª en algunos miles de palabras privativas que intercalamos y que los peninsulares no entienden. Pienso en el ambiente distinto de nuestra voz, en la valoraci¨®n ir¨®nica o cari?osa que damos a determinadas palabras, en su temperatura no igual", escribi¨® el autor de El Aleph en esta obra temprana, donde ya se hace evidente su voracidad lectora y su inter¨¦s por el lenguaje. La fascinaci¨®n era compartida por Xul Solar, quien lleg¨® a inventar dos nuevos idiomas, el neocriollo y la panlengua, a los que el MNBA dedica uno de los espacios de su muestra actual sobre el artista pl¨¢stico.
"Lo que le fascinaba a Borges de Xul Solar era la forma l¨²dica, inteligente y art¨ªstica de conectarse con la realidad", dijo Maria Kodama, la viuda de Borges, en la presentaci¨®n del libro, realizada este mi¨¦rcoles en el MNBA. Kodama record¨® la estima con que Borges recordaba a su amigo cuando lo conoci¨® y las numerosas veces que reivindic¨® en p¨²blico sus pinturas, a las que describi¨® como "documentos de un mundo extraterrestre".
"Xul Solar es uno de los acontecimientos m¨¢s singulares de nuestra ¨¦poca", escribi¨® Borges. "Un hombre versado en todas las disciplinas, curioso sobre todos los arcanos, padre de escrituras, lenguajes, utop¨ªas, mitolog¨ªas, hu¨¦sped de infiernos y de cielos", agreg¨® sobre el artista. Vivieron a pocas cuadras de distancia, en Recoleta, y a menudo realizaban el trayecto de una a otra casa dos o tres veces seguidas, sin terminar de despedirse, por el placer de conversar.?
Doce a?os menor que Xul Solar, Borges consideraba a su amigo un referente, m¨¢s a¨²n en los primeros a?os de su amistad, cuando su estilo ¨²nico estaba a¨²n en gestaci¨®n. Sorprende que el m¨¢s universal de los autores argentinos se interrogase en voz alta en esos a?os sobre el ser nacional. "Ser argentino en los d¨ªas peleados de nuestro origen no fue seguramente una felicidad: fue una misi¨®n. Fue una necesidad de hacer patria, fue un riesgo hermoso, que comportaba, por riesgo, un orgullo. Ahora es ocupaci¨®n descansad¨ªsima la de argentino. Nadie trasue?a que tengamos algo que hacer. Pasar desapercibidos, hacernos perdonar esa guarangada del tango, descreer de todos los fervores a lo franc¨¦s y no entusiasmarse, es opini¨®n de muchos. Hacerse el mazorquero o el quichua, es carnaval de otros. Pero la argentinidad deber¨ªa ser mucho m¨¢s que una supresi¨®n o un espect¨¢culo. Deber¨ªa ser una vocaci¨®n".
Las palabras de Borges est¨¢n salpicadas por dibujos de dragones, m¨¢scaras, lunas, soles, estrellas, flechas, espadas y banderas albicelestes. Algunos fragmentos parecen inspirados en sus pinturas o en los misterios de sus panjuegos y, viceversa, hay obras que podr¨ªan definirse como borgeanas. Esta edici¨®n facsimilar es un nuevo ejemplo de la imaginaci¨®n sin l¨ªmites de estos dos aliados c¨®smicos y de su di¨¢logo permanente.
Babelia
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